Tres antídotos eficaces contra el estrés

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El optimismo, la confianza en uno mismo y en quienes nos rodean son auténticas vacunas para alejar el estrés de nuestro día a día y volver a disfrutar de todas nuestras actividades cotidianas. Así lo reseña toyfeliz.net

1. Impulsar el optimismo





Cultivar el buen humor, la risa o la sonrisa son formas de descargar la tensión y restaurar el equilibrio. Se trata de aprender a reírse de las interpretaciones que hace nuestra mente de la realidad y ejercitarse en mirar la situación desde otra perspectiva. ¿El vaso medio lleno o medio vacío? ¡Siempre lleno! Reírnos de nosotros mismos, no tomarnos demasiado en serio e intentar buscar el lado cómico de las cosas no nos convierte en una persona frívola e insustancial.

2. Cantar a menudo

Cuando se canta el ritmo cardiaco se incrementa y disminuye el estrés bajo el efecto de la melodía y el ritmo musical. La música actúa sobre el corazón a través del nervio vago, que relaciona el timbre de la voz con las emociones y la comunicación con los demás. Una persona que se siente alegre y eufórica siente ganas de cantar, por el contrario una triste y deprimida jamás se arrancará espontáneamente ni siquiera a tararear la voz de un cantante esté sonando en ese momento. Y repetir una melodía como un mantra puede tener un efecto similar al yoga.

3. Visualizar

La visualización de distintas escenas naturales es una ayuda en la recuperación del estrés. Si estos estímulos visuales se acompañan de estímulos auditivos naturales, la recuperación del estado de ánimo es aún mayor y mucho más fructífera. Cascadas, trinos de pájaros, el rumor del viento junto a un aroma que nos remita al bosque o al mar nos harán soñar despiertos. Desconectaremos totalmente y restableceremos nuestro equilibrio personal.