Juan Antonio Muller: Soberano ridículo

JuanAntonioMullerThumbnailEl gobierno socialista ha hecho el ridículo por años lo cual le ha costado al pueblo penurias y sobresaltos. Nunca antes la república había padecido tan soberano ridículo como el actual. Y lo peor es que cuando creemos que este ha sido superado llega una ridiculez mayor.

En estas últimas semanas ya creada, a bombo y platillo, la Gran Misión Abastecimiento Seguro  hemos sido testigos de eventos bochornosos para la nación como el éxodo de decenas de miles de madres venezolanas cruzando la frontera para abastecerse de los productos básicos en el vecino país.

Mientras esto ocurría el Ministro de Planificación Menéndez, hablando en Ginebra afirmaba orondo que el 94% de los venezolanos hacían las tres comidas al día y que “la revolución” había derrotado la pobreza. Por supuesto, sus declaraciones fueron el hazmerreir ante las cifras presentadas por las ONG allí presentes y los resultados del estudio de Encovi de las  Universidad Simón Bolívar, UCAB y UCV sobre el aumento de la pobreza.





La Ministro de Salud Melo, se lanzó con otras declaraciones rimbombantes sobre los medicamentos que se iban a producir en el país al tiempo que negaba que hubiese una crisis humanitaria. ¿En dónde vive esta señora? No se ha enterado de los muertos por falta de atención médica debido al mal estado de los equipos en los hospitales públicos. No le han llegado noticias del trabajo que pasan las madres con sus hijos en el Hospital de Niños José M. de los Ríos.

El Vice Ministro para la Economía nos habla de un país que solo existe en su mente imbuida de realismo mágico. Decía Pérez Abad que para el segundo semestre del año la economía se enrumbaría y recuperaría. ¿Qué puede presentar para alegar tan ridícula afirmación?

Ciertamente no se ha enterado que de los diez centrales azucareros manejados por el sector público sólo tres están operativos y por debajo de su capacidad productiva. No le han llegado noticias del desastre de las torrefactoras de café en manos del gobierno que trabajan al 10% de su capacidad instalada. Ahí está la causa ministro, que la azúcar y el café estén desaparecidos de abastos y bodegas.

Hasta el presidente Maduro, gran culpable de este desastre junto al Comandante Eterno, afirmaba que sentía pena que tuviésemos que importar maíz para producir la codiciada harina para las arepas. ¿Cuánto producen las plantas de harina de maíz expropiadas por el socialismo? Nada.

Si no fuera por Alimentos Polar las humillantes bolsas del Clap irían  sin Harina Pan y Mavesa, si no fuera por otras empresas privadas tampoco incluirían botellitas de aceite, pastillas de jabón, polvo de lavar o papel de baño.

El Ministro de Comercio Exterior Farias, un consuetidunario declarante del gobierno, ha afirmado que el país va camino de convertirse en exportador para generar divisas. Bien osado el Ministro que en vez de hacer magia, debería investigar por qué  Pdvsa y las empresas básicas de Guayana ya no generan divisas como antes que llegase el socialismo.

El Ministro de la Vivienda y Habitat, Quevedo lleva una cuenta fantástica del millón de viviendas construidas por la GMVV en sus años de creada.  No se ha enterado el ministro que Sidor no produce cabillas y que las cementeras trabajan muy por debajo de su capacidad instalada. Bien, la Cámara de la Construcción se ha encargado de corregirlo cuando afirmaba que las nuevas viviendas construidas por el gobierno llegaban a lo sumo a 250.000 unidades y que el sector privado estaba paralizado por la falta de insumos y de seguridad jurídica.

La lista de la ridículez soberana carece de límites de idéntica forma que el socialismo carece de funcionarios idóneos que conozcan con exactitud de lo que hablan.

Juan Antonio Muller

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