A continuación la entrevista a Ricardo Montaner, realizada por Luis Novaresio para InfobaeTV, en la que se refiere a la grave situación de Venezuela.
Nació en Valentín Alsina y sus padres lo bautizaron con el nombre de Eduardo Reglero Montaner. A los 7 años llegó a Venezuela y se enamoró de ese país. Desde su Maracaibo adoptiva comenzó a cantar y el mundo lo consagró como Ricardo Montaner.
Por Luis Novaresio /
Ha vendido más de 30 millones de placas discográficas. Sus conciertos agotan entradas en pocas horas. Es, en pocas palabras, un hombre simpático, respetuoso, llano. Cuando recibe a InfobaeTV lo hace con un abrazo y una sonrisa que prodiga a todo el equipo. Es una superestrella que se mueve como un amigo cordial. Conquista. Seduce con su caballerosidad y educación.
A su alrededor, alguno sugiere que no gusta hablar de política venezolana o de su paso por la campaña presidencial de Daniel Scioli. Este gran artista que se presenta el 4 y 5 de este mes en el Luna Park derriba cualquier comentario prejuicioso y se prodiga en una extensa charla que va desde su último disco “Agradecer” hasta Hugo Chávez, Venezuela, el homenaje de Cristina Kirchner al comandante bolivariano y un fantaseado encuentro en el cielo con Dios. Cabe recordar que Infobae está bloqueado en Venezuela desde octubre de 2014.
Habla de todo y dice que se quedó con ganas de seguir. Su carisma no es pose. Montaner es, esencialmente, encantador. Aquí, la charla con él.
-La primera cosa que quiero decir es que agradezco mucho a Infobae lo que significa en el apoyo a la realidad venezolana al difundir constantemente, por encima de los vetos que ha tenido, la realidad de allá, por difundir la crisis que hay con los derechos humanos en Venezuela.
-¿Cómo está viviendo este momento de Venezuela?
-Definitivamente es un momento histórico. Para desgracia es histórico. Lo que hoy se escribe en Venezuela no es lo mejor. Pero al final de la historia me imagino que va a haber conquistas y eso será el premio a tanta muerte, a tanta desdicha y tanta desesperanza. Yo digo que ese refrán que dice “lo último que se pierde es la esperanza”, no aplica en Venezuela. Porque allí se ha perdido hasta la esperanza. Ya no hay nada que perder. Yo soy un doliente por lo que allí sucede.
-¿Cómo definiría al chavismo?
-Yo creo que el chavismo ha sido el peor desastre de la historia de Venezuela. Te voy a decir algo muy personal: estuve 4 años de mi vida separado de mi papá por cuestiones políticas. Porque mi papá creyó que Chávez iba a devolverle la esperanzas. Venezuela no era un mapa muy bonito cuando llegó Chávez. Lo que pasa es que empeoró. Los desesperanzados se fueron hacia un tipo con carisma que venía del mismo pueblo. Lo creyeron un tipo que venía de abajo. Pero confiaron en un tipo que no tenía esas ideas. No eran reales esas ideas de prócer que él tenía. Y hoy Venezuela es consecuencia de esa siembra desastrosa.
-¿Qué siente cuando la ex presidente Cristina Kirchner alaba y homenajea a Hugo Chávez?
-¿Qué opino de los que apoyan y alaban ese modelo? Yo opino que nunca lo conocieron, nunca conocieron la realidad. Y a todos esos que alaban, incluyendo a quien tu quieras, los invito a que vayan a dar un paseo por Caracas. Que lo hagan con carteras, con maletín, con un reloj. ¡Vayan y caminen por allá y vean! A los que lo alaban, los invito a que caminen por cualquier calle de Maracaibo, por Puerto La Cruz, por Maturín. Los que lo alaban, ¡vayan al supermercado a ver qué consiguen para comprar! Vayan a un hotel 5 estrellas y traten de pedir un menú. Pidan una ensalada de frutas y les van a decir “no, hermano, no tenemos. Me queda sólo mango o pomelo. Dame unas arepas. Y te dicen, harinas no tengo”. ¡Vayan! Y ahí te darás cuenta si valió la pena alabar tanto que ha significado definitivamente la ruina de Venezuela.
-¿Y en dónde reside la esperanza para los venezolanos?
-Te repito esto: el problema es que la esperanza se ha perdido. La única ventana abierta es que se logre el referendum. Si se logra antes que termine el año entonces sí va a cambiar la historia. Si el gobierno sigue pretendiendo que no se haga la historia va a continuar 3 años más. Y Venezuela no va a soportar 3 años más. No va a soportar. Porque va a haber una implosión.
-¿Le trajo problemas el haber apoyado a Daniel Scioli en nuestro país?
-Mira. Yo no vivo en Argentina. Cuando me han preguntado respecto a mi apoyo a Daniel he dicho que fue el apoyo a un amigo. Yo hoy no me arrepiento de haberlo hecho. De ninguna manera. Siento que hice lo que tenía que hacer y no he ofendido a nadie. Si esto implica una repregunta del tipo “¿tu estás de acuerdo con las ideas que él representaba?”. Yo digo no. No. Yo tenía una promesa de él. Jamás lo he dicho. Y hoy te lo voy a decir. Yo quería saber cuál era el compromiso que iba a tener con Venezuela si le tocaba a asumir. Mi principal preocupación, siempre, era saber qué iba a pasar con Venezuela. Yo le pedí un compromiso. Y él no me lo daba. Yo quería que él dijera públicamente “yo voy a levantarme con voz bien alta respecto de los derechos humanos en Venezuela”. Y él finalmente me lo prometió. Obviamente no llegó a ser presidente. Por eso yo aplaudo la decisión que tuvo el presidente Macri en hablar en favor, no sólo del caso de Leopoldo López, sino de todos los derechos humanos en Venezuela. No solamente lo aplaudo sino que le sugiero que oiga más lo que está pasando allá, que ahonde más en esa visión que él tiene de Venezuela. Porque necesitamos un verdadero líder latinoamericano que tome la bandera de los derechos humanos en Venezuela. Y él puede ser ese líder.
-¿Y cuál es el sentido de la vida?
-El sentido de la vida es encontrarle todos los días sentido. Yo procuro todos los días buscarle motivaciones. Yo sufro cuando veo gente que se muere antes de tiempo. Gente en general y gente exitosa. Me duele pensar que la vida se les puede arrebatar de un momento a otro. ¿Cuál es el sentido de ser tan talentoso, inteligente, hermoso para terminar tan rápido su vida? Nosotros, como seres humanos, no lo entendemos. Debe haber algún sentido. Yo creo que el sentido de la vida es dejar alguna huella en alguien.
-Sé que cree en Dios. Cuando llegue a las puertas del cielo, ¿qué cree que le va a decir Dios y qué le gustaría decirle usted a él?
(largo silencio) Yo siento que quisiera que me dijera “Bienvenido, hijo dilecto”. El que se reconoce como cristiano le gusta sentirse como el hijo preferido de Dios. Y yo estoy seguro que cuando llegue a las puertas del cielo, como el dolor ya debe haber acabado porque ese dolor se acaba cuando emprendes ese viaje al cielo, le voy a decir “estaba loco por llegar”.