Unidad sin protagonismo, por Richard Blanco

Unidad sin protagonismo, por Richard Blanco

RichardblancothumbnailSe necesita más que una bocanada de aire para hacerle frente a la crisis que desde hace unos años en Unidad avistamos, la misma predicción que llevó tras las rejas a un ciudadano cuya trayectoria se ha fundamentado en un entrega desmedida, con la única premisa de avanzar, con la premisa de una verdadera evolución, no la sinvergüenza involución que hoy ha relegado a todos los venezolanos a la zozobra con un sin fin de aristas, de pretensiosa mala entraña.

La palabra Unidad encierra en sí misma, el más sublime alcance, ese que lleva a cualquier ser humano precisamente a unificarse a favor de un bien común, siempre y cuando se conciba para tal fin, como es el caso de quienes apostamos por un Cambio apremiante, ya está bueno, de vernos resignados y a veces conformes en una cola, donde dos o tres productos redimen por un instante la oscura realidad de hambre y desasosiego, o en el más desagradable de los casos la fastidiosa afrenta contra el bachaquero, ese que se vale de la necesidad ajena para subyacer, para salir a flote a su manera de esta crisis, que por hoy, podemos llamar, la crisis roja, para mayores señas.

Eso es solo una mínima expresión de lo que en realidad se suscita en la vida personal de cada uno de nosotros, por solo mencionar uno de las tantas contrariedades frente a esa “crisis roja”, lo que me lleva a sentirme convencido de que muchos se preguntan ¿cómo y cuándo salir de esto? La respuesta es clave y única: Unidad. Una que por cierto no puede nadie adjudicarse, porque esa estruendosa palabra cobró vida para batallar como nunca, de allí en adelante desde el 6 de diciembre del año pasado, cuando justamente como un grupo unido, armado de voluntad y sacrificio sacó adelante el sentir de todo un país afanoso de una variabilidad de gobierno. Habló un pueblo desgastado, un musculo diestro de capitanear los obstáculos, ese núcleo esta en nosotros, en la sociedad.





Es por eso, que cuando vemos con total asombro algún atisbo o ínfulas de querer insuflarse un liderazgo que remarque esa bienaventurada Unidad, deriva la conveniencia de explicar, que el único liderazgo, acertado por demás, lo encabeza la sociedad civil, armada de convicción y que ante las recientes acciones del desproporcionado gobierno de turno, acompañado de ese roñoso  poder electoral y judicial,  nos ha tocado tomar acciones, emplazadas a la norma constitucional. Muchas de ellas, inducidas precisamente por ese, quien tiene años trabajando por Venezuela, ahora desde las sombras de la injusticia.

   ¿Habrá remedio a la causa injusta? Pues les llego el hombre que se le ajusta. Con su voz pausada aun en medio de la penumbra, sus propuestas fueron de una contundencia abrupta. 7 pautas encaminadas a la victoria deseada, labraron el camino a la resolución anhelada. Él, que entre cuatro paredes anda,  no se desgata ni a patadas. El mundo que lo conoce, lo aplaude en cualquier morada, pues sus valores democráticos lo exaltan como buena jugada. ¿Cómo es que siendo tan propio? ¿Fue desplazado de la nada? Cuando fue el cerebro de la clave anunciada. El precursor de lo que ya se habla. Se le ocurrió un comando de campaña como vértice para la cruzada, entre otras tantas punzadas.  Me repito, ¿cómo es que no está dentro de ese comando e´ campaña? Esa proclamada Unidad, debemos respetar con total propiedad. 544 días de prisión lo han fortalecido aún más. Si hay espacio para todos, debemos apuntar a un futuro donde quepamos precisamente en Unidad. No olvidemos nunca que encerrado hoy está, por avisar lo que es una realidad. Lo que puede significar, que el gobierno le tiene un miedo tenaz. Entonces aprovechemos la oportunidad y hagamos de su inteligencia un arma letal. Con su vista en la distancia no deja de pensar, en el momento en que la victoria nos sorprenderá.