¡Sal y agua!, por Andrés Eloy Camejo

¡Sal y agua!, por Andrés Eloy Camejo

thumbnailAndrésEloyCamejoMaduro anunció de manera rimbonbante el aumento de un 50% en el salário mínimo y aumentó el bono de alimentación en Bolívares 42.480, lo que viene a significar la cantidad de 65 mil bolívares como ingreso mensual, cuando tenemos en contraparte una canasta básica que alcanzó los 365.101 bolívares. Es decir, el déficit de una família para comer está alrededor de un75%, y es por ello que vemos a la gente desesperada de hambre en las calles, pidiendo comida para saciar esos estómagos vacíos que les ha obsequiado la revolución.

Estamos viviendo en un país con una economía dolarizada, con un sueldo en bolívares que de fuerte no tiene sino el hombre, aunado a esto, galopamos en una inflación de más de 700%, lo que hace que diariamente el precio de los productos se incremente de manera alarmante, lo que sin lugar a dudas diluye el sueldo de cualquier trabajador y lo convierte en sal y agua.

Con el nuevo aumento que se comenzará a cobrar en los próximos días especialmente en la administración pública, porque la empresa privada está haciendo ajustes para poder cumplir con el compromiso económico, y otras lamentablemente están cerrando porque simple y llanamente no pueden acatar el mandato, se va el dinero en 1 kilo de Harina Pan, 1 kilo de arroz, 1 kilo de pasta, 1 kilo de leche, 1 kilo de azúcar y 1 pollo en el mejor de los casos, y estos productos para una familia de cuatro miembros, no alcanza ni para una semana.





Las amas de casa se han convertido en verdaderas cheff de cocina porque no sólo tienen que rendir el poco dinero que entra a casa, sino que tiene que inventar platos constantemente ante la ausencia de los productos regulados y por el alto precio en que está la comida ahorita, donde un simple café para arrancar el día con energía, esta revolución hipócrita lo convirtió en un lujo.

La gente compra por día, porque atrás quedaron los mercados que se hacían para quince días. Ya eso no se puede hacer, y cada vez son más venezolanos que comen una sóla vez al día y los otros dos golpes, engañan al estómago con un cámbur o con cualquier cosa, o simplemente con nada, porque dinero no hay, y los productos alimenticios a precios “justos” suben de manera acelerada, y ningún bolsillo puede con esta economía de guerra impuesta por Nicolás Maduro.

La gente trabaja quincena días, y el sueldo lo gasta en unas horas, porque el ingreso mensual sólo se usa para comprar comida, y la gente se endeuda para el pago de otros servicios, pero la prioridad es la adquisición de comida, y más cuando tienen que comprarse en el mercado negro o el de bachaqueros nacido en revolución, porque las colas y la desesperación del pueblo cada día son peores.

Hasta que este gobierno no se sincerice con la realidad económica que ha creado y haga los ajustes al respecto, por más que suban el sueldo, siempre se convertirá en sal y agua, porque esta es una economía dolarizada, la cual se enfrenta con bolsillo vacío. No obstante, el deterioro de la salud como consecuencia de la desnutrición va en ascenso, la gente está bajando de talla de manera alarmante y así cada día la gente se desvanece por la falta de ingesta de carbohidratos y proteinas requeridas para una sana alimentación.

Es por ello, que este 1 de septiembre tenemos que participar en la gran Toma de Caracas, para exigir el Referéndum Revocatorio a Nicolás Maduro y a esa política hambreadora,que ha hecho que nuestros ingresos se conviertan en sal y agua y no nos alcance para nada.

Andrés Eloy Camejo

Diputado a la Asamblea Nacional

Acción Democrática

@adbernabe