Diez de la mañana de un sábado y las puertas de la iglesia Nuestra Señora del Carmen permanecen cerradas. Confusos, invitados a un bautizo comienzan a pensar que se equivocaron de lugar hasta que consultan con una vendedora de artículos religiosos apostada justo frente al templo quien les explica que por seguridad están haciendo las ceremonias a puerta cerrada.
La situación se hace extensiva a la Catedral San Felipe Neri que pasó de tener las puertas abiertas desde muy temprano hasta llegada la noche, a solo ofrecer misas a las 7:00 a.m. y las 5:00 p.m. de lunes a viernes, mientras que los domingos hacen eucaristía a las 7:00, 8:00 y 10:00 de la mañana, 12:00 del mediodía y las 5:00 p.m., último oficio contemplado para que los fieles “se vayan con la luz del sol a su casa”.
Así como el sector comercial ha reducido su horario y el transporte público trabaja hasta más temprano cada día, “el hampa ha trastocado el sector religioso durante los últimos cinco años. Basta con recordar que en el 2015 rompieron un vitral e ingresaron a la catedral de Los Teques para cargar con la limosna y objetos religiosos; mientras que en el 2014 secuestraron al padre Armando Requena cuando salía de la casa parroquial de San Pedro de los Altos”.