En medio de una crisis de salud con escasez de medicamentos e insumos tanto en centros públicos como privados el 6 de septiembre se anunció una “nueva” fase denominada Barrio Adentro 100%, con la que el gobierno quiere aumentar la cantidad de consultorios populares de 7.000 a 14.000, tener un médico por cada 250 o 300 habitantes y abarcar todo el país. El Observatorio Venezolano de Salud lo sentencia: “Algo que ya se ha propuesto y que no se ha logrado”.
El Nacional reseña que el grupo de especialistas acota que desde la creación de Barrio Adentro hasta el año 2014 el Estado ha invertido cerca de 38.000 millones de dólares en esta misión. La cifra resulta de cálculos realizados con base en el presupuesto nacional, aportes de Pdvsa, créditos adicionales y otras fuentes de financiamiento.
Jorge Díaz-Polanco, sociólogo especialista en políticas de salud, considera que este relanzamiento de Barrio Adentro es una nueva “propaganda oficial” de un programa que se ha caracterizado por tener “un conjunto de establecimientos que eventualmente atienden y con una presencia eventual porque muchos módulos están cerrados o no cumplen el horario establecido”. Aclara que siempre fue definida como una red paralela y antagónica, no complementaria ni susceptible de ser integrada dentro de un solo sistema.
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