Omar Jesús Villalba: La suspensión del referendo revocatorio: el fin de la democracia venezolana

Omar Jesús Villalba: La suspensión del referendo revocatorio: el fin de la democracia venezolana

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Los niños pequeños, los malos perdedores y los tramposos, cuando van perdiendo, suelen darle una patada a la mesa o toman sus juguetes y se recluyen en un lugar seguro a rumiar su amargura. El jueves pasado, el gobierno nacional, valiéndose de una argucia jurídica —si es que se le puede llamar así— ha PATEADO LA MESA, al suspender la recolección del 20% de las firmas y con ello el Referéndum Revocatorio.

Con esta patada a la mesa, han puesto en evidencia muchas cosas: 1) estamos frente a un gobierno acorralado y temeroso, 2) nunca han tenido la intención de negociar con nadie para darle estabilidad al país, 3) este gobierno está dispuesto a hacer lo que sea necesario para mantenerse en el poder, sin importar si con ello hunde al país, 4) y por ultimo han demostrado que nos encontramos frente a un régimen tiránico y casi-totalitario que, como todo revolucionario trasnochado, solo entienden la política en términos existenciales. En términos rupestres: se les ha caído la máscara.





Con una demagogia burda, anacrónica, desfasada, propia del siglo XIX, la caterva de descarados que gobiernan, predican que estas acciones son por el bien del pueblo. Por una población a la cual no desean ver sufriendo bajo el yugo de la oligarquía. Cuestión falsa como ella sola, porque TODOS los venezolanos ya estamos sufriendo el azote de una oligarquía teñida de carmín.

Ahora, los ánimos se encuentran exacerbados, todo el mundo está buscando guía. Venezuela es presa de la tensión y la incertidumbre, y muchos temen y esperan lo peor. En este momento, el deber de aquellos que hacen política, es el de llamar a Sindéresis… a la calma, pero por encima de todo a no desanimarse; no se debe perder la esperanza, pues si algo ha enseñado la historia es que los gobiernos autoritarios y tiránicos, cuando siente la eminencia de su final, se vuelve más despóticos. Y este, lejos de ser un problema es un obstáculo, y todos ellos son superables.

Al pueblo, que desea un mejor mañana, no le queda más que persistir, resistir e insistir, el cambio está cerca…. el miedo del gobierno es evidente.