Sectores radicales de la oposición venezolana y otros opinadotes de oficio, han querido colocar en el paredón de fusilamiento moral a los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática por haber accedido a un diálogo con el gobierno nacional por petición del Vaticano. Amenazas personales, groserías, improperios, insultos y un sinfín de expresiones ofensivas, que lejos de hacer un aporte constructivo y significativo a la batalla que estamos librando en estos momentos, lo que hace es encender aún más los niveles de intolerancia y de alta tensión que se viven en el país, producto de la grave crisis que hoy enfrentamos.
Bienvenidas todas las críticas constructivas, sugerencias, puntos de vista y estrategias, pero lo que significa una vulgaridad, es que desde un teclado y desde la zona de confort, se ataque sin piedad a una dirigencia política que está dejando el pellejo como coloquialmente se dice, para reestablecer el hilo constitucional y la democracia en Venezuela., porque es muy fácil injuriar, desacreditar y atacar, pero con los mismos bríos que muestran sus ofensas de teclado, deberían sumarse a esta lucha que es de todos los venezolanos y de quienes escogieron nuestro terruño para hacer su vida y echar raíces, y actuar de manera cónsona con lo que vivimos.
Muchos llaman a la violencia a través de las redes sociales, y nos llaman cobardes por no protagonizar un hecho de sangre para salir del gobierno de Nicolás Maduro por la vía equivocada y anticonstitucional, son muchos los que nos enfrentan por no ir a tomar el Palacio de Miraflores por asalto, pero son muy pocos los que se ponen a la orden para encabezar esas movilizaciones desatinadas y destempladas. No obstante, lo hemos dicho una y mil veces, la única salida a esta crisis, es un cambio en el modelo político del país, y en función de eso estamos trabajando, buscando vías electorales para ejecutarlas.
Nuestros petitorios ante la mesa de diálogo han sido muy claros, liberación de los presos políticos, habilitación inmediata de un canal humanitario, activación de una ruta electoral, donde hemos propuestos elecciones generales anticipadas, incluso las de la Asamblea Nacional, y otros temas de interés para el país. Pues bien, nosotros no nos hemos entregado al oficialismo, ni nos hemos bajado los pantalones frente a Nicolás Maduro, porque estamos conscientes de quién es y cuál es su proceder, pero era menester sentarnos con el gobierno para buscar salidas pacíficas a toda esta tragedia por la que atravesamos.
En lo absoluto esto significa que hayamos claudicado a nuestra lucha, a las calles de Venezuela, a las protestas pacíficas, a las acciones acometidas desde la Asamblea Nacional, con nuestro máximo líder, Henry Ramos Allup a la cabeza. Hemos dicho claramente que preferimos pagar el costo político de contener una movilización insegura que se convierta en un charco de sangre, a ganar puntos en encuestas por una supuesta valentía disfrazada de irresponsabilidad.
Mi llamado es a mantener la cordura en estos momentos tan decisivos para el país, y a no hacerle el juego al gobierno con posturas irracionales, porque ellos lo que buscan es la división y la pelea pequeña entre los partidos que hacemos vida en la Mesa de la Unidad Democrática, y entender que con críticas, injurias, calumnias y violencia, no suman una pal’ mingo, sino que le echan más fuego a la candela, que después que se arme el incendio, no sé donde van a estar, pero una cosa es cierta, la dirigencia opositora se mantendrá como un bloque al frente de esta batalla, que ha de liberar a Venezuela de la tiranía.
Bernabé Gutiérrez
Secretario Nacional de Organización
Acción Democrática
@adbernabe