“Corresponde al Banco Central de Venezuela (BCV) a través de su presidente Nelson Merentes, dar una explicación al país acerca de la escasez de billetes que ha llevado a las instituciones financieras a dispensar hasta un máximo de Bs. 10.000 por cajero automático y a pagar retiros por taquilla en billetes de baja denominación (Bs. 2, Bs. 5, Bs. 10 y Bs. 20), siendo los más afectados los pensionados del Seguro Social”.
El exhorto lo hizo este jueves el miembro de la dirección regional de Primero Justicia en el estado Bolívar Braulio Merino, tras denunciar las “trabas” que vienen colocando los bancos de todo el país ante el incumplimiento del instituto emisor en las remesas de billetes.
De acuerdo con la Ley Orgánica del Banco Central de Venezuela vigente, son funciones del organismo: “formular y ejecutar la política monetaria”, “regular la moneda y promover la adecuada liquidez del sistema financiero”, “ejercer, con carácter exclusivo la facultad de emitir especies monetarias” y “asesorar a los poderes públicos nacionales en materia de su competencia”, entre otras. De allí que Merino increpó a Merentes para que explique por qué el BCV no ha sido capaz de preservar la estabilidad de los precios y generar confianza en la moneda.
“¿Cómo se le puede pedir a alguien que ahorre en un país cuya moneda no vale nada? ¿Cómo invertir en un país donde producir un billete de Bs. 100 le cuesta a la Nación Bs. 250? Nuestra moneda se convirtió en papel monopolio y no tiene valor aquí ni en alguna otra parte del mundo”, agregó el también economista de profesión, para quien además se torna peligroso el hecho de que los venezolanos no puedan disponer de billetes o monedas necesarias para garantizar transacciones de compra – venta.
El dirigente justiciero dijo alarmado que los pensionados del Seguro Social –uno de los sectores de la población más vulnerables-, deben peregrinar de banco en banco o de cajero en cajero, para poder retirar el monto correspondiente a la pensión de vejez. “Nuestros abuelitos andan angustiados porque no pueden retirar el monto deseado a través de cajeros electrónicos o tienen que salir del banco con una mochila de billetes de Bs.2, Bs.5, Bs.10 o Bs.20, exponiéndose a ser asaltados”.
Las autoridades del BCV deben explicar las razones por las cuales no han ordenado la impresión de papel moneda de más alta denominación (Bs. 1.000, Bs. 5.000 o Bs. 10.000, por ejemplo), pero además deben exponer por qué no le han dado un parado al Ejecutivo cuando anuncia aumentos intempestivos de salarios y cestatickets sin un respaldo monetario.
“Esto es un círculo vicioso de nunca acabar. El BCV imprime dinero inorgánico –sin un soporte en la producción de bienes y servicios-, y la espiral inflacionaria sigue creciendo a paso de vencedores porque no hay salario que resista este incremento de precios. El venezolano, como nunca antes, perdió su poder adquisitivo y Merentes es el principal responsable de la escalada de precios más grande de la que tengamos conocimiento en el país. En algún momento tendrá que rendir cuentas ante la justicia”, sentenció Merino.
El gobierno del fallecido Hugo Chávez, aprobó una reconversión monetaria que entró en vigencia el 1º de enero de 2008, restándole tres ceros a la moneda. Un nuevo cono monetario, con un billete de máxima denominación de Bs. 100, sustituyó a otro cuyo papel moneda de máxima denominación era de Bs. 50.000.
La inflación acumulada en Venezuela entre enero de 1998 y diciembre de 2007 –con el anterior cono monetario- fue 568,4%, según el BCV. De acuerdo con estimaciones de economistas venezolanos y del Fondo Monetario Internacional (FMI), 2016 podría cerrar con una inflación de 700%, la más alta del mundo.
Al cierre de diciembre de 2007 –cuando expiró el anterior cono monetario-, el dólar paralelo se cotizaba en Bs. 5.960 (casi Bs. 6 de los actuales). Al 22 de noviembre de 2016, el dólar paralelo se cotizaba en Bs.F. 2.301,72, es decir, un dólar equivale a Bs. 2.301.720 de los viejos. Para comprar un dólar hoy se necesitan 23 billetes de Bs.100.