1. Isla de Queimada Grande
La isla de Queimada Grande se encuentra en Brasil, en la costa del estado de Sâo Paulo. Mide 430.000 m2 y es conocida también como la “Isla de las cobras”. Es tan peligroso visitarla que la marina de Brasil impide la entrada a los civiles. Únicamente científicos naturalista reciben esporádicos permisos para penetrar en ella. La razón es la colonia de víboras de la especie Bothrops insularis, una de las más venenosas del mundo, que habita en ella.
DiscoveryChannel afirmó en un documental que hay una serpiente por metro cuadrado, aunque las leyendas sobre la zona afirman que son 5. La última persona que vivió en ella fue un farero que la abandonó en las primeras décadas del siglo XX al instalarse un faro automático, Actualmente es considerada uno de los serpentarios más importantes del mundo.
2. Isla Ramree
La isla está en el estado de Rakáin en Birmania. Es llamada también Isla Yangbye y tiene una superficie de 1.350 km2. Hay un puente que conecta la isla con el continente. Ha pesar de que se duda del número de soldados que fallecieron, la isla Ramree tiene el dudoso Record Guiness de ser el lugar del mundo en que se ha producido la mayor matanza de seres humanos a manos de animales.
Los causantes fueron los cocodrilos de agua salada que pueblan sus manglares en un número inusual. La isla, que está habitada, tiene además de los mencionados cocodrilos, otros peligros como los mosquitos que transmiten la malaria y una extensa colonia de escorpiones sumamente venenosos.
3. Isla Vozrozhdeniya
La Isla Vozrozhdeniya era la principal isla del Mar de Aral. En la década de los 60 la URRS desvió el agua del Mar de Aral para regadíos y en el año 2002 se convirtió en una península debido a que el mar de fue secándose. Su propiedad es compartida por Kazajistán, al norte, y Uzbekistán, al sur. La isla desde 1948 fue utilizada como laboratorio de armas biológicas por la Unión Soviética.
En esta isla se pusieron a prueba gran variedad de agentes como el ántrax, la peste, la viruela, la brucelosis, etc. En el año 1991, el laboratorio fue desmantelado y todas las personas que vivían y trabajaban en la isla fueron evacuadas en pocas semanas. El peligro reside en que los recipientes que contenían todos estos agentes biológicos no fueron correctamente destruidos o almacenados y en las últimas décadas se sabe que se han producido fugas.