¡Viernes 13! Mala suerte Venezuela, por José Luis Centeno

¡Viernes 13! Mala suerte Venezuela, por José Luis Centeno

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Un viernes que caiga en el día 13 de cualquier mes se considera un día de mala suerte. El rey Felipe IV de Francia, con el apoyo del papa Clemente V, ordenó las redadas para detener a todos los Templarios del país el viernes 13 de octubre de 1307, hecho al que se atribuye la leyenda de los malos augurios asociados a este día de la semana cuando cae en 13. El asalto a los templarios alcanzó una gran notoriedad a causa de las escabrosas acusaciones que se les imputaron, la tortura a los que los sometieron los inquisidores. Cualquier parecido al supuesto arreglo del Papa con nuestro dictador es pura coincidencia.

En todo caso el origen de esa superstición es cristiano, se remonta a la Última Cena, que tuvo trece comensales, y tras la cual se produjo lugar la crucifixión de Jesús, precisamente en viernes, desde entonces ha sido considerado históricamente como un día de luto, como lo sería el viernes anunciado por Monseñor Celli, el día de la semana que más veces ha coincidido en día 13 a lo largo de la historia, como fecha de próxima reunión del diálogo, desmintiendo a Chuo de que se había suspendido la conversa. Mal presagio. Imposible no recordar el Viernes Negro, no fue 13 pero el bolívar sufrió una abrupta devaluación frente al dólar que se quedó chiquita frente a las devaluaciones que desdicen la Suprema Felicidad Social que aún promete el narcoestado, pretendiendo ocultar que la escasez va aumentar y lo poco que consigamos no lo vamos a poder comprar.





El optimismo de la oposición al considerar que triunfó la “presión” sobre el Gobierno, acentúa la superstición tanto sobre la fecha anunciada como en relación a los intereses de los dialogantes. Así como en la edad media con Felipe IV, hoy el Vaticano es un Estado que tiene intereses, no en balde propone estirar la arruga para enero, asegurando la permanencia del narcoestado. Colocándonos ante la mayor confabulación del Vaticano y políticos de todos los colores contra un país. Por eso, dicen seguir creyendo en la efectividad del diálogo, pues cumplió el objetivo del status quo (Psuv-Mud): anular el RR-2016, dejar sin efecto el juicio político a Maduro o declarar la vacante absoluta del cargo de Nicolás, apaciguar la calle y crear más dolor y frustración en la gente.

Con mensajes incoherentes quieren echarnos la culpa a los venezolanos por “no hacer suficiente”, cuando ante los “ojos del mundo” lo que se ve es que una clase política pactó con la dictadura, peor aún, el Poder más legítimo que tenemos aceptó cohabitar con su verdugo. Eso explica el chillidito de Chuo, sólo alcanzo a decir que el 13 de enero es muy lejos, relegando su ultimátum: “Sin resultados antes del 6D no hay más diálogo”, dejando entrever que la falsa del diálogo sigue, de lo contrario no habrían aceptado propuestas para analizarlas, entendemos que la dictadura ya estaba bien desnuda, pero la MUD se terminó de desnudar. Antes el gobierno daba miedo y la alianza opositora daba lástima. Ahora los dos dan asco.

¡Viernes 13! ¡Día pa´ pavoso! Ese día se reactivaría el diálogo, en contra del sentir de muchos ciudadanos convencidos que la desgracia que viven no tiene solución. Esto es trágico, porque en realidad la respuesta a cualquier crisis social, económica o hasta cultural de un país, pasa necesariamente por una solución de este tipo. Sin embargo, si en el Vaticano tuvieran algo de humanidad no se prestarían para correr la arruga, eso es decirle “A los presos políticos, que tengan un poco de paciencia hasta enero, que aguanten las torturas con calma y… ¡FELIZ NAVIDAD!” -dixit Ernetinas Mogollones ?(@ernemogollones)-, y a la par, permitir que funcionarios de seguridad amenazaran al Comité de Familiares de los Presos Políticos que se encontraba en el Hotel Meliá Caracas y que Maduro pida un derecho a réplica al Presidente Vázquez que él nunca da a sus presos políticos. Eso sí es mala suerte, tener el Vaticano acentuando nuestras calamidades. ¡No al viernes 13! ¡No a la falsa del diálogo!

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