Billete con cara de Bolívar también muere en diciembre

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El pasado domingo, el jefe del Ejecutivo, Nicolás Maduro ordenó la retirada inmediata de los billetes de 100 bolívares, además del cierre de las fronteras terrestres, donde se efectúa buena parte del intercambio económico con otras naciones, por una supuesta guerra económica que no ha podido demostrar y a la que ha asegurado estar a punto de vencer en varias oportunidades, sin resultados favorables a la nación.

Nota de Prensa





El primer mandatario de Venezuela ordenó dejar sin efecto a los billetes de la máxima denominación existente en el país pasadas 72 horas luego del nuevo decreto de emergencia económica emanado desde el Palacio de Miraflores, que tampoco cuenta con el visto bueno de la Asamblea Nacional, sin que ésta se atreva a dejar sin efecto la medida que empeora el problema de manipulación de efectivo provocado por los altos índices de inflación que deterioran la calidad de vida de los ciudadanos.

Otro de los problemas que se vislumbran para las próximas horas podría ser el repunte de asaltos a personas que se mantengan a las afueras de las agencias bancarias, -por lo general colapsadas- para efectuar depósitos o canjes en cantidades mayores de efectivo, debido a que los usuarios que posean billetes de los condenados a extinción esperarán su turno para ingresar al banco, y de quedar fuera de las agencias serían víctimas fáciles de los delincuentes que no ven en los organismos policiales un obstáculo para efectuar sus fechorías.

La medida de anulación parcial del cono monetario se produce días antes de la entrada en vigencia de una nueva familia de billetes y monedas que pretende equiparar las denominaciones del bolívar a la realidad de precios de bienes y servicios en un país azotado por los altos costos, que buena parte del estamento económico atribuye a la aplicación de políticas socialistas, sin que exista ningún tipo de rectificación por parte del Ejecutivo para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, ni tampoco del Legislativo para revertir o mitigar la crisis económica.