Jonathan Jiménez (23) llegó a su casa el pasado lunes, a las 12.00 del mediodía, en el sector Las 5 Bocas, de Cabimas, después de un fin de semana de fiesta. Su padre, Cecilio del Valle Jiménez Salazar (58), le prestó su camioneta Jeep, beige, para que saliera, pero no la devolvió a tiempo según lo habían acordado.
Jolitze Isea García/ La Verdad
Cecilio estaba harto de la repetitiva situación en la que el joven demoraba en devolver el vehículo, por lo cual decidió quemar el vehículo que desde joven poseía. “Ya vamos a acabar con esta broma, solo vamos a esperar a que llegue”, dijeron sus parientes, a las afueras de la morgue de Cabimas, que esas fueron sus palabras, pero jamás imaginaron que lo incineraría.
Cuando Jonathan llegó a su casa, ninguno de sus parientes se percató de lo sucedido, pero cuando su progenitor vio la camioneta en camino hacia donde tenía su taller de refrigeración, buscó una garrafa con gasolina y se la roció a la unidad completamente enfurecido. Este no se dio cuenta de que estaba encendida y de que su hijo estaba dormido en uno de los asientos.
“Él no encendió un fósforo. Apenas le echó la gasolina, la camioneta se prendió en candela”, dijo Dámaso Mavárez, familiar de la víctima.
La reacción del hombre, ya arrepentido al ver en llamas su vehículo, fue entrar a la vivienda y buscar un extintor para cesar el fuego, pero mientras lo intentaba apagar se desmayó como consecuencia de sus padecimientos hipertensivos y murió por inhalación de humo, según los resultados de la necropsia.
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