Nuestra Agenda 2017, por Juan Pablo Guanipa

Nuestra Agenda 2017, por Juan Pablo Guanipa

thumbnailjuanpabloguanipaTermina un año complicado para Venezuela. Uno de los más difíciles de nuestra historia. Un año signado por profundos problemas económicos y sociales, originados, sin duda, en decisiones políticas de un gobierno que ha demostrado un profundo desprecio por los ciudadanos, por la democracia y por las instituciones. La lucha de la mayoría de los venezolanos estuvo centrada en la supervivencia, en hacer esfuerzos para superar el empobrecimiento, el desabastecimiento de alimentos y medicinas, la inflación galopante que redujo a su mínima expresión el poder adquisitivo de la gente. Esto sin contar con los graves problemas de inseguridad y el creciente deterioro de los servicios públicos que hace la vida cada vez más difícil. También estuvo centrada la lucha de la mayoría de los venezolanos, en lograr una solución pacífica y electoral a los problemas ya señalados. El referendo revocatorio fue la herramienta constitucional por cuya concreción trabajamos con ahínco durante todo el año. El gobierno lo boicoteó de principio a fin, para lo cual utilizó los poderes ejecutivo, judicial y electoral. Sin embargo, es necesario destacar la disposición de un pueblo que superó los obstáculos que el régimen impuso y estuvo siempre a la vanguardia de un esfuerzo que fue frenado por la enferma necesidad de quienes están en el poder de mantenerse en el mismo.

Ya finalizando el año, más allá de errores y de distribución de culpas y responsabilidades, en una autocrítica con la que a veces se nos pasa la mano, es necesario que concertemos una agenda que nos permita cumplir los objetivos que, por el bien del país, nos hemos trazado. Atender el drama social que vive nuestra gente y buscar el cambio de gobierno, siguen siendo nuestras prioridades. En la construcción de esa agenda, comienzo por descartar soluciones violentas. Con todo respeto por la diversidad de opiniones, algunos, sin hacer propuestas concretas, insisten en afirmar que no podemos sacar por vías democráticas a un gobierno que no lo es. Al contrario, considero que el reto sigue siendo derrotar democrática, constitucional y electoralmente a un gobierno que ha pisoteado la democracia y la Constitución. Es un asunto tan difícil como todo lo que hemos vivido durante este año que termina, pero no entenderlo de esa manera puede originar un espiral de violencia que haría inviable cualquier gobierno que se conforme.

Nuestra agenda se basa en los siguientes puntos: 1. Urgente revisión de la Mesa de la Unidad Democrática. Es necesario que se hagan los ajustes internos, la renovación de cuadros, la ampliación de espacios para la consulta, la definición de objetivos claros y la consolidación de un núcleo con autoridad para la toma de decisiones. Todo esto es necesarísimo para fortalecer nuestro movimiento. La Unidad sigue siendo indispensable. 2. Atención y acompañamiento al pueblo en la crisis que todos, en mayor o menor medida, padecemos. 3. Exigencia de procesos electorales que permitan renovar los cuadros gubernamentales, especialmente la presidencia de la república, gobernaciones y alcaldías.





Los escenarios de lucha deben ser los mismos que nunca debimos suspender: la lucha de calle, constante, activa y contundente; los organismos internacionales, que tienen elementos muy claros para manifestarse con respecto a la crisis venezolana; la Asamblea Nacional, espacio que intenta ser anulado por el abuso de poder del señor Maduro; y el diálogo en caso de que el gobierno decida cumplir los compromisos que no ha honrado.

Nuestra tarea este año es ejercer la presión necesaria para que Venezuela salga de esta situación. Nuestro cometido es producir presencia ciudadana y masiva en la calle, que nos permita lograr una decisión de las instituciones para que se de este mismo año una solución electoral a esta crisis. El régimen de Maduro sigue generando caos. Nosotros debemos generar acciones que lo acorralen, interna y externamente, hasta que podamos contar uno a uno a los venezolanos, quienes somos los dueños de nuestro futuro.