El mea culpa no soluciona nada, por Diego Scharifker

El mea culpa no soluciona nada, por Diego Scharifker

Retomo mi acostumbrada columna semanal para compartir con ustedes mi lectura del complejo escenario que vivimos los venezolanos. No empezaré por el ya trillado mea culpa por los errores cometidos desde la oposición, los venezolanos no queremos mártires, queremos soluciones. Los errores se cometieron, unos más graves que otros, pero la gente ya no quiere saber de eso. Todos estamos interesados en saber qué hay que hacer para superar este agobiante caos.

No pretendo formular una lista con las acciones que se deben llevar a cabo para culminar con este desastre, solo pretendo responder a las preguntas que me hacen a diario por las redes o personalmente, no por casualidad son prácticamente las mismas que me hago cada noche al acostarme.

¿Qué podemos hacer para que la Mesa de la Unidad Democrática concrete “algo” que termine con esta crisis y ponga punto final al caos que representa la revolución en el poder? En resumen, ¿cómo salimos de esto? Lo único que tengo claro frente a esta interrogante es la necesidad de profundizar en la Unidad, frente a los esfuerzos del régimen y de algunos “interesados” en fragmentar a la oposición, debemos abandonar la arrogancia y entender que solo unidos es que podemos consolidar una verdadera plataforma que le ponga freno a esto. Ha quedado demostrado que ningún partido solo puede con lo que exige Venezuela, y no hablo únicamente de cambiar de gobierno.

¿Por qué la oposición no ha cumplido con lo que prometió? Estoy convencido que el éxito alcanzado el 6D fue producto de la conjunción de una sociedad ya cansada de un modelo que solo ofrece fracaso y la unificación de acción, discurso y objetivos de los partidos que conforman la MUD. Esa unificación se abandonó el 7D, a partir del día después de la elección el debate y la búsqueda de consenso interno se abandonaron y es lo que ha propiciado que no se concreten mecanismos eficientes y oportunos de acción política. Eso no beneficia a ninguno de los miembros de la MUD, por el contrario, contribuye a que la erosión de la vida de los venezolanos se incremente con el pasar de las horas, esa es la verdad.

¿Tienen razón quienes intentan imponer una línea dura de confrontación contra Maduro y su gobierno? La principal virtud de la Unidad está en las diferencias de los factores que la conforman, eso le permite debatir sobre la base de lo que somos como país, ningún ciudadano es exacto a otro. Cada visión de lo que hay que hacer tiene sus validas motivaciones, lo que no ayuda a definir posturas es la imposición de ideas. Llegar a la mesa con la arrogancia de saberse el dueño de la verdad absoluta no contribuye para nada en la construcción de consensos, distancia a los aliados e impide que la fuerza de todos se sume a una causa común.

¿Debemos seguir con fórmulas que sabemos que no llegarán a ninguna parte? Soy de los que creen que no se pueden alcanzar objetivos distintos haciendo las mismas cosas. Creímos que ganar la AN era ganar desde la institucionalidad y como tal actuamos durante todo el 2016. La verdad es que la revolución no acciona desde ese mismo escenario, se sirve de la institucionalidad pero no actúa desde ella, ese fue el más grande error cometido. Es utópico pensar en reinstitucionalizar a Venezuela desde la AN con delincuentes ocupando el resto de los poderes públicos.

¿La opción es la calle? Si y no, creo firmemente en el trabajo conjunto entre la calle y el ejercicio político desde la AN, reitero, ejercicio político sin la camisa de fuerza de la institucionalidad obstaculizando las acciones. Debe haber pasión y convicción, la necesidad, el sufrimiento, la sangre y las lágrimas derramadas por tantos venezolanos deben inspirar la lucha, hay que sudarse la democracia desde lo propio.

Mucho es lo que dejamos de hacer, pero los países no se acaban y la capacidad de destrucción de la revolución es infinita, siempre podremos estar peor y eso es lo único que puede demostrar Maduro y su gobierno, pueden volver polvo los restos que quedan del país que han destruido. El desafío está en hacer política en función de la necesidad imperiosa de garantizarle a todos los venezolanos un cambio verdadero y no reeditar promesas que no se pueden cumplir.

Diego Scharifker

Concejal de Chacao

@DiegoScharifker

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