Desde un Gabinete Presidencial donde el jefe solo se preocupa por mantenerse en el poder, sin darse la oportunidad de evaluar su gestión, como era de esperar los resultados son funestos para la paz mental de los Venezolanos. Y con tan malos modales de añadido no se podía esperar otra cosa.
Es una realidad: La sociedad Venezolana suplica, apartando problemas económicos y financieros, pide ser escuchada, respetada, que no se le humille y no se pierda la dignidad de seres humanos y nuestra condición como ciudadanos con deberes y también derechos. Nadie lo menciona pero es importante: Se impone como razón de liderazgo, comenzar a exigir “el respeto” como norma de comportamiento. El respeto es la base de la convivencia y coexistencia de la sociedad para conformar una nación. Sin ese detalle, lamentablemente sin importancia para demasiados venezolanos.
Para mí resulta un lamentable y caótico espectáculo observar cómo nuestras autoridades actúan de manera irrespetuosa olvidando su responsabilidad como servidores públicos, como modelos a seguir, pero aún así pretenden guiar nuestra sociedad olvidando que debemos “convivir quieran o no”. Directivos que desde la arena de lo público y a veces también de lo privado, le dan la espalda al respeto a la vida y a la integridad física, psíquica y moral” de los venezolanos, desconociendo la propiedad privada, el respeto a manifestar, la simple gramática de nuestra lengua, los modales familiares y otras condiciones que son esenciales para vivir en democracia y establecer la libertad de pensamiento.
Ahora bien, todos tenemos la obligación que también es necesidad si queremos recobrar el camino de la prosperidad, de cultivar el respeto desde nuestros hogares, educar a nuestros
hijos y formarlos para convivir en una sociedad que se ha construido sobre la base de valores y que se está destruyendo por abandonar tan sana práctica. Razón que me reafirma mi sexto sentido cuando como mujer, madre y ciudadana exijo respeto, lenguaje correcto y buenos modales para rehacer nuestra sociedad.
Solo trabajando juntos como comunidad, desde el vecindario y condominio, consejo que incluye a los políticos, lograremos los venezolanos resultados efectivos que permitan reconstruir nuestro país con esfuerzo y convicción. ¡Obligación de todo venezolano vivo!
No nos dejemos engañar por quienes sueñan con salidas milagrosas, rápidas, express, que solo dejan más vacíos y levantan falsos liderazgos. Los ciudadanos hemos perdido la confianza en nuestros gobernantes, en las organizaciones políticas y en las instituciones públicas y hasta privadas, apartando malos resultados, durante tanto tiempo, porque no vemos la efectividad de sus acciones que se traduzcan en mayor felicidad social, política y económica… y encima quienes nos deben ofrecer esperanzas nos regañan a diario con frases groseras y malintencionadas.
La falta de soluciones están generando desasosiego en las personas, sólo hechos y acciones concretas nos permitirán avanzar y establecer bases sólidas para continuar hacia metas mejores. Una de ellas es el respeto al ser humano, a las palabras, a las normas, incluyendo desde luego Constitución, leyes y ordenanzas.
Finalizo: Tenemos que atrevernos a exigir nuestros derechos pero más aún a cumplir nuestros deberes, empezando por respetar a nuestros semejantes …