Rafael Piña Pérez: Lo de siempre, la lucha de clases (I)

Rafael Piña Pérez: Lo de siempre, la lucha de clases (I)

 

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Carlos Marx y Federico Engels interpretaron la lucha de clases como la historia de la humanidad desde el esclavismo hasta el capitalismo pasando por el feudalismo.  Estos investigadores vieron la lucha de clases en el capitalismo como un proceso de lucha entre el proletariado y la burguesía para transitar al socialismo desde el capitalismo maduro o desarrollado, es decir; estos autores hicieron una proyección histórica, la cual sigue siendo una utopía, en tanto no se ha dado en ninguna parte, ni se vislumbra aún de que se pueda dar.  Vladimir Lenin pensó que si era posible el socialismo que soñó Marx,  en el capitalismo atrasado o incipiente como lo era en Rusia cuando se dio la revolución bolchevique.  Los bolcheviques se equivocaron no solamente en la inviabilidad de la utopía marxista, sino en la convicción que tenían de que socializar era estatizar todos los medios de producción de bienes, arrebatando a la burguesía sus empresas con el pretexto de que iban a pasar a manos de los trabajadores.  Se hicieron del poder y se enfrentaron violentamente con los dueños de las unidades productoras, mientras Marx veía una lucha de clases como proceso social lento que no necesariamente tenía que ser violento, lo vio como proceso histórico.





Todos los países que han transitado el comunismo siguieron el esquema soviético de que para darse este sistema había que estatizar y centralizar la economía, crear un partido único e identificarlo con el Estado, crear sindicatos estatales controlados por el partido y en general todas las organizaciones de base de la sociedad civil debían ser controladas por el Estado y el partido único. Eliminan la propiedad privada, destruyen la clase media, quedando solamente dos clases: La Nomenclatura Dominante (minoría privilegiada) y la mayoría sojuzgada bajo los dictámenes de la élite gobernante con el poder absoluto y totalitario.  La lucha de clases en el socialismo real o comunismo es una farsa, la verdadera lucha de clases se ha dado dentro del capitalismo en la cual los trabajadores han logrado sus reivindicaciones; esto es, sindicatos autónomos, contratación colectiva, reducción de la jornada laboral, aumento salarial, mejores condiciones de trabajo, derecho a huelga, libertad y democracia política, conquistas que son negadas a los trabajadores en el comunismo.  Es una vieja mentira de la extrema izquierda  de que los trabajadores en ese sistema son los propietarios y los beneficiarios de las empresas, es una burocracia parasitaria y política la que recibe parte importante de la plusvalía que producen los trabajadores.

La plutocracia o nomenclatura que se ha enquistado en el poder secuestrando el Estado y suprimiendo la institucionalidad democrática, muy aferrada al poder, pretende perpetuarse en el mismo para seguir enriqueciéndose y protegerse ante futuros juicios por los delitos de lesa humanidad y por el latrocinio desbordado sin ningún tipo de control por parte de los organismos juridicionales. Hablan de paz y actuar dentro de la constitución, fuera de esta nada, pero en la práctica la violan en el día a  día, desconociendo el poder originario de la Asamblea Nacional electa en Diciembre de 2015. Designaron a magistrados del TSJ atropellando procedimientos, lapsos y algunos sin credenciales, otros con prontuario delictual. El TSJ está desacatando la constitución con sentencias violatorias establecidas en sus preceptos. Es el fondo del llamado desacato que el régimen pretende endosárselo a la oposición.

Rafael Piña Pérez, Miembro del Consejo de Economía Nacional