Una vicealmirante, un administrador de cuenta Twitter y un exgolpista en la Directiva de Pdvsa

A generLa casa matriz de PDVSA en Caracas, jul 21, 2016. La petrolera estatal venezolana PDVSA estima que su producción de crudo en 2017 quedará cerca de mínimos tocados hace 23 años, según un documento interno, lo que sugiere más dificultades para la nación sudamericana, que está sumergida en una profunda crisis. REUTERS/Carlos Garcia Rawlins - RTSJQ78

 

En la misma mesa directiva de la petrolera estatal venezolana PDVSA se sentarán una vicealmirante de Marina de las fuerzas armadas, un ex administrador de la cuenta de Twitter del fallecido presidente Hugo Chávez y uno de sus compañeros cuando intentó sin éxito un golpe de Estado en 1992, reseña Reuters.





Por Alexandra Ulmer/Reuters

El grupo integra la nueva junta directiva designada el domingo por el presidente Nicolás Maduro, en una jugada que sugiere que el mandatario socialista busca fortalecer su control sobre la principal compañía del país miembro de la OPEP.

Maduro explicó que la revisión busca acabar con la corrupción en la empresa que administra las mayores reservas de petróleo del mundo y que en el pasado reciente ha sido vinculada a una trama de sobornos investigada por la justicia de Estados Unidos.

En la sacudida, ratificó al presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Eulogio Del Pino, un ingeniero educado en la Universidad de Stanford. Pero removió a la mayoría de sus altos ejecutivos, varios con una larga trayectoria en la empresa.

A juzgar por sus currículos, varios de los escogidos tienen poca o ninguna experiencia en la industria petrolera, pero sí pertenecen a los círculos más cercanos de poder en el terreno militar y político del país sudamericano.

Los cambios han despertado temores entre analistas y ejecutivos del sector petrolero, pues ocurren cuando la producción de PDVSA está en mínimos de las últimas dos décadas y enfrenta dificultades para despachar el crudo sin retrasos.

“Si (antes) ha sido muy malo, con esta gente que además no tiene experiencia, ahora va a ser aún peor”, observó Francisco Ibarra, economista en la firma local Econométrica. “No sé cuánto peor”, apuntó.

Los ejecutivos salientes de PDVSA apoyaron abiertamente los planes del gobierno socialista y la industria decayó bajo su gerencia.

Algunos empleados y ex trabajadores, junto a consultores y ejecutivos de empresas extranjeras, expresaron -en privado- su preocupación por el escaso conocimiento de los nuevos jefes sobre la industria petrolera.

Maribel Parra, por ejemplo, una mujer que ascendió en su carrera militar hasta llegar a vicealmirante durante el Gobierno de Maduro, dirigirá la recién creada vicepresidencia ejecutiva de PDVSA, sin experiencia aparente en el sector energético.

Ismel Serrano, identificado en una entrevista en el canal de televisión estatal como coordinador de la cuenta de Twitter de Chávez, trabajó con Tareck El Aissami, un ex gobernador del estado de Aragua a quien Maduro promovió este mes al cargo de vicepresidente de su gobierno.

Guillermo Blanco, quien asumirá la vicepresidencia de Refinación, participó como militar en el golpe de Estado que lideró Chávez en la década de 1990. Blanco sí trabajaba en el Ministerio de Petróleo antes de su nombramiento.

Maduro también creó dos nuevas posiciones en la junta, que asumirán, como directores externos, trabajadores de la compañía. Ésto, para cumplir con “el plan socialista estratégico”.

“ROJO ROJITO”

Críticos al Gobierno de Maduro aseguran que PDVSA ha sido usada para financiar programas gubernamentales que favorezcan la popularidad de la revolución socialista y que bajo los mandatos de Chávez y Maduro aumentó la corrupción en la empresa.

Desde su llegada a la presidencia de PDVSA, Del Pino se ha esforzado por apuntalar la producción con una visión más pragmática, pero la tarea ha sido difícil por los estrictos controles cambiarios que existen en el país desde hace más de una década y el apoyo creciente que le solicitan a la petrolera.

La empresa rechaza las críticas y dice que forman parte de una campaña de desprestigio que impulsa la derecha en el país, con apoyo internacional y de los grandes medios de comunicación.

PDVSA dice trabajar con el objetivo de impulsar el progreso social en Venezuela y afirma estar tomando medidas para combatir la corrupción, un enemigo de larga data en una nación rica en petróleo.

La compañía no respondió a una solicitud de Reuters de mayor información sobre los cambios.

En medio de una prolongada recesión económica, los socios claves de la petrolera temen que una PDVSA aún más cercana al Gobierno aumente las transferencias de efectivo para apoyarlo.

“Este cambio significa más control político”, dijo un ejecutivo de una compañía extranjera en Caracas.