El atacante del Louvre “formalmente identificado”

El atacante del Louvre “formalmente identificado”

Reuters
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El hombre que el viernes atacó a militares junto al museo del Louvre en París fue “formalmente identificado” como Abdalá El Hamahmy, egipcio de 29 años, informaron este miércoles fuentes cercanas a la investigación.

AFP





Gravemente herido por disparos de los soldados, el lunes comenzó a hablar con los investigadores pero rechazó esta identidad. Pero, “de acuerdo a las verificaciones no caben dudas sobre su identidad”, precisaron las fuentes.

Su estado de salud se agravó mucho el martes, por lo que se levantó su detención provisional.

El agresor pertenece a una familia egipcia relativamente acomodada, y lleva una vida de directivo de empresa en Emiratos Árabes Unidos. Nada parecía predestinarlo a realizar este ataque.

Tenía todo para forjarse una exitosa carrera en el rico país donde vivía pero, llegado el 26 de enero a Francia desde Dubái con visado turístico, el egipcio pasará a la historia como el atacante del museo más frecuentado del mundo, un acto calificado como “terrorista” por las autoridades.

Poco antes de las 10H00 de aquel día, a la entrada de la galería comercial del museo, se lanzó sobre militares de una patrulla, vistiendo una camiseta negra con una calavera, con machetes de 40 cm de hoja en cada mano y al grito de “Allah Akbar (Alá es el más grande)”.

Hirió levemente a un soldado en el cuero cabelludo pero fue repelido por otro que alcanzó a dipararle, hiriéndolo de gravedadad en el abdomen.

Un escenario impensable para su padre, un alto mando de la policía egipcia jubilado. Reda El Hamahmy describió a la AFP a “un muchacho común” de 1,65 m al que no imaginaría atacando a “cuatro guardiads” armados. Nunca mostró signos de radicalización.

Para él, su hijo, ejecutivo en Sharjah, uno de los emiratos más conservadores, se encontraba en viaje de negocios en París, que finalizaría con una visita al Louvre.

Su joven esposa, embarazada de su segundo hijo, se encuentra actualmente en Arabia Saudí. Su matrimonio fue arreglado por la familia, como “es corriente”, comentó el padre.

El expolicía no tuvo más noticias de su hijo desde el viernes, y no se explica los tuits de un tal Abdalá El Hamahmy citando un versículo del Corán que promete el paraíso a quienes mueren combatiendo por Dios. U otro que reza: “sin negociaciones, sin compromiso, firmeza y sin retirada”.

‘Una persona diferente’

Un amigo del sospechoso no reconoció al graduado en Derecho al que conoció una década atrás: “Es como si fuera una persona diferente. Como si (su cuenta) hubiera sido pirateado(a)”.

Originario de Mansura, en el delta del Nilo, Abdalá El Hamahmy creció en una familia practicante de un islam moderado, según el padre.

Uno de sus hermanos es policía como el padre. Abdalá estudió Derecho en su ciudad y, tras graduarse hacia 2010, emigró a Emiratos.

Tras las Primaveras árabes de 2011, que derrocan sucesivamente a Zine El Abidin Ben Ali en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto, sus tuits dejaban pensar que ve con agrado la llegada de los islamistas al poder.

La fecha de su instalación en Emiratos no está clara, pero votó en el consulado egipcio en Dubái en las presidenciales de 2012, ganadas por el islamista Mohamed Mursi.

Fotos en las redes sociales muestran a un joven sonriente, con cabello corto y castaño. También hay fotos en casa de su padre, de 2009 y 2010, de un hombre serio, con traje y corbata, portando gafas finas.

Sus tuits revelan que apoyó a Mursi tras su elección, que en 2014 asistió en Dubái a una conferencia de un muy controvertido predicador indio, Zakir Naik. Pero sus contenidos no son exaltados ni con el tono rabioso de los subidos minutos antes de su ataque en el Louvre.

Tuits y pasaporte demuestran que entre 2012 y 2016 estuvo en Egipto, Turquía y Arabia Saudí.

Su estadía en París fue preparada con rigor: visa pedida en octubre y otorgada en noviembre por un mes a partir del 20 de enero de 2017. El 26 de enero se instaló en un apartamento parisino en el que pagaba 1.700 euros por semana, cerca de los Campos Elíseos. Dos días después compró al contado dos machetes en una armería del barrio de Bastilla.

Afirmó no haber querido atacar a los militares, sino realizar un acto muy simbólico contra Francia, dañando obras de arte del museo.

Si su salud mejora, enfrentará a un juez de instrucción para ser juzgado.