Manuel Ferreira: Sin contendores la batalla es un chiste

Manuel Ferreira: Sin contendores la batalla es un chiste

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Ante el inevitable fracaso para el sector oficialista en cualquier contienda electoral, las argucias y triquiñuelas no se hacen esperar. Desde la trinchera del régimen -de lo que en otrora eran poderes públicos autónomos- han salido directrices leoninas que buscan, sin lugar a dudas, dejar a la oposición venezolana sin tarjetas electorales.

390 máquinas captahuellas de 40.000 que tienen a disposición y 10 fines de semana ante cuatro meses que exige la norma, son solo un par de las trabas que nos impone el CNE a los venezolanos para que legitimemos a nuestros partidos políticos, aunado a no saber aún cuáles serían los sitios en los que discrecionalmente el poder electoral colocaría esos puntos de recolección de voluntades.





Un sinfín de requisitos administrativos que buscan entorpecer burocráticamente que podamos contarnos como ciudadanos democráticos y de paz – al evitar la legitimación de 59 partidos políticos-, y la espada de Damocles blandida en contra de la tarjeta de la MUD, con un proceso de fraude que sigilosamente adelanta el también parcializado poder judicial.

Sin partidos políticos no hay democracia, es cierto, pero lo que en realidad debemos entender es que esa no es la base del asunto. La verdadera premisa es que sin ciudadanos comprometidos no hay país, ni democracia, ni decencia, solo seriamos una extensión de terreno -muy similar a un corral- en donde individuos pastan cual ganado.

Permitir el avance de este atropello depende de nosotros, pero también el lograr el rescate de nuestros valores democráticos… Entonces, ¿qué haremos todos? ¿Coexistimos con la dictadura o entre todos los venezolanos damos el paso decisivo para salir de ella?