Jorge Millán: El Talión del Siglo XXI

Jorge Millán: El Talión del Siglo XXI

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La condena a la corrupción es ajusticiada en Venezuela como una suerte de neo talión. Mientras más denunciamos, investigamos y entregamos pruebas al país, más feroz e ilimitada en su inconstitucionalidad es la respuesta del gobierno.

La suma de hechos ocurridos con extraña sincronía nos asiste en esta crónica del “diente por diente”. Hablamos con propiedad. No había pasado una semana desde que propusimos la moción de censura contra el Ministro Energía Eléctrica Luis Motta Domínguez, debido a su responsabilidad sobre la crisis eléctrica y su profundización, cuando los periodistas que cubren la fuente legislativa se encontraron con una “orden” de la Guardia Nacional Bolivariana que les impedía el acceso al Palacio Federal. Por fortuna, tal arbitrariedad que viola la autonomía del poder legislativo, pudo ser contrastada sin que se violara el derecho a la información. La pregunta es de dónde vino la orden y por qué. Esta misma semana, la Contraloría General de la República, se sumó a la matriz oficial de supuesto desacato contra la Asamblea; la gran excusa con la que han pretendido desconocer e invalidar todas las actuaciones de quienes fuimos electos por el voto popular para legislar. Amenazan, incluso, con intervenir la Asamblea Nacional, a la que desde el Tribunal Supremo se le ha sitiado, invalidando decisiones y leyes que en beneficio del pueblo hemos sancionado.

Y es que aún esperamos que la Contraloría que hoy nos acosa, investigue las preguntas sin respuesta que dejó el Ministro Motta Domínguez al no comparecer ante la plenaria acerca de la crisis eléctrica que afecta a nuestro pueblo. En muchos hogares venezolanos el racionamiento no es esporádico, ni programado, sino permanente. Le debe una explicación al país sobre una de las tragedias eléctricas más grandes que ha vivido Venezuela y acerca de los focos de corrupción que dejó la declaratoria de emergencia del sector en 2010, con la que el gobierno ha contratado obras sin licitar y sin que haya un control en su ejecución. El talión es el que el gobierno aplica al ciudadano, como si su mala gestión que le costó perder el apoyo popular, tuviese el pueblo que pagarlo con su propia paz. Ese es el talión. El ojo por ojo y diente por diente no es contra los dirigentes políticos que en esta lucha estamos porque así lo quiso la mayoría del país. No. El talión es cada niño que muere de hambre, envenenado por yuca amarga, es cada comerciante que perdió su mercancía por la irresponsabilidad en el manejo del sistema eléctrico, es cada víctima del hampa en el reino de la impunidad, ése y no otro es el Talión del Siglo XXI.

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