Domingo Alberto Rangel: Los Claps de ricos

Domingo Alberto Rangel: Los Claps de ricos

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Sobre los CLAPS mucho se ha escrito. No pienso redundar recalcando el mediocre rendimiento de un gobierno que al cabo de 18 años anunciando un “país potencia”, que no se ve por ningún lado, ahora está obligado por vía de los hechos a poner en práctica una especie de libreta de racionamiento al estilo soviético porque no alcanzan los alimentos para tantas gentes. Eso, aparte de que todos lo sabemos, no debe llamar la atención más allá de entender que la pobreza extrema es el resultado lógico de aplicar recetas socialistas, estatistas, centralistas y ahora militaristas, para dirigir el estado y por ende la economía.

Tampoco se trata de protestar la corrupción que gira alrededor de los CLAPS. Desde que alguien en la burocracia nacional entrega los dólares para adquirir esos productos, hasta que revende las bolsas el último bachaquero involucrado… el sistema político, económico y social que nos rige y desgobierna a los venezolanos es corrupto por definición y si los visitantes al llamado Cuartel de la Montaña dejaran limosnas al pie de la momia “Inmortal”, seguramente alguien haría negocio robándose los cobres… de manera que don Nicolás Maduro no debería hacerse el sorprendido cuando protesta porque “roban en los CLAPS”.





El economista Alexander Guerrero investigó los envíos que venezolanos emigrados le mandan con cierta regularidad a sus parientes que por una razón u otra se quedaron viviendo en nuestra Venezuela.

Los hallazgos sorprenden: Casi medio millón de cajas llenas con productos de la dieta básica llegan cada mes a nuestro país, a través de empresas encargadas de entregar “puerta a puerta” encomiendas compradas en Miami, Panamá, Bogotá, Ciudad de México y Madrid, principalmente.

Eso significa que hoy día un 8 % de la población venezolana come de estas remesas de los ricos. Remesas diferentes a las que envían los centroamericanos a sus países de origen.

El centroamericano que recibe remesas no espera en los primeros días del mes, intranquilo, hasta que le toquen el timbre para entregar la bolsa de comida mensual. Esos países centroamericanos serán pequeños y quizás en otras épocas sus sociedades eran más atrasados que las nuestras… pero tras 18 años de socialismo del siglo XXI, con un sistema de educación que gradúa bachilleres ignorantes en las áreas de las matemáticas, la física o la química y el inglés, porque no tienen profesor que les ayude a aprender, con empobrecimientos generalizados que han llevado nuestra economía a estar junto con Cuba y Haití entre lo último de la América mestiza, es como demasiado moderno pensar que en Venezuela un pariente emigrado al exterior pueda colocarnos digamos 100 o 200 dólares al mes en una cuenta bancaria que nos salve del hambre.

En esos países centroamericanos no hay capitalismo de libre mercado pero tampoco control de cambios y un emigrado puede traspasar los dólares de la remesa a una cuenta nacional. No es así en nuestra Venezuela y además no se consiguen los alimentos básicos.

De manera que los venezolanos con parientes que se pueden dar este pequeño lujo reciben cajas llenas de productos enviados desde el exterior y así no solo comen sino que evitan hacer colas odiosas para comprar caraotas, harina PAN o arroz.

Pero, como todo lo que concierne a los gobiernos bolivarianos, salvo nuevo aviso, puede ser “negocio” para la corrupción… las trasnacionales de encomiendas se curan en salud y por adelantado pagan comisiones en las aduanas. Pero por si acaso, nunca está de más, contratan como asesores de aduanas familiares y allegados a militares que controlan el ingreso de esos CLAPS de ricos a territorio nacional.

Estas mega cajas son los CLAPS de ricos que según estimaciones nuestras en este momento pueden estar alimentando unos 2 millones de compatriotas.

En nada se parecen estas cajas que milagrosamente llegan a nuestro país y que milagrosamente no son violadas en las aduanas –para algo se pagan las comisiones a los familiares de militares-… a las remesas que envían parientes pobres desde USA a sus familiares digamos en El Salvador.

Los CLAPS para compatriotas ricos, a diferencia de las remesas de pobres que llegan a Centroamérica o México, desde pequeños pueblos donde los remitentes trabajan en oficios más bien humildes, más bien se contratan en las urbanizaciones más exclusivas de la Florida, Madrid o Panamá. Viajan en aviones de carga porque no son transacciones electrónicas sino envíos en especies.

Estos remitentes de CLAPS de ricos en algunos casos son boliburgueses emigrados, viven de rentas… pero la causa que origina estos envíos es la misma que en Centroamérica: Los países de la América mestiza han fracasado por igual ya que en ninguno se ha logrado fundar sociedades prósperas, libres y estables.

Algunos de nuestros países confundieron capitalismo con mercantilismo lleno de monopolios allegados al Estado. En otros, caso nuestro, se han aplicado por años políticas económicas enemigas del capitalismo y de sus instituciones que son las que facilitan la producción de riquezas.

Los resultados son los mismos y si de algo sirven estas reflexiones es para tener como meta sociedades donde más bien los ciudadanos le puedan envíar remesas, algún día, a los parientes emigrados al norte. Es difícil pero no imposible y el presidente Trump sin querer nos ayuda…