¡De espanto! Fue raptada y por siete años vivió encerrada en un ataúd (Fotos)

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En la primavera de 1977, Colleen Stan era una atractiva jovencita que era bien consciente de los peligros del autostop. En aquellos días esta práctica era particularmente arriesgada, tan sólo unos años después del arresto de un asesino en serie de Santa Cruz que se aprovechaba de las autoestopistas. Pero Stan, de gran espíritu, había estado haciendo este tipo de desplazamiento durante mucho tiempo y nada había ido mal nunca, además apenas tenía dinero. Llegó el momento en el que pensó que sería una agradable sorpresa de cumpleaños visitar a un amigo a 640 km al sur en Westwood, California.

De esta manera, el autostop parecía la mejor opción para partir desde Eugene, Oregon. El 19 de mayo de 1977 esta chica de 20 años se adentró en la autopista alzando al viento su dedo pulgar. No se encontraba a menos de 160 km de su destino cuando Cameron Hooker, un trabajador de un aserradero de 23 años paró y le ofreció un viaje. Su aspecto era inofensivo, especialmente viajando acompañado de su mujer, Janice, de 19 años, quien llevaba a un pequeño bebé en sus brazos.





Aún así, a pesar de su apariencia normal, Stan comenzó a sentir un terror creciente. Tras unos cuantos kilómetros, Hooker detuvo el auto para repostar y la joven utilizó los aseos. Entonces fue cuando escuchó una voz que decía algo así como: “¡Salta por la ventana, corre y nunca mires atrás!” Pronto se dio cuenta de que tenía que haber hecho caso. En otra parada, ésta en un área retirada en el bosque, el hombre sacó un cuchillo carnicero y amenazó a Stan con él.

La amordazó y le vendo los ojos, bloqueando además su cabeza con una caja de madera de 9 kilos. Cuando el carro se detuvo, sus secuestradores la llevaron al sótano de una casa. De esta manera comenzó su larga pesadilla. Hooker ideó todo tipo de tormentos, le hizo pasar hambre, le dio latigazos, le creó quemaduras y la colgó de las muñecas en el techo sin oportunidad de ir al baño. La abandonaba durante varios días, sin ropa, con la caja en la cabeza, y a veces la encerraba en un ataúd, o la enganchaba en un estante.

Tras ocho meses de tremebundas penurias y vejaciones, el trabajador del aserradero la forzó a firmar un contrato de “esclavitud”. Su nombre iba a ser entonces “K”, tenía llevar un collar de esclava y hacer todo lo que se le dijera, desde labores de la casa hasta relaciones íntimas extrañas. Hooker le comunicó que si trataba de escaparse o decía que no una poderosa organización, conocida como “La Compañía” iba a encontrarla. Supuestamente tenían controlada la vivienda de su familia en todo momento…

Por el periodo de un año, Stan fue un accesorio más en la casa de este terrible hombre, cuidando de sus dos hijos, realizando trabajos espeluznantes, incluso apareciendo en sociedad junto a Janice. Para el exterior, este hogar lucía como una pareja viviendo con una criada interna. Nadie sospechaba que la chica fuera forzada a dormir en una caja bajo la cama de agua de los amantes, o que era abusada regularmente.

Conforme el tiempo fue pasando, ella tuvo más libertades. En marzo de 1981, llegó a visitar brevemente a sus padres, pero estaba tan atemorizada y dañada psicológicamente por Hooker y la supuesta “Compañía” que ni siquiera intentó contarles que era lo que pasaba. Poco después de la visita, su raptor la encerró de nuevo en el ataúd. Durante 3 años estuvo con acceso muy limitado al mundo exterior. Sólo salía para trabajar, ayudando en la construcción de alojamientos más grandes para nuevos presos, como una mazmorra subterránea.

Janice se apiada

Así permaneció hasta el año 1984, cuando Janice ayudó a la joven a escapar. Fue tan simple como llevarla a una estación de autobuses, donde llamó a su padre para que le diera dinero para un billete de vuelta. Su otra raptora, en un intento de rehabilitar a su marido en la iglesia, le suplicó a Stan que no dijera nada sobre los siete años de cautiverio fatal. Stan mantuvo su promesa y no se lo dijo a nadie. Eventualmente, la esposa del psicópata se dio cuenta de que ningún consejo o rezo iba a ayudar a Cameron Hooker. Ella le comunicó al pastor y luego a la policía sobre lo que había hecho su marido, con una larga lista de crímenes

En su haber tenía también la vida de otra joven mujer, Marie Elizabeth Spannhake, de 19 años, quien caminaba por la carretera en 1976 y aceptó un viaje en coche. Todos la dieron por desaparecida, pero lo cierto es que Cameron le quitó la vida. En poco tiempo la policía llamó a la puerta de la casa de Stan. Su relato en primera persona fue igual de espeluznante que el de Jan. Las investigaciones que se realizaron encontraron pruebas que apoyaban las narraciones, como la caja de la cabeza y en poco tiempo Hooker fue esposado.

Condena y final

El abogado de Hooker intentó hacer parecer que Stan había sido una participante voluntaria, ya que había tenido varias oportunidades de escapar que no aprovechó. Dos días y medio fueron necesarios para que el jurado lo encontrara culpable de secuestro, sodomía y abuso. El 22 de noviembre de 1985 fue sentenciado a 104 años de cárcel. Aún así, nunca hubieron suficientes pruebas del homicidio de Spannhake. En 2022 tiene opciones de salir condicionalmente. Tras este proceso, la chica atormentada trato de retomar su vida, pero la miseria le siguió, varios matrimonios fallidos y un hijo problemático, que ahora esta preso. En 2009 escribió un libro en el que narra sus penurias y su aprendizaje.

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Información de ParaLosCuriosos.com