Entre 15 y 16 mil médicos se han ido del país

ACOMPAÑA CRÓNICA: VENEZUELA MEDICINAS - CAR008. CARACAS (VENEZUELA), 25/02/2017 - Fotografía del 24 de febrero de 2017, de la paciente Laura Diaz, de 55 años, que aguarda en su camilla por medicina en un hospital de Caracas (Venezuela). Casi tres semanas lleva una joven de 25 años buscando dos antibióticos para su hermana que padece de bronconeumonía y hasta ahora lo único que pudo conseguir, gracias a una donación, fue una caja incompleta de un medicamento que no es precisamente el que el médico le recetó. Venezuela vive una aguda crisis de desabastecimiento en materia de medicinas desde hace más de dos años y la situación no parece mejorar. Efe hizo un recorrido por unas 15 farmacias ubicadas tanto en el este como en el oeste de la capital venezolana y constató la ausencia de antibióticos, hipertensivos, anticoagulantes y otros. EFE/MIGUEL GUTIERREZ
La paciente Laura Diaz, de 55 años, que aguarda en su camilla por medicina en un hospital de Caracas (Venezuela) EFE/MIGUEL GUTIERREZ

 

Cada 10 de marzo se conmemora el Día del Médico en Venezuela como homenaje al natalicio de José María Vargas, sin embargo, en la actualidad los profesionales de la salud tienen muy poco que celebrar. Su situación no escapa de la realidad que vive el país y que los aqueja la escasez, bajos salarios, falta de medicamentos e insumos en los hospitales, recursos, logística e información pública y trasparente que les dificulta comprender el entorno y garantizar el ejercicio de la profesión, reseña La Verdad.

Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana, comentó que sufren las peores consecuencias en medio de un estado de calamidad donde 16 mil médicos decidieron emigrar desde el 2013. “Es difícil celebrar con esta situación. El Gobierno no reconoce las epidemias. Equipos tan básicos como para radiología están ausentes hasta en un 80 por ciento. Los exámenes de laboratorio no se pueden concluir porque al menos 50 por ciento de sus partes están cerradas y los kits no existen. Solo hay un tres por ciento de material médico quirúrgico”.





El representante gremial asegura que existe un cierre técnico debido a que no hay mantenimiento en las instituciones, infraestructura o forma de reponer los equipos dañados. “No se puede trabajar y garantizar el derecho a la vida en los 300 hospitales de Venezuela. La situación es gravísima y estamos esclavizados porque debemos trabajar los siete días de la semana para poder sobrevivir. El Gobierno nos llevó de la opulencia a la indigencia”.

Falta de oportunidades 

Ernesto Solís, director del Instituto de Investigaciones Genéticas de LUZ, menciona que es muy cuesta arriba en la actualidad hacer investigaciones y estas se encuentran en una crisis terminal. “Desde hace muchos años estamos imposibilitados de adquirir nuevos reactivos, trabajamos con lo que teníamos guardado y se vienen agotando paulatinamente. No se pueden reponer porque los proveedores dejaron de prestar sus servicios y no tenemos dinero. Los servicios que ofrecemos cada vez son menos y los investigadores no están motivados a introducir proyectos. La investigación se va limitando y pierde su sentido”.

Los médicos señalan que realizan muchos esfuerzos y dedican mucho tiempo para llegar a ser profesionales. En la actualidad, su motivación parte de su vocación innata. Muchos los tildan de héroes sin capa y aunque hagan lo imposible por ayudar a sus pacientes, en Venezuela existen situaciones que escapan de sus manos. Solís comenta que “da dolor decirle a alguien que no se puede hacer algo porque falta un equipo o no tenemos los instrumentos”.

La calidad de los futuros profesionales de la salud va disminuyendo en la medida que escasean las oportunidades, herramientas tecnológicas y avances en la medicina a la que en el país no tiene acceso. Tanto el presente como el futuro se ve comprometido y, según los especialistas, la realidad es de las más duras de su historia. “El trabajo está llegando a un punto en el que el médico se ve en la obligación de irse. Es lamentable que el Estado venezolano no pueda asegurar condiciones mínimas de trabajo y calidad de vida para ejercer su profesión”.

Radiografía 

José Manuel Olivares, presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional, señala que no existen motivos para celebrar y que nunca fue tan difícil ser médico en Venezuela. “Sufrimos los embates de no poder formar una familia o surgir producto del esfuerzo. Sufrimos violencia y agresiones en los hospitales y es durísimo darle la cara a los pacientes. Los médicos en Venezuela damos la cara con las uñas. Se opera con guantes que al romperse sabemos que no hay más. Da tristeza saber que un paciente se nos fue por no tener ambulancia o una quimioterapia”.

El también oncólogo indica que en los hospitales no existen dietas para los enfermos, con suerte un pedazo de queso, arroz, jugo o una naranja, es lo único que litiga el hambre en las habitaciones. “El Gobierno obliga a ocultar diagnósticos. Existen persecuciones y presiones a los médicos. El sentimiento es de frustración, decepción, indignación y tristeza. Vivimos una crisis humanitaria en medio de un sistema indolente e inhumano. Nos estamos quedando sin generación de relevo y muy retrasados”.

El gremio médico exige al Ejecutivo nacional condiciones mínimas en los centros asistenciales, discusión de la convención colectivas y oportunidades para el ejercicio libre y pleno de la profesión.