Chávez, por Dulce María Tosta

Chávez, por Dulce María Tosta

thumbnailcolaboradores-190x1301Con su muerte, Chávez pasó de ser un líder carismático y populista a un negocio redondo para tirios y troyanos. Por un lado, para los que se consideran sus herederos con el único objeto de conservar el poder y, por el otro, quienes han hecho del antichavismo una manera de ganar adeptos y una razón para copar buena parte de la escena política.

Chávez es nuestra figura política central desde hace veinticinco años. Del por ahora hasta la jura sobre la moribunda Constitución de 1961, se mantuvo como la esperanza viviente de millones de venezolanos hastiados del bipartidismo, de la corrupción, de las amantes todopoderosas y de las huestes que se movían tras ellas y de las imperfecciones de un modo de gobernar cada vez más distanciado de los intereses populares y crecientemente determinado y usufructuado por las maquinarias partidistas.

La figura de Chávez es a la política venezolana lo que las ventajas comparativas son al comercio internacional. Si todas las naciones tuvieran el mismo clima, tipo de tierra y demás caracteres que influyen en la producción agropecuaria e industrial, todas estarían en capacidad de producir de todo y –por ejemplo– la campiña francesa perdería la exclusividad de producir los mejores vinos del mundo, España no podría mostrar con arrogancia su jamón de Jabugo, ni Noruega su exquisito salmón ahumado. Así, si en un ejercicio de imaginación apartáramos de nuestras mentes la existencia de Chávez, con éste desaparecerían los usufructuarios de su paso terrenal: el Gran Polo Patriótico y la Mesa de la Unidad Democrática, Yin y Yang de nuestro acontecer político.





Pues aun cuando parezca arriesgado decirlo, ambos nacieron del mismo vientre y se nutren a través del mismo cordón umbilical. ¿Acaso no fue eso lo que se evidenció en las elecciones presidenciales de 2013 y en las legislativas del 6D? En las primeras se oyó decir hasta el cansancio: Chávez, te lo juro, yo voto por Maduro, mientras que en las decembrinas se invitaba a votar por La Manito, obviando con desenfado los nombres e historias de los candidatos escogidos por el dedo cupular de la MUD.

Por interés de unos y de otros, este País ha sido llevado mansamente a una confrontación sin doctrinas ni proyectos concretos y viables. Ya es lugar común oír las guapetonerías de Diosdado, las bobadas de Maduro o las simplezas de Capriles, en sus permanentes búsquedas de cámaras y espacios. Todos simulan estar en una gallera aupando a sus gallos de pelea, cuando en verdad están bailando el pacífico y multicolor sebucán, tejiendo cintas alrededor del palo ceremonial: Chávez.

La gran fortaleza del régimen cuya cabeza visible es Maduro, reside en que el mundo político, con absoluto desprecio por el interés de la gente, es tan usufructuario del chavismo como del antichavismo. La arrogante escogencia a capricho de los candidatos de la MUD para el 6D es prueba de ello, a sabiendas de que el enfurecido antichavista votaría por los suyos temperamentalmente, sin preguntarse si los postulados tenían Cédula de Identidad o eran connacionales –lo cual no es nuevo– pues desde hace bastante tiempo el venezolano ha votado mirando hacia atrás, con ánimo de castigar al último mal gobierno y ocupándose poco de las metas y retos del futuro.

La conducta de los partidos de la MUD nos hace recordar aquello de «Métete con el santo, pero no con la limosna». Sapos y culebras contra el comandante eterno y sus discípulos son perfectamente admisibles para ella, pero la aplicación de la Carta Democrática se debe evitar, pues podría acabar con el negocio común. De no ser así ¿Por qué cada vez que el régimen se encuentra al borde del knock out, salen los seconds de la esquina «contraria» a prestarle auxilio con las toallas del diálogo y de la desmovilización popular?

A medida que transcurren los días se hace más evidente la componenda entre los «rivales» y se nota con más fuerza la orfandad de la gente común. Mientras ésta espere de la MUD la solución de los horribles problemas que la aquejan, nada pasará, pero como nada es eterno y no se puede mantener engañado a todos todo el tiempo, un día el sol, en hombros del común, asomará con gran fuerza por el horizonte de la libertad.

NOTA:? Mientras preparaba éste artículo para colocarlo en la red, encontré un tuit de fecha 14 de marzo de 2017, de Nitu Pérez Osuna, que a la letra dice:? “Suspendidas actividades de la AN hasta el 21, la prometida plenaria para solicitar la activación de la Carta Democrática no se hará”.

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