Una enorme ballena con una peculiar protuberancia en su cuerpo quedó varada en las costas de Pelluhue, en la región del Maule (Chile) y tiene a todos los turistas y habitantes del poblado expectantes a pesar de que el animal se encuentra inmóvil pues llegó muerto a la playa, publicó Inforbae.
El biólogo marino Alejandro Pérez, de la Estación Costera de Investigaciones Marinas de la Universidad Católica, explicó que podría tratarse de una ballena Minke antártica (Balaenoptera bonaerensis) o una Bryde, pero “sin la aleta dorsal no se puede distinguir bien”.
La protuberancia “debe ser causada por cambios de presión, debe ser parte de su lengua dentro de la cavidad bucal que se inflama por presión interna”, señala Pérez, quien agrega que tal vez fue “arrastrada por las corrientes, lo que podría causar que haya procesos de fermentación también generando esa protuberancia”.
De acuerdo al especialista, podría ser fruto de un golpe, como por ejemplo el traumatismo causado por una embarcación, lo que habría generado su muerte. Algo en lo que coincide el científico Gustavo Chiang de Fundación Meri.
“Existe mucho flujo de embarcaciones en la zona que podrían interferir con las rutas migratorias de estas especies. En esta época -verano y comienzos del otoño- comienzan los mayores movimientos de estas especies por nuestra costa”, algo que el biólogo marino detalla como un suceso frecuente.
El especialista en mamíferos marinos del Centro Leviathan, Gian Paolo Sanino señaló que “el caso de esta ballena es interesante”, agregando que en toda su carrera con cientos de necropsias de cetáceos, “jamás había visto un proceso de inflamación de este tipo”
“En mi opinión, debiera haber más investigación sobre las rutas migratorias, fechas, tipos de ballenas, de manera de tratar de reducir la interacción negativa entre estos mamíferos y las embarcaciones”, puntualiza el biólogo marino, también investigador del Núcleo Milenio Centro de Conservación Marina de la PUC.
Gustavo Chiang estima que “en lo posible, hay que rescatar la mayor cantidad de información y muestras”, atendiendo, en todo caso, que hay motivos de salubridad que justifican enterrar al animal. Por su parte, Pérez considera que es pertinente “siempre y cuando se registren y se tomen muestras para análisis ecológico, biológico y genético”, antes de enterrar al animal.
