Todo 29 tiene su 1ero, por @Claudiopedia

Todo 29 tiene su 1ero, por @Claudiopedia

thumbnailClaudioSandovalEl chavismo suele recalcar, en tono burlón, que todo 11 tiene su 13, en relación con los hechos públicos y notorios de abril de 2002. La sentencia 156 del pasado 29 de marzo, emitida por el Tribunal Supremo de Justicia, abrió la caja de pandora. Esto significa que ni la declaración de la Fiscal General de la República, o el show del consejo de defensa de la nación, ni la subsiguiente sentencia 157, del 1 de abril, podrán cambiar la realidad: Maduro no solo es un autócrata, también luce como tal.

Los romanos decían que la mujer del César no sólo debía ser honesta sino además parecerlo. En política las apariencias casi siempre son más importantes que la realidad. Hasta que Maduro bloqueara la ruta electoral en el año 2016, el chavismo había venido haciendo un trabajo interesante aparentando su vocación democrática.

Una de las claves del autócrata sofisticado es nunca auto-declararse como tal. Y para ello, las formas también son fundamentales. Maduro, por ejemplo, había venido desconociendo las funciones de la Asamblea Nacional en unas 54 sentencias anteriores. Si el gobierno hubiera seguido la misma fórmula de dichas decisiones, otro gallo cataría. Sin embargo, esta vez, Maduro no se conformó con suprimir otra función más del parlamento, sino que decidió despojarle cada una de sus funciones de una vez por todas, disolviendo así al poder legislativo, a través de un flagrante golpe de Estado (los otros golpes a la constitución fueron disimulados).





¿Por qué Maduro le cambió la seña al TSJ, apartándose así de las dos reglas básicas del manual para dictadores: apariencia democrática y cuidado en las formas? Los detalles requerirían otro artículo exclusivamente dedicado al punto. La respuesta corta es que la causa tiene que ver con el desespero por dinero que recibirían de los rusos y que destinarían al servicio de la deuda pública externa, esta semana.

¿Cuál es la consecuencia más relevante de este autogol? Maduro perdió su ficha más importante: el TSJ. Hay un segundo error obligado, que surge como parte del control de daños. Esto es, Maduro dice que no conocía la sentencia y, luego hace que el TSJ recule en un madrugonazo. Es decir, la cúpula gobernante tuvo que vender al TSJ como el malo de la película. En adelante, cualquier sentencia proveniente de este TSJ, carece de credibilidad y legitimidad, ya no solamente frente a la mayoría de los venezolanos sino a nivel de la comunidad internacional. En términos de ajedrez, Maduro estaba en jaque y sacrificó su reina para seguir en el juego.

Por su parte, el elemento más destacable de la reunión del Consejo Permanente de la OEA, este lunes, es que ya no se habla de atentados al orden democrático sino de “restauración” del orden democrático. En otras palabras, se asume que la grave situación de Venezuela no obedece a una mera acción del gobierno sino a su conducta, se trata de un tema endémico.

 

Quisiera cerrar señalando que estamos en abril, mes de desobediencias legítimas en Venezuela –como la del 19A, por mencionar alguna. Por eso me parece oportuno recordarle a Maduro y a su camarilla lo siguiente: todo 29 tiene su 1ero.