Juan Carlos Sosa Azpúrua: Suicidas de Sangre Patricia

Juan Carlos Sosa Azpúrua: Suicidas de Sangre Patricia

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Sangre Patricia (Díaz,1902) 1/ es una irónica tragedia. El protagonista de esta novela personifica la historia de un país fracturado y desorientado en el espacio – tiempo. Venezuela ha entrado al siglo XX como una concha de retazos. Es un abanico de dolores, donde el aire ventilado penetra el espíritu de los patricios, herederos de una lejana tradición heroica.  Tulio Arcos capta que existe una traición del destino. La falla se origina en la errada fuente que inspiró a nuestros próceres. No respetaron a la madre España. Para la Independencia, se tomó como modelo a Francia. Se descontextualizó lo criollo, renegando de una cultura, de un idioma y de una raza. Dice Arcos:

Es un repugnante lugar común, cuando se habla de nuestras miserias, en particular de nuestras miserias políticas, valerse del   socorrido argumento de nuestro origen español, como si este solo origen contuviese en germen todos nuestros males.  Fácilmente  se  olvida  cómo  en  la  independencia  las  almas  de  algunos    de    nuestros    más    grandes    libertadores    trasplantaron    a    nuestra    política,    y    pretendieron  plantar  de  por  fuerza  en  el  seno  de  la  raza,  el  espíritu  francés,  o  más  bien  el  espíritu  revolucionario  francés,  el  cual  viene  desde  entonces,  con  eclipses  más  o  menos  largos,  predominando  en  nuestra  política  y  prosperando  fuera  de  ella,  a  costa  de  nuestra  vida  original,  es  decir,  a  costa  de  nuestros  hábitos  y  de  nuestra  lengua  y  literatura (p. 51).

 





Este rescate de la herencia española, es un singular aporte –audaz y contestatario– de Manuel Díaz.  El autor dibuja a sus personajes desde sus propios padecimientos: la endeblez en los cimientos, que causa las revoluciones. Testigo de una nación que no se encuentra a sí misma. Y es desde el entendimiento de nuestras raíces que podría darse un giro al porvenir. Padecemos un siglo de conflictos. Luchas montoneras de caudillos ambiciosos. Al igual que con la Independencia, Díaz Rodríguez vuelve a palpar las distorsiones culturales que causa el afrancesamiento. Esta vez, en las políticas de Guzmán Blanco. Su plan de importar a París es un parche para la fisonomía local. Provoca una sensación de extranjería. Artificio que cala hondamente en el alma nacional.  Luego observa a Cipriano Castro planteando un regreso al pasado. Díaz se identifica parcialmente con los rebeldes, quienes ofrecen una modernización acorde con el siglo que nacía y no con el que había muerto. Parcial, porque la Revolución Libertadora, que conspiraba contra Castro, estuvo encabezada por un burgués: el banquero Manuel Antonio Matos. La diplomacia del dólar, de la que Matos era emblema, es uno de los aspectos que más irritan a Díaz. Aunque para el autor de Sangre Patricia las guerras son purificadoras – “Sólo por la guerra se crea y se redime (…)” (p.18) –, considera que el mercantilismo es una amenaza contra el empuje creador que debe privar en toda sociedad. Refiriéndose a los efectos de la influencia estadounidense en América –a partir del conflicto con España– afirma Tulio Arcos: “Esa guerra de conquista nos manifestó muy clara la hipócrita actitud asumida, ya desde antes de la guerra, por el Imperio del Dólar frente a nuestras pobres y desmedradas repúblicas (…)” (p.50). Pero el escritor no intenta hacer Literatura Fundacional. En Sangre Patricia, Díaz no propone un proyecto nacional, como hiciera el argentino Domingo Faustino Sarmiento en Facundo (1845). Tampoco desea componer un himno a lo terruño, el enfoque de progreso a partir de la productividad del campo, como hizo Manuel Vicente Romero en Peonía (1890). Sangre Patricia es un ejercicio de ruptura. Pero no para crear un nuevo orden. Su objetivo esencial es la evasión del mundo fracasado, a partir del viaje al interior del alma. El refugio en la soledad y su amparo en las cosas bellas, más que un anhelo, es un instinto de sobrevivencia. Tulio está exilado en París y ansía que Venezuela llegue a él a través de Belén Montenegro, que viaja en barco. Pero su esposa fallece en el trayecto y el cadáver es lanzado a las profundidades del mar. Hay un marcado simbolismo en esta muerte: “En el fondo del océano, según el creer de los pueblos, hay pérfidas deidades y monstruos malignos.  Tal vez con aquella muerte, la mar y sus dioses vengaban antiguas pero inolvidables injurias” (p.30).  Con su historia vital, Belén escribe los vaivenes de un país que fracasó. El dolor abriga a Tulio. Y da calor a Miguel Borja, ese otro personaje de la novela que también simboliza el pasado traicionado y un presente evasivo: “Es como una máscara del dolor, si no es el dolor mismo que, después de pasar al través de las más infernales torturas, cuajó en un bloque de hielo” (p.39). En la más pura tradición del Modernismo literario, Díaz hace de lo irónico una huella recurrente. El cosmopolitismo de Sangre Patricia intrínsecamente es una ironía. La evasión del personaje sucede en Francia. Tulio viaja a París a gozar de lo bello, huyendo de una nación cuya derrota existencial – según vimos que afirmó el mismo Tulio –  tiene alto componente francés. Y para remarcar este acento irónico, Borja desea curar el dolor de su amigo con un viaje en barco. Pero como Belén al inicio de la novela, lo que Tulio encontrará será la muerte. Precipitándose al mar, su suicidio es la revelación de un circular callejón sin salida. Fue víctima de sus circunstancias y de sí mismo. El ensimismamiento no pudo liberarlo. Al contrario, lo fracturó en dos realidades, que se fusionaron en el ensueño.  La acción final de Tulio fue una traición sublimada. Sexo con la señora de Perales, la mujer de un burgués usurero, que la mente febril de Tulio transforma en sirena. Sublima a Belén en la esposa de otro hombre. Es un ser mitológico. Regresó del mar para amarlo. Pero es un idilio que solo puede vivir en la muerte. Ambos cuerpos se fusionan en lo más profundo del océano, dónde se expían las culpas… y donde yace otra suicida: Venezuela. @jcsosazpurua

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1/ http://webdelprofesor.ula.ve/humanidades/alconber/enlaces/manuel_diaz_rodriguez/sangre_patricia.pdf