Los Kalashnikov…pertenecen al Estado-Nación, por José Machillanda

Los Kalashnikov…pertenecen al Estado-Nación, por José Machillanda

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La Protesta Social Incremental que mostraron los demócratas hoy en Venezuela constituye una sólida expresión ética en su responsabilidad como demócratas que decidieron desde el 6D de 2015, como fuerza mayoritaria del sistema político venezolano, la demanda de un cambio del actual régimen político.

Por José Machillanda / @JMachillandaP





Un período de inacción creado desde el 26O de 2016 por un acto arbitrario potenciado por Nicolás Maduro y el CNE, creó en el ambiente político real una situación de espasmo, superado con el proceso de relegitimación de los partidos y exponenciado la última semana como consecuencia de una decisión violatoria de la Constitución producida por parte del Tribunal Supremo de Justicia.

El régimen acorralado por la decisión de la Fiscal General de República más la presión internacional, que visibiliza al régimen como una dictadura, ha sido percutor potenciando la Protesta Política de los demócratas en Venezuela. El régimen acorralado por la protesta se mostró hoy en el contenido de sus tres discursantes como un régimen primitivo invitando a la guerra, al conflicto y en extremo al uso de los fusiles Kalashnikov para detener el derecho legítimo a protestar, decir, los voceros solo y solo entienden la política por la vía brutal a conflicto armado.

Delito militar por parte de quienes instigan a usar el instrumental de guerra del Estado para la defensa en hechos políticos que se corresponden a la civilidad y están previstos en la Constitución, pero además forman parte del imaginario y la cultura política del demócrata venezolano. Tal provocación, desafuero y locura sólo puede entenderse en un régimen que por desviaciones partidistas e ideológicas asume que Venezuela le pertenece y que no están dispuestos a entregar el poder y para ello… amenazan con el instrumental de guerra del Estado-Nación cometiendo delito.

Quienes hoy afirmaron que se había iniciado una guerra, que no hay espacio para la democracia y que de ser necesario usarían los Kalashnikov, son actores demenciales que empleando la infrapolítica obtienen con su torcido mensaje una reacción exponencial de consistencia democrática, agrupamiento y decisión por parte de los demócratas. Decisión para elevar el grado de participación y construir una protesta incremental para luego ir a la resistencia civil. La infrapolítica de estos actores del socialismo del siglo XXI se convierte en un estímulo para que la ciudadanía entienda, cada vez mejor, como la dictadura que espera someter a Venezuela.

La mayoría de los demócratas en Venezuela conoce el texto de la Constitución, se sienten ciudadano y parte de la ciudadanía, reconocen las bastardas y cobarde enunciaciones de habladores protegidos y cercados por hombres armados que irrespetan el hecho político, desconocen el espacio político porque son golpistas primitivos. Primitivos con un imaginario político real que sólo sabe de fuerza y violencia. Son piastras que nunca debieron ser venezolanos, que en el fondo parecen más bien sujetos de una isla del Caribe. Ese Caribe que un grupo marxistoide chulo le ha recostado por dieciocho años a Venezuela una supuesta revolución inmoral y antipatria.

La mayoría de los demócratas venezolanos estamos convencidos del gentilicio democrático de Venezuela, nos asquean los caudillos, despreciamos el militarismo, creemos firmemente en el Constitución, invocamos la cultura política donde crecen los valores propios de la democracia y se robustece la ética del ciudadano que es quien decide. Los ciudadanos hemos decidido desde el 6D de 2015 que estamos dispuestos a construir un cambio político categórico en el cual se establezca una nuevo orden social, que contrario a este modelo apocalíptico sea un orden social cercano a la teoría del consenso, en la cual los ciudadanos nos entendemos como demócratas.

Los demócratas que protestamos hoy, protestaremos mañana, pasado y hasta cuando sea necesario porque nos acompaña la Constitución, por cuanto nos sobra valor ciudadano y porque como colectivo democrático estamos decididos a desplazar un régimen autoritario, formado por narcogobernantes, vergüenza de la sociedad y de la República. República a la cual le resultan indeseables y ofensivos al gentilicio del venezolano de bien, quienes cometieron delito hoy. Así que el delito expresado en su perorata encendida y sin razón, sin límite y sin consideración, no nos asusta. Ustedes sí están atormentados porque la justicia nacional, la justicia universal y la justicia moral los señala y los perseguirá por inmorales y cobardes.

Los habladores, esos que hoy para mostrar fiereza hablaron empleando lenguaje escatológico e irrespetando a su auditórium, amenazando con conflicto y el uso de los Kalashnikov serán sometidos a juicio por violar la Constitución y las leyes referidas al empleo y uso del instrumental militar. Pero más grave aún, ya han sido enjuiciados por la mayoría de los ciudadanos demócratas que no nos asustan por su burdo uso de la infrapolítica, lo cual en la mejor interpretación politológica permite que crezcan nuestra energía, pulsiones y símbolos democráticos para que con fuerza cívica construyamos una democracia del siglo XXI.

Democracia del siglo XXI que como Contrademocracia –constructo que ellos no entienden- creará espacios políticos para el ciudadano capaz de controlar, capaz de obstruir y capaz de enjuiciar, como ya lo han hecho con tres insensatos, violentos y analfabetas que sólo entienden la política como la guerra, que por ser tan ignorantes y torpes no conocen la Primera Acción Recíproca de Clausewitz.

Es original,

Dr. José Machillanda
Director de CEPPRO
@JMachillandaP
Caracas, 6 de abril de 2017