Juan Claudio Lechín: Venezuela prueba la efectividad de la paz

Juan Claudio Lechín: Venezuela prueba la efectividad de la paz

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Una larga nube de gente ocupa los anchos doce carriles de la autopista Francisco Fajardo. Adelante están los “neptunos” de agua y los carros de asalto españoles, por cuyo negociado el expresidente Rodríguez Zapatero es servil al régimen de Maduro. Toda Venezuela está en la calle.

Instrumentalizado por inteligencia cubana, el régimen quiere que la gente, como venados perseguidos, se agote y se entregue, de pie, inmóviles, para ser degollados. Si no, los francotiradores cubanos volverán a matar manifestantes con un tiro en la cara para generar el terror.





Al contrario, esta rebelión de la entereza insiste con la paz. No mata al opresor. Los jóvenes de Antímano y Caricuao rodean a un grupo de la Guardia Nacional y les disparan gritos, “¡miren cómo nos tienen, desgraciados!”, “¡ustedes también sufren, malditos!”. No los tocan. Jessy de Romero, la rectora de la Universidad Central, denuncia que el ejército ha violado la autonomía universitaria pero no suspende el acto de graduación en el Aula Magna. Un estudiante muestra su espalda con quince perdigones. Parece un caparazón. Hay miles de presos políticos. Hay censura de información. El oncólogo Fuenmayor Valladares renuncia a su práctica médica pues no hay instrumentos ni medicamentos. 27 mil muertos registra la violencia callejera anual. No hay comida en los mercados. Venezuela es un Aleppo sin bombas.

El bravo pueblo insiste porque la alternativa es la cubanización, una marginalidad tipo Dickens por medio siglo o emigrar. En esta difícil hora, Venezuela no le pide mucho a sus hermanos. No nos pide morir por ella. Nos pide tenerla en nuestro corazón y en nuestras palabras, tener presente su lucha libertaria y gritar con ella: ¡Fuera delincuentes, fuera Maduro!