Canciller de Costa Rica sobre Venezuela: Observaciones de la OEA no son intervencionismo

Canciller de Costa Rica sobre Venezuela: Observaciones de la OEA no son intervencionismo

Manuel González Sanz, canciller de Costa Rica (Foto: Ernesto Agudo / abc.es
Manuel González Sanz, canciller de Costa Rica (Foto: Ernesto Agudo / abc.es

 

El ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Manuel González Sanz, ha visitado Madrid para preparar la visita del presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, quien estará en España el 8 y 9 de mayo. El canciller asegura en la entrevista con ABC, celebrada en la sede de Casa América, que España es para ellos la puerta de entrada a Europa, mientras reconoce que la región vive momentos turbulentos por la situación en Venezuela.

Por Isabel Miranda / ABC

A raíz de la situación en Venezuela, se están viendo algunas de las sesiones más tensas vistas nunca en la OEA. ¿Está dividiendo a la región?

Lo que ha ocurrido en Venezuela es la consecuencia de varios años, es un proceso que ha venido en evolucionando y, lamentablemente, lo último que hemos visto es una evolución hacia el deterioro de varios aspectos de ese querido país. Y sí, es una situación que está causando turbulencias en la región y causando división. En la OEA lo analizamos, lo vemos y nos pronunciamos con absoluto respeto, en el sentido de que es una situación que tienen que solucionar lo venezolanos. Pero si pertenecemos a organismos internacionales, si somos países que nos hemos comprometido con el multilateralismo, si somos países que hemos aceptado obligaciones y responsabilidad internacional, entonces también estamos sometidos a los escrutinios y opiniones de los otros países que forman parte, y la OEA no es una excepción. Y cuando son comentarios y observaciones que los hacemos con la mejor buena fe para el pueblo venezolano, no vemos por qué debe darse una reacción negativa o verse como un intervencionismo porque no lo es. Lo que ocurre ahora en Venezuela, y observando la tendencia que llevan, no pueden dejar de preocuparnos de manera muy significativa, no podemos ser indiferentes ni obviar que hay una situación humanitaria de gran envergadura, ni que hay una situación política muy compleja, ni que se han dado detenciones arbitrarias, ni que hay presos políticos, ni que hay un deterioro de la institucionalidad. Lejos de señalar problemas, queremos ofrecernos para la solución.

¿Y cree que la presión de la OEA está siendo efectiva?

Eso es muy relativo. A nivel de la comunidad internacional no podemos ir más allá del señalamiento de lo que son nuestras preocupaciones. Pero la comunidad internacional no puede ser indiferente ante la tendencia de deterioro institucional de Venezuela. Si los señalamientos son efectivos para varias el curso de la acción, depende de los venezolanos.

Costa Rica ha sufrido y aplicado el cierre de fronteras con grupos de inmigración, ¿que opina de las decisiones de Donald Trump en materia migratoria?

Costa Rica más bien ha operado lo contrario. Hemos tenido no una política de puertas abiertas, pero sí hemos tenido una atención del fenómeno migratorio al que se ha expuesto la región. Tuvimos una situación con migrantes cubanos bastante delicada. Recién salimos de esa situación llegaron los extracontinentales, que resultaron ser casi todos haitianos y llegaron a ser 16.000 personas. No podemos hablar de política de cierre, quien lo hizo fue Nicaragua. Nosotros vemos la migración desde una perspectiva de derechos humanos, de quitárselos de las manos del crimen organizado, de la trata y los coyotes y no visualizarlo como un tema de seguridad nacional, aunque tiene esa connotación. Pero sí necesitamos la atención integral en el fenómeno migratorio, en sus causas, consecuencias y en la cooperación internacional. No es un solo país el origen de la migración, ni es un solo país el que tiene en sus manos la solución. La migración es una consecuencia de las carencias en el desarrollo, si queremos que ese síntoma se atenúe tenemos que poner atención al tema del desarrollo. La migración por sí sola no se va a detener por el cierre de una frontera, se va a detener cuando la gente tenga mejores condiciones de vida en su país de origen. Lo que tenemos que hacer, que fue lo que transmitimos en la visita a EE.UU. del presidente Solís, es focalizarnos en aquellos temas en común en los que podemos construir.

Costa Rica se ha marcado como meta de ser el primer país carbono neutral en 2012. ¿Qué opina de los decretos sobre energía y emisiones que ha tomado el presidente Trump?

El cambio climático es una realidad, no lo podemos obviar. Cada país lo maneja según su circunstancia, y nosotros no somos pasivos. Abogamos por más ambición, cumplimiento de los compromisos en plazos más reducidos e impactos mayores porque nos afecta a todos. El cambio climático no conoce de nacionalidad ni de fronteras. Pero por otro lado, en el caso estadounidense no todo cae en manos de las políticas a nivel federal, hay muchos Estados comprometidos con estos resultados concretos. Porque EE.UU., que es un país muy importante pero es un país más en este barco común del planeta tierra, tome una posición que favorece menos lo acordado en Paris, no debe ser una circunstancia que nos desmotive, ni bajar la guardia. Lo que significa es que debemos tener más diálogo, compartir las evidencias científicas… el cambio climático no es un capricho político de un grupo de países que se lo invitó.

¿Qué intereses tiene Costa Rica en España y que puede ofrecer su país a los inversores españoles?

Uno de los motivos de mi visita es preparar la visita del presidente Solís el 8 y 9 de mayo a España. Vemos a España como la puerta de entrada a Europa. No solo en la parte de la diplomacia tradicional, sino también en la parte comercial y de inversiones. En este momento tenemos una relación comercial bastante fluida, no en vano acabamos de trasladar una oficina comercial que teníamos en Inglaterra a España, una oficina de la promotora de comercio exterior, para promocionar las exportaciones y las inversiones tangencialmente. Nos interesa mucho el inversor español. Hace 30 años éramos un país exportador de cuatro «commodities»: café, azúcar, bananos y carne. Hoy por hoy exportamos más de 4.500 productos a 160 países en el mundo. Y en eso tenemos que seguir profundizando.

Hace pocos meses surgió una polémica porque Mariano Rajoy se ofreció a Donald Trump como interlocutor con Latinoamérica. Evo Morales, por ejemplo, dijo que la región no necesitaba interlocutores, ¿qué opina usted?

Nosotros lo tomamos como un gesto de buena fe, natural, de un país que le une la historia, la cultura y el idioma, no lo tomamos de mala manera. Tampoco creemos que debamos recargarle a Rajoy de esa tarea, pero le pongo un ejemplo en el caso Centroamericano. En el acuerdo de asociación que tiene tres pilares (político, comercial y de cooperación), el comercial apenas está en funcionamiento. De los tres, dos no lo están porque necesitan la aprobación de todos los parlamentos. Entonces si ahí podemos tener la interlocución y la ayuda de gestion de España para que los siete parlamentos que faltan lo hagan, pues bienvenido. Estamos todos con el mismo objetivo en ese sentido, porque es un acuerdo centroamericano. Así que lo vemos en su contexto: un gesto de buena fe que agradecemos y, en su momento, ya se verá área por área en qué casos puede ser necesario.

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