Muerte, saqueos, hambre: Crónica de una batalla campal en Venezuela

 

A man eats food he found outside a looted supermarket at El Valle neighborhood, in Caracas, on April 21, 2017, after demonstrations against the government of Venezuelan President Nicolas Maduro. Venezuela was rocked overnight by fresh violence in anti-government protests that have now claimed nine lives in three weeks, as an official reported Friday the fatal shooting of another man. / AFP PHOTO / RONALDO SCHEMIDT
A man eats food he found outside a looted supermarket at El Valle neighborhood, in Caracas, on April 21, 2017, after demonstrations against the government of Venezuelan President Nicolas Maduro.
Venezuela was rocked overnight by fresh violence in anti-government protests that have now claimed nine lives in three weeks, as an official reported Friday the fatal shooting of another man. / AFP PHOTO / RONALDO SCHEMIDT

 

De lo que cayó al piso en una trágica noche de saqueos en Caracas, un hombre escarba y se lleva un bocado sucio a la boca. A su alrededor, destrucción, marcas de disparos, un charco de sangre.





AFP

El barrio popular de El Valle vivió una verdadera batalla campal, que terminó con 11 muertos, decenas de locales saqueados y una maternidad evacuada.

 

“Esto parecía la guerra de las galaxias”: así lo resumió Sonia Rodríguez, de 50 años y encargada de una carnicería ubicada en una calle que sube hacia al sector pobre de San Andrés.

 

La cinta de la división de Homicidios de la policía separaba a los curiosos de una panadería convertida en una escena del crimen: ocho personas murieron allí, según un oficial en el lugar.

 

Liria Henríquez vio todo el caos “en primera fila” desde el balcón de su apartamento que da a la calle donde ocurrieron los enfrentamientos y los saqueos.

 

La oposición encabeza desde el 1 de abril manifestaciones contra el gobierno exigiendo elecciones y respeto al Parlamento de mayoría opositora.

 

Y el jueves todo comenzó con un cacerolazo, que a su vez llevó a bloqueos de calles y enfrentamientos con las autoridades.

 

Los agentes dispersaron con gases y los manifestantes respondieron con piedras y botellas. Algunos videos que circularon en redes sociales mostraron el impactante momento cuando varias bombas incendiarias alcanzan un camión que lanzaba chorros de agua.

 

Eso duró hasta la medianoche, indicó Henríquez, que tiene 20 de sus 42 años viviendo en la zona.

 

Ahí comenzaron a bajar de una barriada cercana y arrancó el saqueo.

 

“De repente se desaparecieron todos los policías. Terminan de reventar eso, que sin mentirte duraron dos horas y después se tomaron cuatro horas sacando todo de ahí, bultos, y ni un policía”, narró Henríquez apuntando a un supermercado despedazado.

 

Anaqueles en el piso, las neveras destrozadas y sin motor y lo poco que sobró regado en el piso.

 

Hombres y algunos niños revisaban la basura que bordeaba la ruinosa calle Cajigal, para ver si quedaba algo que rescatar.

 

– ¿Chavismo u oposición? –

 

Fue el segundo día consecutivo de saqueos, todos enmarcados en las protestas de la oposición contra Maduro.

 

“Un nuevo episodio de odio e intolerancia ha llenado de dolor las calles de Venezuela”, dijo el vicepresidente venezolano Tareck El Aissami, señalando a dirigentes opositores de haber “complotado acciones criminales junto con un grupo de bandas armadas que atacan al pueblo”.

 

El líder opositor Henrique Capriles responsabilizó por su parte a “la cúpula madurista, con sus esbirros, con sus grupos paramilitares” de civiles armados.

 

Isabel Mendoza (54), otra comerciante a la que no le dejaron ni los bombillos, lo aclaró: “No es ni oposición ni chavismo, ahí estaban todos”.

 

“Aquí bajó la gente que supuestamente quería sacar comida, no sé, tenían hambre supuestamente, y ellos vieron esto como una medida de escape”, señaló.

 

“Eso no es hambre, es delincuencia, es aprovecharse de la situación del país para hacer maldad”, respondió Rodríguez, que sobre un banco observaba lo que quedó en su carnicería: “el huesero y vidrios quebrados”.

 

A pocos kilómetros, en la terraza de una maternidad que lleva el nombre del fallecido presidente Hugo Chávez se podían ver varias piedras, que según el gobierno lanzó un grupo armado de encapuchados “contratados” por la oposición, que a su vez lo niega tajantemente.

 

El humo de basura quemada obligó a los médicos a desalojar a 54 personas, incluidos bebés y madres, explicó la directora del centro de salud, Rosalinda Prieto, quien negó que haya sido producto de los gases como señala la oposición.

 

Funcionarios mostraron además una puerta de vidrio astillada, que dijeron tuvo que ser bloqueada con sillas. Una enfermera comentaba en el pasillo: “si entraban nos mataban a todos”.