Simón García: El cambio es la paz

Simón García: El cambio es la paz

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Porque la estrategia es constitucional hay que incluir la   anticipación de elecciones presidenciales entre sus objetivos. Los responsables de la ruptura del hilo constitucional, denunciado con sentido de Estado por la Fiscal General, siguen renuentes a actuar dentro del marco constitucional.





El discurso de Maduro no está en sus palabras, sino en las vueltas de  torniquete para empeorar la crisis de vida que padecemos. Escala en su ingobernabilidad y extiende el hambre en los más pobres. En ese giro influyen: a) el deseo de Maduro de tapiar toda salida electoral, b) el mantenimiento del golpe de Estado, c) el mando estratégico lo ejerce una maraña, integrada por una asociación de civiles y militares incursos en actividades ilegales y que se sobreponen al funcionamiento de los poderes públicos, d) Las reservas democráticas que existen en buena parte de la militancia y dirigentes medios del PSUV son acalladas por una  férrea persecución estalinista.

La aplicación del plan Zamora está al borde de añadir el terrorismo de Estado a las actuaciones de la cúpula militar civil. Los voceros de esa cúpula han sustituido los fines de la política, (derecho a la vida, a la seguridad, la libertad y la convivencia democrática) por una lógica de guerra que  exige exterminar al adversario.

Pretenden implicar a la FAN en una  degradación masiva de su misión, convertir a civiles en objetivos de guerra, sembrar sentimientos de odio entre institución militar y pueblo. El gobierno nos retrocede al estado de barbarie.

El abandono de la OEA es la carta de intención contra la democracia, prólogo para seguir vulnerando derechos humanos y paso atrás para iniciar soluciones a la escasez o la inflación. Forma parte de la línea de la macolla para seguir disfrutando del monopolio de sus medios de enriquecimiento.

Su última jugada busca inducir, en los sectores que orientan las masivas protestas del país, conductas que se alejen de las respuestas pacíficas y democráticas. Pero la oposición, que además no tiene  medios prácticos para hacerlo, rechaza terminantemente la violencia o el aliento a un golpe militar.

La cúpula oficialista quiere imponer el choque frontal y prefiere el caos a ceder sus privilegios. El uso desproporcionado de la violencia no es un exceso, es su doctrina. No admitirá una negociación concreta hacia la transición por voluntad propia.

La MUD y todas las fuerzas democráticas deben materializar una gran alianza nacional que con el apoyo de millones de venezolanos hagan viables las medidas que la AN debe ir adoptando para restablecer la vigencia de la Constitución y la democracia. Los sectores que defienden el proyecto que Maduro traiciona, pueden dar su aporte en estos cambios.

Mientras no haya cambios, habrá calle y presión internacional.

@garciasim