Juan Guerrero: Residuo biodegradable

Juan Guerrero: Residuo biodegradable

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En la Venezuela donde todo es posible se está construyendo un monstruo que todavía no se ha asimilado en su dimensión y gravedad. Me refiero a la vinculación/calificación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) con un término que obviamente, aparece registrado en el diccionario de la Academia de la Lengua Española: Mierda.

No sé quién fue esa persona que lanzó excrementos o heces fecales, por primera vez a los militares. El caso es que a partir de ese hecho, la vinculación de esa palabra ha aumentado su significación y calificado a una parte de la Fuerza Armada Nacional.





En estos días, y por la descarada actuación pública, notoria y comunicacional de este componente militar, gran parte de la sociedad venezolana está identificando al término mierda, tanto con el personal GNB como con sus hechos más aberrantes, tal el caso de pasarle a un ciudadano una tanqueta por encima, o como ocurrió en Porlamar. Donde unos GNB abrieron la estación de bombeo de aguas negras, para inundar y contaminar una parte de la ciudad. Ese hecho ha sido, de manera simbólica, contraproducente para la GNB, pues los ha terminado de identificar con el término mierda y lo que ella significa: fetidez, excremento nauseabundo, pastosidad maloliente, materia fecal oscura, desecho contaminante, entre otras palabras que denotan negatividad, enfermedad, ruina y muerte.

Esos hechos están construyendo un discurso simbólico del horror, de lo dantesco y sombrío en un componente militar que en sus mejores tiempos, fue ejemplo de civilidad para los venezolanos.

Mierda es sinónimo de materia fecal contaminante. De excremento que nadie toca y todos rehúyen por ser algo feo, oscuro y putrefacto. Peor todavía, la mierda simbólicamente crea antagonismo y puede generar en el Otro-diferente, la necesidad de eliminarlo por ser nocivo, tanto a la salud como a la vida misma. Es, como he mencionado en otros escritos, un residuo biodegradable.

Y en eso se ha convertido la GNB. Y esto no ha sido algo pensado por nadie. Ha sido un hecho fortuito producto, indudablemente, de los acontecimientos sociopolíticos que vivimos.

Pero los vínculos simbólicos nacen y crecen de manera espontánea y esos, son los que más cuestan para eliminar o cambiar su significado cuando se le asocia a persona o grupo social.

Nadie relaciona a la Policía Nacional Bolivariana con el término mierda. Y eso que a ellos se les observa junto a la GNB. Muchísimo menos, se vincula al componente militar naval, con excremento. Tampoco con la aviación. Incluso, con los bárbaros paramilitares, llamados colectivos. Pueden ser catalogados como criminales, ladrones o terroristas. Pero el término mierda solo se asocia a guardia nacional.

Creo que en la historia moderna venezolana esto que vivimos es algo inédito. Hemos experimentado momentos en la historia nacional crueles, sangrientos. Pero los acontecimientos que por estos años vivimos son, desde todo punto de vista, únicos e irrepetibles en la historia. Y en cuanto al uso idiomático, el término mierda y su uso simbólico, para identificar y demoler moralmente al contrincante es, en el uso de la lengua nacional, sentencioso y demoledor.

Porque, entre otros razonamientos en la argumentación lingüística y semiológica, arrincona al señalado como tal (-¡La mierda esa!) y lo rebaja a ser menos que un gusano. Lo introduce, psicolingüísticamente hablando, en la categoría de la inferioridad humana hasta reducirlo a excremento que se debe desechar. Y esto es peligrosísimo.

No voy a referirme a las ulteriores consecuencias que pudiera traer el condicionamiento de ello en quienes están lanzando bolsas y tarros de vidrio con excrementos, en decisiones de grupos extremistas. Solo pensarlo me da escalofríos y trae a mi memoria el genocidio entre los tutsi y los hutus, en la Ruanda de 1994.

Dejo en quienes pudieran tomar otras decisiones, la necesaria atención de este tema nada ingenuo del idioma y sus dramáticas asociaciones simbólicas, en procura de una mejor orientación en la ya inevitable confrontación que vivimos.

(*)  [email protected]   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1