Gustavo Azócar Alcalá: ¿Eliminar la Fuerza Armada Nacional Bolivariana?

Gustavo Azócar Alcalá: ¿Eliminar la Fuerza Armada Nacional Bolivariana?

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El debate habrá que hacerlo en cualquier momento. Los venezolanos tendremos que decidir si continuamos manteniendo una Fuerza Armada Nacional Bolivariana que, lejos de defender la Constitución y las leyes de la república, lo único que hace es defender un proyecto político e ideológico condenado al fracaso. Cada ciudadano de este país tendrá que decidir si vale la pena seguir manteniendo un Ejército de hombres y mujeres que en lugar de defender los sagrados intereses del pueblo venezolano lo único que hace es defender a un régimen castro comunista que ha hundido a la nación en el atraso y en la miseria.

Las cartas están echadas: más temprano que tarde, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana será sometida al escrutinio público. Cada uno de sus integrantes tendrá que responder pos sus actos. Más de 30 millones de venezolanos tendrán que opinar y decir si están de acuerdo con mantener vigente a esta institución militar que tenemos hoy día, ideologizada, partidizada, politizada, corrompida y comprometida hasta los tuétanos con un supuesto proceso revolucionario, bolivariano chavista, antiimperialista y socialista, que lo único que ha traído es hambre, muerte y destrucción a Venezuela.





En lo que a mí respecta, quiero dejar sentada mi posición de una buena vez y para siempre: estoy completamente de acuerdo, y votaré por el SI, el día que se haga un Referendo Consultivo en Venezuela para preguntar a los habitantes de este país si estamos de acuerdo con la eliminación de esta Fuerza Armada Nacional Bolivariana. No quiero una Fuerza Armada socialista, mucho menos comunista. Tampoco la quiero capitalista. Quiero una Fuerza Armada esencialmente humanista. No quiero una Fuerza Armada que defiende a un gobierno opresor y corrupto. No quiero una Fuerza Armada tutelada por el régimen cubano. No quiero una Fuerza Armada que defiende a guerrilleros y narcotraficantes. No quiero una Fuerza Armada corrupta, con generales y oficiales metidos en todos los guisos. No quiero una Fuerza Armada con generales y oficiales acusados de narcotráfico. No quiero una Fuerza Armada que dispara y atropella a ciudadanos indefensos que lo único que hacen es reclamar sus derechos. Y algo muy importante: no quiero una Fuerza Armada metida en política, con generales y oficiales inscritos en un partido, haciendo proselitismo y prestándose para todo tipo de vagabunderías.

En pocas palabras, no quiero a esta Fuerza Armada Nacional Bolivariana que irrespeta la Constitución; que hace con las leyes lo que le da la gana; que amenaza a los civiles con juicios militares; que se cree que está por encima del bien y el mal; que defiende a un gobierno por el simple hecho de que ese gobierno le ha entregado cuotas y parcelas de poder. No quiero una Fuerza Armada que olvidó sus principios y valores, que perdió el respeto por la vida, y que ha mancillado el honor que heredó de nuestros libertadores.

La pregunta es: ¿Puede Venezuela vivir sin Fuerzas Armadas? La respuesta en . En el mundo abundan los ejemplos de países que no tienen Fuerzas Militares. Costa Rica, suprimió su ejército en 1949. La constitución costarricense abolió el ejército, y sólo permite que funcione salvo en caso de guerra. Costa Rica es territorio de paz. De hecho, ese país es sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de la Universidad para la Paz de las Naciones Unidas. La defensa territorial de ese pequeño país centroamericano recae en la Fuerza Pública de Costa Rica que no posee rangos militares ni unidades artilladas.

Luego de quedarse sin Fuerzas Armadas, Costa Rica tuvo que recurrir a la fuerza pública en 1955 para repeler una invasión organizada desde Nicaragua, liderada por expatriados, la cual contó con el apoyo de Anastasio Somoza. En 1965 envió 21 policías como parte de la Fuerza Interamericana de Paz creada por la OEA durante la ocupación de República Dominicana en 1965 y 1966. En 1984, Costa Rica aprobó una Ley de Neutralidad Perpetua, que buscaba impedir la participación de esa nación en conflictos bélicos de alguna naturaleza. Pero en 2003 dio su apoyo diplomático, no militar, a la Fuerza Multinacional que invadió Irak.

Panamá es otra de las naciones que no tiene Fuerza Armada. Las fuerzas militares panameñas fueron disueltas después de la invasión por parte de EE.UU., en 1989, la cual derrocó al gobierno militar del general Manuel Antonio Noriega. Panamá suprimió su ejército en el año 1990. La decisión fue confirmada por un voto unánime parlamentario para el cambio constitucional en el año 1994. Desde entonces, la República de Panamá cuenta con instituciones policiales militarizadas como el Servicio Nacional de Fronteras (Fuerza Armada Terrestre) y el Servicio Nacional Aeronaval (agrupa la Fuerza Aérea, La Fuerza Naval y la Infantería de Marina) los cuales, aparte de cumplir con funciones policiales, tienen como misión la defensa de la integridad territorial.

Pero no son solamente Costa Rica y Panamá los países que no tienen Fuerzas Militares. Hay una lista de al menos 25 naciones que no mantienen ninguna Fuerza Armada o regimiento militar. Se trata de países pequeños, fundamentalmente islas, pero lo importante es que son estados independientes que han aprendido a vivir sin Ejército.

Los países sin fuerzas armadas son: Barbados, Dominica, Granada, Haití, Islandia, Kiribati, islas Marshall, isla Mauricio, Micronesia, Nauru, Palaos, islas Salomón, Samoa, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Tuvalu y Vanuatu. Hay micro estados que tampoco tienen Fuerza Armada: Andorra, Liechtenstein, Mónaco, San Marino y Ciudad del Vaticano.

Hay países que aunque no cuentan con fuerzas armadas, sí pertenecen a organismos internacionales militares o han suscrito tratados de defensa mutua, como es el caso de Islandia, que es miembro de la OTAN y Costa Rica que es miembro del TIAR. Mención especial merece el caso de Japón, nación que tras la Segunda Guerra Mundial decidió abolir su ejército y así lo confirmó en su Constitución de 1945 (artículo 9). A pesar de ello, desde 1954 Japón tiene a las Fuerzas de Autodefensa, las cuales tienen capacidad de defensa interna y desde 1992, participan en operaciones de paz de la ONU fuera de sus fronteras pero siempre bajo autorización de Estados Unidos.

La segunda pregunta que debemos hacernos es: ¿Le ha ido mal a Costa Rica, Panamá y al resto de las naciones que no cuentan con Fuerza Armada? Veamos: la ausencia de unas Fuerzas Militares, lejos de ser un problema, es visto como una de las grandes razones de la estabilidad institucional civil que tiene Costa Rica en las últimas décadas. Y Panamá, nadie lo duda, y así lo dicen las estadísticas mundiales, es hoy una nación pacífica y con el mayor crecimiento económico en América Latina.

En el caso específico de Venezuela, la eliminación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana no sólo significaría la erradicación del principal sostén del régimen tiránico y despótico de Nicolás Maduro, sino algo no menos importante: el ahorro de millones y millones de dólares que bien podrían utilizarse para cosas mucho más prioritarias e importantes para todos los venezolanos.

De acuerdo al Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, entre los países de la región que destinan el mayor % del PIB en defensa, tenemos: 1) Estados Unidos: 4,06%; 2)Cuba: 3,8%; 3) Colombia: 3,5%; 4) Ecuador: 3,4%; 5) Chile: 2,7%; 6) Brasil: 2,6%; 7) Bolivia: 1,9%; 8) Uruguay: 1,6%; 9) Perú: 1,5%; y 10) Venezuela:

Rafael Uzcátegui, coordinador general de Provea, declaró al portal Efecto Cocuyo que Venezuela es el único país latinoamericano en el top 20 de los que más gastaron en armamento entre 1999 y 2015, ocupando el puesto 18, gastando 5.620 millones de dólares, según el conteo del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (Sipri). Los principales países a los que el gobierno de Hugo Chávez y después Nicolás Maduro les compró armas fueron Rusia (4.005 millones de dólares), China (597 millones de dólares) y España (290 millones de dólares).

En 2016 al presupuesto del Ministerio de Defensa se le asignaron Bs 85.377.082.544. La cartera ocupó el cuarto lugar en el presupuesto, y recibió 193 veces más dinero que la Defensoría del Pueblo. Con eso se podrían haber construido 112.400 apartamentos de la Gran Misión Vivienda Venezuela, 56 hospitales de 220 camas cada uno y 4.257 liceos, de acuerdo a los valores que el mismo gobierno le ha asignado.

Pero eso no es todo: el presupuesto del Ministerio de la Defensa para el año 2017 es nueve veces mayor que el asignado al Ministerio de Alimentación. Para el sector militar se destinaron 767,8 millardos de bolívares, mientras que al despacho que dirige el general Rodolfo Marco Torres se asignaron 82,2 millardos de bolívares. El despacho castrense ocupó el cuarto lugar en la distribución presupuestaria de 2017, cuatro puestos más arriba que en 2016.

Las estadísticas del SIPRI dan cuenta que Venezuela gastó más de 100 mil millones de dólares en presupuesto para armamento militar entre 1999 y 2015. Lo peor de todo es que la mayor parte de ese armamento comprado con dinero de todos los venezolanos no ha sido utilizado para combatir “enemigos externos” sino más bien, supuestos “enemigos internos” del gobierno, conformados por estudiantes, trabajadores, amas de casa, profesionales, dirigentes políticos y ciudadanos de a pie que somos quienes hemos estado asistiendo a las marchas y a las manifestaciones de calle para exigir nuestro derecho a elegir a un nuevo gobierno.

En conclusión, sobran las razones para analizar fríamente la vigencia de una Fuerza Armada Nacional Bolivariana que, al menos en las actuales circunstancias, no representan el sentimiento y la voluntad de las grandes mayorías del país. No pretendo asegurar que la mayoría de los miembros de la Fuerza Armada apoye al gobierno de Maduro. Pero lo que sí es cierto, completamente cierto, es que la cúpula militar que dirige la FANB, comandada por Padrino López y compañía, parece estar resteada con el pésimo gobierno del ex chofer del Metro de Caracas, y por lo tanto, dispuesta a asumir las graves consecuencias que ello acarrea.

La actual Fuerza Armada Nacional Bolivariana, socialista, anti imperialista, chavista, castrista y opresora, que dispara a mansalva contra ciudadanos civiles indefensos que sólo reclaman sus derechos tiene, por tanto, que ser eliminada y borrada de la faz de la tierra.

@gustavoazocara