La Guabina, por José Luis Centeno

thumbnailjoseluiscentenoLuisa, no quiere probar en carne propia lo que significa oponerse a las arbitrariedades del régimen, para evitar esa tragedia, nada comparable a la sufrida por manifestantes pacíficos en toda Venezuela o residentes de los Altos Mirandinos y Barinas este lunes, se sumó a la puesta en escena de una ópera bufa en la que habría dado un giro definitivo y se puso de espaldas a la narcodictadura al decir “no” a la invitación de Nicolás Maduro a una reforma constitucional para establecer un Estado Comunal. Pues bien, aquí no hay un criterio que le exija decir si está de acuerdo o no en cambiar “La Bicha”. Eso, es una opinión personal o “política”, como la calificó Elías Jaua al responder su ambigua comunicación. No ha dicho que la pretensión de Maduro es un proceso planteado fuera de lo que establece la Constitución. Luisa, en su condición de Fiscal General, tiene el deber de decir que ese proceso no es procedente, que es un procedimiento ilegal e inconstitucional. Eso es lo que quiere escuchar la gente, como se lo escuchó decir al rector principal del CNE, Luis Emilio Rondón.

La Ex Magistrada del TSJ, Blanca Rosa de Mármol, me expresó: “Completamente de acuerdo con Ud. Luisa Ortega Díaz es el verdugo de Venezuela”. En ese sentido, coincido con el Dr. Carlos Ramírez López, si la Fiscal General quiere salvarse, que primero cumpla con su deber. Calla sobre Odebrect, no hace nada ante la innegable participación de Nicolás Maduro en ese escándalo, según confesión de la publicista Mónica Moura, y sale con su guabineo exacerbado cuando hubo de rechazar de plano, por inconstitucional, la Asamblea Constituyente convocada por el Primer Mandatario, acusado en el “Lava Jato” de Brasil de pagar, con fondos de procedencia ilegal, la bicoca de 11 millones de dólares a ciudadanos brasileños miembros del equipo de campaña de Chávez. Una solicitud formal a la AN de Antejuicio de Méritos o su respaldo al acuerdo sobre nulidad del decreto de la constituyente aprobado por el parlamento patrio, por ejemplo, hablarían a su favor, lo demás es guabineo en su máxima expresión. Con sus omisiones, Luisa demuestra que a la dictadura sólo se le sirve obedeciéndola. Por esa razón, se limitó a explicar que esa Constituyente no es la solución para los problemas del país. Obvio, el principal problema es la inconstitucionalidad que Luisa eludió al dar su opinión personal sobre esa medida inaceptable e inapropiada que consolida el golpe de Estado con un fraude constitucional, urdido por quienes como ella creen que pueden permanecer en el poder a través de la violación de derechos humanos.

Era previsible que muchos pusieran en duda el discurso no oficialista de la Fiscal, debido a la lealtad que profesa la funcionaria con las políticas del chavismo, fidelidad que la imposibilita para procesar no digo a los magistrados golpistas sino al mismísimo Maduro. En ella no se ve la posibilidad de reivindicarse, sus camaradas la quemarían viva. Para hacer imperceptible ese hecho, a los fines de reposicionarla en la opinión pública como autónoma, se recurre a su victimización, escenario donde se delató pidiendo reimpulsar la credibilidad de las instituciones. Voceros del régimen la hacen blanco de supuestos ataques, cada día más frecuentes, haciendo ver que ya no sirve a los intereses del régimen, por otra parte, en la oposición no faltan los que han tenido elogios para “la nueva héroe”. Diosdado Cabello, Saúl Ortega, Freddy Bernal, Mario Silva, la han increpado e insinuado que es una cobarde. Maduro fue más allá, dijo buscar un “fiscal pro revolución”, ¿acordaría destituirla con quienes la alaban en la Asamblea? De otra manera no le será posible removerla, de no ser a la torera, como han hecho todo, ante la mirada cómplice de La Guabina, perdón, de la Fiscal General. Por ahí parece que van los tiros, de ser cierto que “un importante personaje del régimen anda ofreciendo viviendas, carros y dinero a fiscales para que se pronuncien en contra de @lortegadiaz”.





Tanto guabineo, signo de debilidad política, hace que se le vean las costuras a Luisa, como se le vieron a quienes amanecieron el lunes #22Mayo incendiando al país, valiéndose de instalaciones resguardadas por ellos mismos, para endosarlos a las protestas y justificar sus crímenes, el mismo modus operandi empleado en instalaciones custodiadas por la Policía del Estado Yaracuy, donde la Fiscal Ortega Díaz estuvo de acuerdo en sembrar una gandola para incriminar al preso político Kamel Salame, y después, por razones económicas y psuvistas, inducir su muerte negándole atención médica, en complicidad con Julio León Heredia, Gobernador del Estado Yaracuy, y su esposo, el diputado chavista Germán Darío Ferrer. Es la misma que contribuyó a poner de moda los juicios militares a civiles, la misma que no sólo convalida impedir las movilizaciones pacíficas sino también que las manden a agredir. Según Patricia Ceballos, “la Fiscal ahora se lava la cara, que fue la misma que imputó a Daniel, y nos ha hecho daño a nosotros personalmente”. La misma que ahora aboga por la “reconciliación nacional”, tras favorecer la división de una sociedad cada días más unida para recuperar la libertad. Señora Fiscal General ya es hora de acciones concretas. Basta de guabineo, deje atrás sus difusos intereses personales.

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