Pedro Vicente Castro Guillén: una sociedad sobre arenas movedizas

Pedro Vicente Castro Guillén: una sociedad sobre arenas movedizas

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La Asamblea Constituyente Comunal (ACC) no sólo es que es inconstitucional e ilegítima, sino que es un disparate propio de la kakistocracia que nos desgobierna, pretenden construir el edificio social sobre arenas movedizas, en el caso imposible de que tuvieran éxito, seríamos gobernados por una ley perversa que sería como de plastilina totalmente acomodaticia día por día no sólo al sátrapa supremo sino a cada funcionario mayor o menor que le tocara interpretarla, sería la ley sin Ley, la moralidad al servicio de la inmoralidad, la  a-eticidad absoluta.

Pero frente a esta pretensión de la ACC que pretende colocarnos al margen de la modernidad se encuentra una sociedad alzada, bien plantada, que no permitirá tal atrocidad al costo que sea. Ha sido hasta ahora un costo elevadísimo en vidas de nuestros jóvenes vilmente asesinados por la pandilla de los siete. Esta no es una lucha de resistencia, porque por  resistir podríamos estar hasta el fin de los tiempos, esta es una pelea para dar la baja histórica a uno de los peores sistemas políticos que haya experimentado este territorio desde que los Welser se instalaron en el siglo XVI.





El castro-madurismo, ha traicionado los más sagrados principios ideológicos de la contemporaneidad que nacieron de la Revolución francesa. Pretenden acabar con los principios de igualdad, libertad y fraternidad. Con una ACC corporativa propia del fascismo se pretende acabar con la igualdad de los venezolanos conquistada en la Guerra de Independencia. Habrá venezolanos más iguales que otros de acuerdo a la conveniencia política del régimen. De igual manera no habrá libertad sino para la minoría en el poder, las grandes mayorías serán reducidas a poco menos que a la esclavitud, esclavos socialistas, es decir, esclavos que deberán estar felices de su condición a juro. La fraternidad por supuesto quedara abolida porque cualquier disidencia al régimen será entendida como hecho grave y pasible de ser castigado con la muerte sin mediación de justicia alguna, lo que borra toda noción de hermandad entre los venezolanos. Estos tres principios de igualdad, libertad y fraternidad son los pilares de la civilización moderna, sin estos toda noción de modernidad queda proscrita indefectiblemente.

Es por ello que la propuesta de la ACC ha incrementado y fortalecido la unidad a favor de la democracia y en contra de las pretensiones de la pandilla de los siete. La banda ha mostrado las costuras, por fin cayeron las caretas, quedaron desnudos frente a todos los sectores del país. El chavismo también repudia esta abominación, porque si bien es verdad que no sabemos que habría hecho el jefe frente a esta circunstancia en que su movimiento está acorralado contra las cuerdas de la historia, si sabemos lo que hizo cuando en vida le toco enfrentar situaciones difíciles: retrocedió y no pocas veces y hasta lloro agarrado a las sotanas de los curas que luego satanizó con saña. Para el zurdo las elecciones siempre fue una forma de resolver entuertos políticos aunque siempre estuviera la intención tramposa.

Hoy todos los sectores sociales se encuentran horrorizados por el río de sangre que Nicolás Maduro y sus secuaces causan entre los venezolanos, que riega las calles de todas las ciudades y pueblos del país, que enluta a todos los hogares. Pero estos y los que faltan será el pago por detener la locura que el oficialismo quiere imponer. Hoy tenemos una ciudadanía que se organiza en todas las ciudades del país cuadra a cuadra contra los paramilitares que actúan con toda impunidad asesinando jóvenes liceístas y universitarios. Se instaló el Frente en Defensa de la Constitución (FDC), que será el vehículo para una mayor organización de la lucha a nivel nacional incorporando orgánicamente a los diferentes sectores sociales y creando mejores mecanismo de coordinación.  El FDC junto a la Asamblea nacional y los Partidos Políticos, constituyen una vanguardia necesaria para lograr el cambio político que la Nación exige: Elecciones generales, respeto a la Asamblea Nacional, libertad de los presos políticos y apertura de un canal humanitario para que pueda llegar al país alimentos y medicinas que alivien la grave crisis que se vive.

Estamos qué duda cabe en una situación límite, ya no se pueden abrigar ilusiones de que habrá otro tiempo para la lucha, que es una carrera de obstáculos, esas eran consignan cuando todavía quedaba alguna sombra de democracia. Estamos en dictadura, aquí no habrán más elecciones a menos que derrotemos y cambiemos al régimen por vías constitucionales, es decir, a menos que conquistemos la democracia y reconstruyamos un Estado de Derecho y una institucionalidad democrática que es la condición imprescindible para renovar el desarrollo económico, social y cultural del país.

Pedro Vicente Castro Guillen                         @pedrovcastrog