“Más de 60 muertos y una canción desesperada”, por José Luis Zambrano Padauy

 

 

 





 

Cada día nuestro país se parece más a un poema desdichado hecho con borrones, mostrando la cara triste del abuso del tirano. Ya se ha hecho común contabilizar los muertos como flechas desabridas de una inminente dictadura. Son quemados en el asador del la injusticia. Vilipendiados con el abuso extremo e imprudente de quienes tienen las armas. Amedrentados de mal grado, mientras vociferan su indignación ante el atropello, sufriendo la calamidad con sus pormenores de desventura y el hambre a voz en cuello, por una nevera caótica y desamparada de insumos.

Si viviese Neruda y se le hubiese antojado la planificación de un poemario de augurios, tal vez  apelaría al verso infalible del despecho. Cada vez que muere un inocente, a manos de bárbaros armados de violencia, pero deshabitados de escrúpulos, pareciera que se le apagara una estrella a nuestra bandera y el rojo manchara al amarillo y al azul, con el dolor implacable de la pérdida y la incomprensión.

Las dictaduras tristemente se combaten así. Como una gesta emancipadora. Se observa repetidas veces el desfilar de fallecidos que sólo fraguan el poner las cosas en su sitio y en su debido orden. Ese es el resultado doloroso de la historia. La libertad es escurridiza y al malvado le importa un pepino, si el llanto se grita en el hogar por la pérdida de un hijo.

Es asombroso cómo al Presidente y a sus serviles, les tiene sin cuidado que en Venezuela muera diariamente más de un joven a consecuencia de las protestas. Eso para ellos es una guasa y una afrenta en contra de la revolución. Se les ha perdido la brújula de la conciencia, hasta el punto de hacerse mofa nacional por la contabilización de cinco puntos cardinales, tal vez ese sobrante sea el que los dirija al calabozo.

Podrá aparecer el representante militar con su pecho blindado de condecoraciones. Con su voz resuelta, aparentando un estado de placidez y el hacer las cosas correctas. Pero la población en su gran mayoría está al aviso que sus acciones se ofuscan por compartir la misma rapiña del poder. No ha valido la advertencia terminante de un pueblo que desempolvó sus ímpetus, para buscar la salida a una crisis económica, social y política, forjada adrede por unos pocos.

Mientras, el régimen acelera con paso presto sus pretensiones de legalizar una constituyente desesperada. Palmo a palmo quiere llevar a ese Estado comunal, donde toda la institucionalidad la tendría el gobierno socialista. Una Asamblea Nacional Constituyente asumiría en el preciso momento de su instalación, los poderes plenos e inutilizaría a los demás poderes. La convocatoria es inconsulta, efectuada por el capricho ominoso de quien manda. Nadie quiere esa propuesta fraudulenta, sólo ellos.

Otra de las trampas es que esta Asamblea que se adjudicaría todos esos poderes, contaría como su mayor aperitivo el no tener un tiempo preciso para redactar la nueva constitución. Tendría carta abierta para el desplome total de sus adversarios. Sería la guerra sin un respiro de alivio. Con la muerte insalvable, más abrumadora y habitual en la calles.

Se acabó el tiempo de retrospectiva o el de ponerle frenos al desespero social. Ya el artículo 350 no debe ser una alternativa, sino una orden del alma para resolver los entuertos de casi dos décadas de destrucción. Serán dos meses de desvelo. De defender la patria hasta lo último de la franqueza, pues la sangre ha rebosado el cántaro de la paciencia de un país, hambriento de justicia y paz.

 

 

MgS. José Luis Zambrano Padauy

Director de la Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani”

[email protected]

@Joseluis5571

 

 

 

 

 

 

José Luis Zambrano Padauy

 

Graduado en Comunicación Social, mención impreso, en La Universidad del Zulia en 1994 y magíster en Gerencia de Recursos Humanos en la Unermb. Obtuvo el premio municipal de periodismo “Eduardo López Rivas” en 2001, cuando trabajaba en la sección de política para el diario Panorama. Por varios años ocupó el cargo de coordinador de medios impresos en la Dirección de Medios de la Alcaldía de Maracaibo. Actualmente, es director de la Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani”, inaugurada en abril de 2016 por la municipalidad de la capital zuliana.