Horacio Medina: Reflexiones sobre la posible medida de bloquear en EEUU el crudo venezolano

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Hace ya unas semanas me preguntaron desde Washington DC, mi opinión sobre una posible medida para bloquear la compra de crudo procedente de Venezuela que entra al mercado estadounidense y que se situa entre 750 mil y 800 mil barriles diarios. Me explicaban los proponentes que se trata de una acción que puede tomar el presidente de los EEUU, Donald Trump, sin autorización del Congreso y tendría vigencia de hasta un ano.

Luego a comienzos de semana dos medios de comunicación como NTN24 y Televisión Martí me formularon, con muy pocas variantes, la misma pregunta.





Finalmente ayer, en una entrevista con Jaime Bayly, en Mega TV, debí responder, nuevamente, a la misma pregunta, claro con matices propios del entrevistador.

En todos los casos, mi respuesta de fondo ha sido básicamente la misma con variaciones de forma y que ahora he considerado compartir con ustedes, dado que resulta evidente que es un tema complejo y delicado que está en discusión y que podría tener repercusiones importantes. Esto además, con toda seguridad, ha sido consultado con otros colegas y compatriotas.

Mi opinión y Mis razones.

Para muchos luce como lógica la medida de “prohibir la compra” de crudo proveniente de Venezuela, dado que, el dinero pagado por ese crudo, sirve para darle oxígeno al régimen forajido de Venezuela, lo cual, sin duda, es cierto. Sin embargo, en lo personal considero que, desde el punto de vista político, esta acción le permitirá al régimen de Nicolás Maduro y al séquito de países adulantes y convenidos que lo apoyan, desarrollar una matriz de opinión tanto a lo interno como a lo eterno que estará basada en resaltar y confirmar que ¡era cierto!, existía una confabulación, un sabotaje, una guerra económica y expresaran que ahora queda clara.

Oiremos a los países No Alineados, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Caricom, Rusia, Corea, Irán, China, etc., gritar al mundo “enérgica protesta” y el régimen de Maduro pasará a ser una víctima del Imperio. Justificarían su default, muy probable y próximo a ocurrir.

También argumentarán que esta guerra, esta confabulación es la responsable del colapso económico y la crisis humanitaria que vive Venezuela con el único fin de derrocar a Nicolás Maduro. En fin, esta medida le entregará al régimen forajido de Venezuela una herramienta y tal vez un salvavidas que hoy no tiene.

En los actuales momentos, está claro, dentro y fuera del país que es el régimen el único responsable de la crisis en Venezuela.

Por otro lado, he argumentado que esta medida ciertamente tendrá efectos letales, en el término de un mes, quizás dos, como extremo. Pero posteriormente, el mercado y las importantes colaboraciones de sus países aliados, principalmente Rusia, China, Irán e India, encontraran y ajustarán las colocaciones vía mezclas, triangulaciones y usando mecanismos comerciales, obteniendo ellos su tajada. Es decir, el efecto económico mermará, pero el político quedará indeleble y en progreso. Además, hay muchas consideraciones con respecto a los ingresos reales derivados de las ventas y su impacto.

Ante esta respuesta, la nueva pregunta de los entrevistadores se orienta, hacia otras opciones como por ejemplo, suspender las ventas de productos y crudo liviano a Venezuela.

En tal sentido, he mantenido que esta medida resulta ser mucho menos cuestionable desde todo punto de vista y de menor impacto mediático, pero con un gran efecto en Venezuela. Dejar de vender los 85 mil barriles diarios de gasolina y los 25 mil barriles de diarios de diésel que salen de las refinerías de la Costa del Golfo, pondría al régimen de Nicolás Maduro en una compleja situación.

En primer lugar, tendría que buscar nuevas opciones de suministro que tengan excedentes de producción que con toda seguridad se traducirá en fletes mayores y quizás en mayores costos directos. También se podría considerar que empresas norteamericanas y/o aliadas no vendan a Venezuela crudos livianos.

En segundo lugar, al denunciar el régimen de Nicolás Maduro, si se atreve, que el Imperio se niega a venderle crudo, gasolina y diésel, tendría que explicar a lo interno y a lo externo como es que Venezuela, el país con la mayores reservas del planeta tiene que importar crudo. Tendría aclara como es que un país históricamente exportador de crudos y productos, ahora importador. Tendría que reconocer, primero, la debacle en la capacidad de producción, especialmente de crudos livianos; segundo, al aceptar que un país con una capacidad de procesamiento en las refinerías nacionales (incluyendo Curazao) de 1 millón 300 mil barriles diarios, tendría que reconocer que la capacidad de refinación del país esta sencillamente menguada, destruida, por falta de mantenimiento y negligencia operacional.

Es obvio que una gama de opciones adicionales, en lo personal he mencionado que sería también importante que la Casa Blanca se pronuncie de una vez, sobre la No aceptación de una posible toma de acciones (49.9%) de CITGO, por parte de Rosneft, en caso de un inminente default.

Eso obligaría a PDVSA a tener que dar otras garantías por los 1mil 985 millones entregados por los rusos a Venezuela para el pago vencimientos financieros. Recordemos que ya Venezuela está en default con Rusia por 955 millones de dólares por el préstamo de 2 mil 800 millones para la compra de armas.

Además el Senado debería llamar a CITGO a una audiencia para explicar esa operación y, de seguro, indagando un poco podrían encontrar algunas otras cosas interesantes.

También podría el gobierno de los Estados Unidos, urgir a grandes entes financieros para que cumplan con algunos códigos éticos que ellos mismos han suscrito, pero no se cumplen a cabalidad.

En lo personal, veo con preocupación que se tomen algunas medidas sin que se evalúen sus alcances y sus efectos que, podrían ser contraproducentes.

Agradezco sus opiniones.

@unape