Resistencia y política: espada y empuñadura, por @SosaRohl95 de @VFutura

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La represión va a aumentar. No dispersarán. No lanzaran gases o jugarán con agua. Van a atacar. El plástico se convirtió en metras, y las metras paulatinamente mutan en balas. Los estudiantes ya no derraman tragos en una fiesta, se embriagan con anhelos de libertad y derraman sangre.

Los párpados se despegan. Nos enteramos que las palabras saliendo de nuestra boca comienzan a ser realidad. El cuerpo se estremece. Pero saber que los escudos de madera se llenarán de huecos; y que sobre el asfalto ardiente hervirá nuestra sangre, ya no es causa de miedo. No obstante, no por ello la resistencia mantiene su firmeza. Miedo sí existe. Miedo a la incertidumbre, a no tener la certeza de poder cobrar aquello que siempre nos perteneció. Un compañero de guerra mencionó una vez entre cervezas, “el vértigo nunca fue temor a caer, siempre fueron deseos de volar”.





He aquí la importancia del rol político. Las imágenes de estudiantes con pecho inflado, tanquetas en llamas y violines atrevidos son inspiradoras. Símbolos importantes de la libertad. Fantaseamos con la escultura de un estudiante encapuchado elevándose sobre la plaza Altamira. Las doñas lloran de orgullo y los corazones tiemblan. Pero la calle y su grito son aminorados a un coliseo emocional sin un respaldo político que nutra la salida del régimen. Es ejercitar el cuerpo sin alimentarlo. El resultado siempre será el mismo: desgaste.

Corresponde a la Asamblea Nacional quitar el miedo a la incertidumbre. Hoy operan desde un limbo. Guabineos politiqueros, eternos retornos del discurso intrascendente. Su no hacer revela una incoherencia moral: el baño de sangre “evitado” en el 2013 aparece en el 2017. Cada día mueren más jóvenes. Balas en el estómago y bombas en la cara. El silencio de la Asamblea Nacional es ensordecedor.

No necesitamos una excusa para activar el art. 350, este ya fue activado. No necesitan consultar al pueblo sobre la salida de Maduro: 1. Profesores, empresarios, estudiantes y madres manifestaron su voluntad de no aflojar las piernas hasta conseguir la libertad 2. La AN es la voz de ese pueblo 3. Maduro debe salir por orden constitucional. No queremos elecciones: Estos chacales no respetan la vida. Permitir su estadía un día más no es un insulto al país, es un insulto a nuestra humanidad. Es una contradicción garrafal desenmascarar la tiranía para luego democratizarla: “el digno oponente con oportunidad de ser reelecto”. En la fiesta electoral, el militar es un adolescente tímido ¿quién rompería el hielo cuando ante el discurso político serás un golpista?

“De la prisa solo queda el cansancio”, imagino la respuesta de un preso político ante semejantes palabras. El Chigüire Bipolar, como comunicador serio de noticias, da en el clavo: La Asamblea Nacional parece hacer política en el mundo de El Principito. El tiempo es una arena que se escapa entre los dedos y no tenemos el lujo de ser sonámbulos ante lo que verdaderamente importa. Prefiero un diputado cumpliendo con su trabajo en la Asamblea, que uno mostrándole los puños a la GNB. No perdamos el tiempo.

La Asamblea Nacional es el poder legítimo de Venezuela. Solo ella cuenta con legitimidad de origen y ejercicio. Tiranía no es gobierno. Por línea de la lógica, decisión de la tiranía debe ser infértil a nuestros oídos: que hagan una nueva constitución, que dicten quinientas sentencias y oficialicen una bandera de trece estrellas. No importa. Su palabra debe ser ignorada. No son decisiones, son eructos. Desconocer a un régimen y bailar como indios alrededor de su hedor, es, reconocerlo.

El poder legislativo tiene la responsabilidad de empoderarse con sus atribuciones constitucionales –de una vez por todas-. Los nuevos magistrados del TSJ deben ser electos. Los nuevos rectores del CNE también. Un gobierno provisional tiene que ser puesto en marcha. No hacerlo porque el Narco Estado Tiránico no lo aceptará, es una excusa barata. No era secreto en el 6D la naturaleza de aquello que enfrentábamos. Es la ingenuidad de asentir con cara de bobo al escuchar un “no soy yo, eres tú” jurídico. Los edificios no son importantes. Los nuevos jueces despacharán entonces desde sus hogares. Si la falta absoluta del cargo fue decretada y el artículo 350 de la constitución ha sido activado, debemos actuar en consecuencia.

Es un jaque mate para el régimen y un jaque para el militar.

El ocaso de los ídolos llegó. No solo las estatuas rojas caen; también la afición de seguir con ojos vendados toda decisión politiquera. Seamos críticos. Es un compromiso coactivo de nuestra nacionalidad. Venezuela no es un partido político.

La resistencia y la política deben cohesionar fuerzas. Espada y empuñadura en defensa de un país. El deseo por salir de esta miseria es tácito. Del asfalto debe nacer un solo mensaje: apoyar el gobierno legítimo de Venezuela. Sigamos luchando por la libertad. Gritemos “¡falta poco!”. Bailemos como primitivos sobre una ballena. Pero exijamos un respaldo político. Sin un músculo que la refuerce, la calle es un filo a la garganta. Guardar silencio, es hacer de los caídos fantasmas de la memoria.

La esencia del poder es la obediencia, y Venezuela tiene el poder de desobedecer.