Puertorriqueños no esperan un cambio a corto plazo sobre su situación de estado

Puertorriqueños no esperan un cambio a corto plazo sobre su situación de estado

Foto: Reuters
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Los puertorriqueños están escépticos sobre la posibilidad de un cambio rápido en el estatus político del aproblemado territorio estadounidense, pese a la votación del domingo en que pidieron que el Congreso convierta a la isla en el estado número 51 de Estados Unidos.





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Aunque Puerto Rico votó abrumadoramente en favor de esta opción, la baja participación electoral podría debilitar la posición del gobernador de la isla Ricardo Rossello en Washington, donde Puerto Rico no es visto como prioridad.

El gobernador, quien asumió en enero, hizo campaña a favor de la estadidad ya que, sostiene, es la mejor manera de asegurar el futuro del territorio. Los dos principales partidos de la oposición boicotearon el referendo no vinculante del domingo.

La isla, donde se habla mayoritariamente español, acumula una deuda de 70.000 millones de dólares y un 45 por ciento de su población vive en la pobreza; las escuelas son deficientes y los sistemas de pensiones y salud están prácticamente en la insolvencia. El mes pasado, el territorio presentó la mayor bancarrota municipal en la historia de Estados Unidos.

Aún así, ocho de diez puertorriqueños no votaron el domingo, muchos de ellos porque no creen que el referendo pueda influir en el Congreso.

“Estamos en bancarrota y 85 por ciento da nosotros no habla inglés. ¿Por qué el gobierno estadounidense querría asumir un problema como Puerto Rico?”, preguntó Carolina Santos, una madre soltera que trabaja duro para pagar la hipoteca y otras cuentas.

“Ésta es la quinta vez que hay un referendo sobre el estatus. Nada va a cambiar. Tal vez deberíamos enfocarnos más en arreglar nuestros problemas financieros y nuestras escuelas”, añadió Santos. Reuters