Gustavo Azócar Alcalá: ¿La petrochequera sigue mandando en la OEA?

Gustavo Azócar Alcalá @gustavoazocara
Gustavo Azócar Alcalá @gustavoazocara

 

La 47 Asamblea General de la OEA sostiene un encuentro en Cancún, México. La reunión de cancilleres de 34 naciones ha copado la atención de toda América Latina y gran parte del mundo por una razón que involucra a un país cuyo gobierno ya no desea ser parte de esa institución: Venezuela.

En la agenda de esta Asamblea General figura un punto muy importante para 30 millones de venezolanos: la posibilidad de que se produzca un pronunciamiento contra la pretensión de Nicolás Maduro de convocar una Asamblea Nacional Constituyente violando la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela aprobada mediante un referendo popular en 1999.





Durante la primera votación, 20 naciones aprobaron el proyecto de resolución. Cinco votaron en contra y ocho se abstuvieron. Eso le dio al gobierno de Maduro un nuevo respiro y confirmó lo que muchos venezolanos ya sabíamos: que la OEA está controlada por una organización llamada Petrocaribe, fundada en 2005 por Hugo Chávez, la cual se ha convertido en un gran bozal de arepa, un mecanismo de chantaje y extorsión, que obliga a muchos países pequeños y pobres a sacrificar los derechos humanos, la democracia y la libertad de sus vecinos con tal de obtener petróleo barato en cómodas y olvidadizas cuotas.

Como ya es de dominio público, votaron a favor: EEUU, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Uruguay, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Brasil, Canadá, Chile, Colombia y Costa Rica. Votaron en contra: Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Las Granadinas, Bolivia y Dominica. Se abstuvieron: Ecuador, El Salvador, Granada, Haití, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, Antigua y Barbuda.

La votación no estuvo marcada por lo político. Estuvo marcada por el factor petróleo y los beneficios que reciben naciones muy pequeñas y muy pobres por parte del gobierno de Venezuela que prácticamente les regala el oro negro. La política del regalo, el chantaje y la extorsión la inauguró Hugo Chávez en 2005. El comandante intergaláctico se encargó de comprar apoyos de países muy pobres gracias al petróleo y la chequera repleta de dólares de Pdvsa.

El actual presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, denunció en septiembre de 2012 que unos 40 países habían  recibido generosos regalos del ex presidente Hugo  Chávez. Según Borges, el líder de la revolución comunista repartió más de 53.000 millones de dólares entre gobiernos amigos para comprar silencios y complicidad, y hacer lo que le diera la gana sin que nadie estorbara.

Uno de los países más beneficiados con esos regalos fue Ecuador, una de las cinco naciones que se abstuvo de votar el pasado lunes 19 de junio de 2017 para apoyar un documento que pedía al gobierno de Nicolás Maduro renunciar a la idea de una Asamblea Nacional Constituyente.

Si bien es cierto que la postura de Ecuador impidió obtener los 23 votos necesarios para aprobar la moción, no es menos cierto que la posición de ese país cambió en relación a los tiempos en los cuales Rafael Correa era el Presidente de ese nación. El correísmo siempre votó a favor del gobierno de Maduro, y en esta ocasión, con el gobierno en manos de Lenín Moreno, se optó simplemente por no votar.

Ecuador fue una de las naciones más favorecidas por el gobierno de Chávez. En el 2009, Chávez donó seis aviones de combate Mirage-50 a ese país. El presidente Rafael Correa, aseguró que su nación se había ahorrado 252 millones de dólares gracias a un acuerdo con Venezuela para intercambio de crudo por derivados.

Correa dijo que “uno de los convenios más exitosos con el gobierno de Chávez era aquel por el cual Ecuador daba crudo a Venezuela, este país lo procesa y Ecuador le compra derivados pagando una diferencia”. Venezuela y Ecuador acordaron en 2007 el intercambio de dos tipos de crudo ecuatoriano por derivados venezolanos, con el objetivo de eliminar intermediarios en la compra-venta de petróleo. Venezuela recibe unos 60.000 barriles diarios de crudo ecuatoriano y entrega un volumen variable de derivados a Ecuador.

El gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonsky informó hace un par de años que Chávez y Maduro le habían regalado a Ecuador “la bicoca de 6.345 millones de dólares”. Ese dineral hace muy difícil que Ecuador vote contra el gobierno de Maduro en la OEA y en cualquier otra parte.

Nicaragua es uno de los países que votó a favor del gobierno de Maduro en la 47 Asamblea de la OEA en Cancún, México. El gobierno de Daniel Ortega ha recibido enormes beneficios de Venezuela en los últimos 17 años. Ese país recibió en 2008, $1.050 millones en recursos externos, de los cuales 457 millones fueron desembolsados por Venezuela en petróleo y proyectos energéticos. La ayuda venezolana para el gobierno de Ortega pasó de $185 millones en 2007 a $457 millones en 2008, según un cable de la AFP.

Y eso no es todo: PDVSA traspasó la enorme deuda que mantiene Nicaragua con la petrolera venezolana a la empresa nicaragüense Albanisa, de la cual PDVSA es propietaria del 50%. Albanisa es un consorcio gubernamental manejado como una “pulpería de negocios inauditable”, según publicó el portal El Confidencial de Nicaragua, invirtiendo en hoteles, canales de TV, autódromos, imprentas y hasta en criaderos de gusanos de seda, sin que PDVSA haya hecho auditoría alguna.

Según cálculos muy conservadores, Chávez, regaló casi la mitad de los ingresos obtenidos por Venezuela en materia petrolera. La otra mitad se la robaron. Dineros de Venezuela fueron enviados a muchos países para financiar campañas electorales, grupos guerrilleros, conspiraciones, y movimientos anti imperialistas que ayudaran a destruir a EEUU. Cuba es el país que recibió el mayor volumen de dólares por parte del Gobierno venezolano (unos 19.700 millones de dólares). Esa es una de las tantas razones por las cuales el dictador Raúl Castro no ha dejado de meter sus manos en este país.

Detrás de la dictadura cubana, le siguen la Argentina que estuvo gobernada por Néstor y Cristina Kirchner (8.560 millones); Ecuador (5.580 millones); el Brasil de Lula da Silva y Dilma Rouseff (5.250 millones) y la Nicaragua de Daniel Ortega (4.880 millones). Pero una parte importante también fue a las naciones muy pobres. Islas pequeñas descuidadas por los gobiernos de Estados Unidos, América Latina y Europa, fueron presas fáciles para el gran tiburón revolucionario. La estrategia sirvió de mucho: esos regalos hicieron posible tener hoy día el control político de la OEA.


La estrategia del bozal de arepa, el chantaje y la extorsión revolucionaria comenzó en 2005 y se extendió hasta 2017. Un ejemplo: el 13 de agosto de 2009 Chávez regaló a Antigua y Barbuda una ayuda de 50 millones de dólares por la quiebra del Stanford Bank. El 26 de junio de 2009, Chávez regaló a la Bolivia de  Evo Morales  170 ambulancias totalmente equipadas por un monto de 17 millones de dólares y el 12 de octubre de 2009 aprobó la construcción de una planta de generación termoeléctrica de 100 MW, por 48 millones de dólares para Bolivia.

Para hacerse del control político de la OEA, Chávez y Maduro se han aprovechado de Petrocaribe: esta organización fue oficialmente fundada en 2005 y la misma permite a una veintena de naciones de Centroamérica y el Caribe recibir petróleo venezolano mediante un laxo mecanismo de pago con dos años de gracia y financiamiento a largo plazo de hasta 60% de la factura con 1% de interés anual, dependiendo del precio del crudo.

De acuerdo con los balances de Pdvsa, esta empresa suministró en 2011 un promedio de 95.000 barriles por día (b/d) a las naciones adscritas, a cambio de los cuales recibió bienes en intercambio por 493 millones de dólares. En líneas generales el esquema es el siguiente: el país beneficiado, debe pagar el 40% del coste del crudo a 90 días, ya sea en efectivo o en especies. El resto es financiado, pagándose en un plazo que oscila entre los 17 y 25 años, con dos años de gracia. El interés anual es un regalo: apenas el 1%.

El financiamiento es de uno a dos años, pero los contratos establecen una extensión del período de pago de 17 a 25 años, reduciendo el interés al 1%, si el precio del petróleo supera los 40 dólares por barril. Nicaragua compensa parte de sus facturas a Venezuela suministrándole carne y leche, y hasta pantalones. El gobierno de República Dominicana ha negociado el envío de jarabe de glucosa y caraotas.

El acuerdo de integración de Petrocaribe fue firmado el 7 de septiembre de 2005. Los únicos países que no firmaron fueron Barbados y Trinidad y Tobago. Haití se unió al acuerdo, una vez que el presidente René Preval asumió el poder en agosto de 2007. En 2005, República Dominicana se sumó al acuerdo energético. El 5 de mayo de ese año, se suscribió acuerdo de complementación económica con la compañía dominicana Refidomsa, lo cual permitió la adquisición del 49% de las acciones de dicha refinería por parte de PDV Caribe.

En septiembre de 2012, el gobierno de El Salvador, solicitó su ingreso al grupo de países beneficiados con el petróleo venezolano. Actualmente Petrocaribe está formado por Venezuela, Cuba, República Dominicana, NicaraguaAntigua y Barbuda, Bahamas, Belice, DominicaGranada, Guyana, El Salvador, Jamaica, Surinam, Santa Lucía, Guatemala, San Cristóbal y NievesSan Vicente y Las Granadinas, Honduras y Haití, también participan como observadores Ecuador y Bolivia.

Como puede observarse, 12 de los 13 países que votaron en contra o se abstuvieron de votar en la OEA contra el gobierno dictatorial de Nicolás Maduro se benefician directa o indirectamente de Petrocaribe. El mecanismo de control y de chantaje creado por Hugo Chávez  en 2005 sigue produciendo resultados de carácter político. Hasta que el resto de los países miembros de la OEA y del mundo no entiendan que es necesario hacer algo más allá de la retórica, las discusiones en el seno de la OEA no pasarán de ser un saludo a la bandera.

Quizá sea cierto que una resolución de la OEA, por sí sola, no sirva para acabar con una dictadura como la que existe en Venezuela. Pero es evidente que a Maduro y sus 40 ladrones sí les importa y si les preocupa lo que se apruebe en ese foro hemisférico. De otro modo no invertirían tanto dinero para tratar de impedir que se produzca una condena en el seno de la OEA contra la dictadura comunista que ha destrozado a esta nación durante los últimos 17 años.  

Mientras la OEA pugna por aprobar una resolución contra el gobierno de Maduro, la dictadura avanza en su plan de convertir a Venezuela en una segunda Cuba. Acaban de aprobar el antejuicio contra la Fiscal General y ya tienen fecha para instalar una Constituyente a la Cubana. Es hora de cambiar de estrategia tanto en la OEA como en Venezuela.

20 de junio de 2017

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