José Machillanda: Brutalidad armada

José Machillanda: Brutalidad armada

José Machillanda  @JMachillandaP
José Machillanda @JMachillandaP

 

La brutalidad que caracteriza al cuerpo armado muestra la inadecuada selección de los efectivos, su inadecuado adiestramiento y la ausencia de un comando ético y un liderazgo profesional. Brutalidad armada que ignora la Constitución y leyes de la República, que desafía la virtud civilista y que expresa el odio, saña y venganza de sujetos acomplejados que les importa poco el dolor, luto y trauma humano de la muerte de venezolanos. La brutalidad armada es sinónimo de muerte, falta de liderazgo, cambio en las significaciones imaginarias de los hombres uniformados y una bastarda regresión en la organización armada por parte de aquellos que no entienden lo que significa la Defensa de la Nación.

La brutalidad armada es la violencia ruin, inhumana, practicada por unos bárbaros disfrazados de verde, que atienden órdenes de mandos criminales serviles a una revolución maldita que contraría el gentilicio venezolano, que aspira por la vía de la resistencia civil reinstalar la democracia. La brutalidad armada es la expresión primitiva de la regresión de lo que alguna vez fue Estamento Militar y que ha sido convertido en un cuerpo criminal guiado por la infrapolítica y dispuesto a la violencia, como lo demuestra la muerte de Fabián y los otros 80 fallecidos, por los cuales deberán responder Nicolás Maduro, Padrino López y todos aquellos que forman parte de la cadena de mando de esta Guerra Civil.





La brutalidad armada es la expresión inhumana de una Guerra Civil declarada por Nicolás Maduro y apoyada en el Plan Zamora, ejecutado por Padrino López, Benavides Torres y Reverol, expresión de la maldición del militarismo en Venezuela. Todos ellos son la cara opuesta a un Estamento Militar que, como tal, derrotó política y militarmente al castrocomunismo en 1973 y un poco más adelante, contuvo la pretensión de un gobierno colombiano irresponsable que –aún hoy- aspira apropiarse del territorio venezolano, al cual una operación conjunta exitosa del Estamento Militar venezolano supo defender.

La brutalidad armada es la vergüenza exponencial de un partido político en armas -que asfixiado por los carteles de la droga- se amarró a Nicolás Maduro y pretende negar la libertad al venezolano. ¡Prepárense y estén dispuestos a matarnos a muchos venezolanos convencidos del cambio político categórico posible! En Venezuela no ha sido, es, ni será posible la instauración de un modelo marxistoide, en el cual se empuñen las armas de la República para acallar la voz ciudadana. Voz ciudadana que ha expresado y continuará expresando su deseo por alcanzar una democracia liberal, donde el Individuo atado a la Constitución esté por encima de la Comunidad y del Estado.

La brutalidad armada es la expresión de la regresión político-militar de Venezuela, en la que se quiere atribuir los actos criminales a un tal Sargento, Cabo o Guardia Nacional, cuando la responsabilidad real reside en el Comandante. Es decir, los responsables de la brutalidad armada en esta Guerra Civil son Nicolás Maduro y sus ejecutores Padrino López, el Ministro de Relaciones Interiores, el Comandante de la Guardia Nacional y los Comandante de Unidades Básicas, donde se agrupan los guardias nacionales, colectivos y otros para tratar de contener la protesta que como resistencia civil ha decidido el cuerpo societal venezolano.

La brutalidad armada de quienes -dentro de esta guerra civil- tienen como enemigo al ciudadano son los responsables frente a la sociedad y al mundo de las ejecutorias de quienes han violado el artículo 68 de la Constitución. ¡Ténganlo claro quienes hoy se escudan en supuestas posiciones de poder! Así como hoy enterramos a Fabián como un mártir consecuencia de la brutalidad armada… todo el luto y el dolor de los demócratas estará solicitándole a la justicia el enjuiciamiento de unos Jefes cobardes, que pretenden eludir su responsabilidad señalando a quienes, cumpliendo sus órdenes, ejecutan la destrucción, el aniquilamiento y la persecución de venezolanos que estamos exigiendo de manera pacífica un proceso electoral civilizado para reinstalar la democracia.

La brutalidad armada no le ganará a la civilidad. El cinismo, cobardía y atrevimiento del Poder Político y comandos armados no le ganará a la civilidad. Los ejecutores de los disparos criminales contra los 80 muertos no le ganarán a la civilidad. La civilidad expresada por el martirio y sufrimiento de muertos y heridos, detenidos y presos políticos, será quien triunfe en la dolorosa coyuntura que vive Venezuela. De esta manera, la declaratoria de guerra civil por parte de un grupo primitivo de operadores chavistas, que no han podido comprender la decisión libérrima y única de los venezolanos, a pesar de la brutalidad armada, no triunfará sobre reinstalación de la democracia en Venezuela en el siglo XXI.

Es auténtico,

Dr. José Machillanda
@JMachillandaP
Director de CEPPRO
Caracas, 20/06/2017