A los Guerreros de Latón y Cartón, por Tamara Suju Roa

A los Guerreros de Latón y Cartón, por Tamara Suju Roa

Tamara Suju Roa

El asesinato político como Crimen de Lesa Humanidad

Durante casi ya 3 meses, el mundo ha sido testigo del incremento de la violencia política que desde el poder ha generado una ola de manifestaciones en todo el país, que se ha transformado en una masiva rebelión popular en contra de los dictámenes ilegales del Tribunal Supremo de Justicia – brazo derecho de la Dictadura de Nicolás Maduro – y de la criminal acción de la fuerza pública y organismos de seguridad del Estado que han asesinado, herido, torturado, encarcelado, reprimido, allanado, manipulado y distorsionado evidencias de su abuso, en contra de los ciudadanos.





La lista oficial de personas fallecidas en el marco de las manifestaciones asciende a 79. De esa lista, por lo menos 53 de los asesinatos se le atribuyen a las fuerzas públicas o a los llamados colectivos o paramilitares que mantiene el régimen venezolano y que actúan con total impunidad, 38 por lo menos, tienen menos de 30 años de edad.

Hoy, queridos lectores, 24 de Junio, dia en que Venezuela celebra la independencia, quiero hacer honor a nuestros guerreros de Hojalata y Cartón, a nuestros jóvenes y no tan jóvenes que han entregado sus vidas en búsqueda de una mejor Venezuela, aquellos que durante mas de 80 días han sido vistos luchando en las calles con sus zapatos de goma, sus shores corroídos, sus franelas rotas, sus máscaras hechas en casa, sus escudos de hojalata o cartón, esos que usan para protegerse ellos y proteger a los demás manifestantes, de las balas y bombas lacrimógenas con las que son repelidos grotesca y vilmente por la tiranía que encabeza Nicolás.

También a quienes los han acompañado y que simplemente salieron a luchar por sus derechos y por sus libertades, encontrando la muerte en manos de quienes tenían el deber de defenderlos. Quiero hacerle honor a aquellos cuyos pechos no llevaban un chaleco antibalas, ni un equipo antimotines estilo RoboCop, pero si llevaban un corazón inmenso tricolor y un alma libertaria.

Por lo menos 17 muertes, se le atribuyen “presuntamente” a la Guardia Nacional Bolivariana. El Ministerio Público inclusive ha anunciado que algunos autores materiales han sido puestos a la orden de la justicia. Los nombres de estos guerreros son: Gruseny Antonio Canelón Scirpatempo (32 años), Mervins Fernando Guitian Díaz (26 años), Jesús Leonardo Sulbarán (41 años), Hecder Lugo Pérez (20 años), Miguel Fernando Castillo Bracho (27 años), Yeison Nathanael Mora Castillo (17 años), Diego Fernando Arellano (31 años), José Francisco Guerrero (15 años), Manuel Felipe Castellanos (46 años), Adrián José Duque Bravo (24 años), Manuel Sosa (30 años), Luis Miguel Gutiérrez Molina (20 años), Fabián Urbina, Yorman Bervecia (19 años), Juan Pablo Pernalete, quien murió por un impacto de bomba lacrimógena lanzadas directamente contra su cuerpo.

5 de los jóvenes asesinados se le atribuyen presuntamente a la Policía Nacional Bolivariana. Ellos son: Jairo Johan Ortiz Bustamante (19 años), Daniel Alejandro Queliz Araca (19 años), Miguel Joseph Medina Romero (20 años), Luis José Alviárez Chacón (18 años) y Neomar Lander (17 años) quien murió por impacto de bomba lacrimógena lanzada directamente contra su cuerpo.

Uno de los guerreros de Hojalata fue asesinado por un Policía Militar de la Fuerza Aérea, David Vallenillas, de 22 años.

A las policías regionales se le atribuyen por lo menos 3 de los asesinatos. Policía de Carabobo: Christian Humberto Ochoa Soriano (22 años), policía de Táchira: Diego Armando Hernández Baron (33 años), policía del Estado Bolívar: Augusto Sergio Pugas Velásquez (22 años).

Para continuar este triste conteo, cada uno de ellos, una vida, un sueño, un mundo de ilusiones apagadas, nombro a quienes presuntamente han sido asesinados por esos grupos irregulares de civiles armados que financia y aúpa el régimen y que actúan con total impunidad, grupos que hemos visto acompañar incluso a la GNB y demás organismos que repelen a los manifestantes, y que utilizan como grupos de choque. Miguel Ángel Colmenares Milano (36 años), Brayan David Principal Giménez (14 años), Carlos José Moreno Barón (17 años), Paola Andreína Ramírez Gómez (23 años), Ramón Ernesto Martínez Cegarra (28 años), Kevin Steveen León Garzón (19 años), Renzo Jesús Rodríguez Roda (54 años), Johan Medina (23 años), Luis Alberto Márquez (52 años), Daniel Rodríguez (16 años), Edy Alejandro Terán Aguilar (23 años), Yoiner Javier Peña Hernández (28 años) y José Gregorio Pérez (21 años).

Mervins Fernando Guitian Díaz (26 años) murió por asfixia producida por los gases lacrimógenos que lanzaba la GNB.

Hay varios jóvenes que fueron asesinados en el Estado Barinas, de los cuales no he conseguido mayor información sobre a cual cuerpo u organismo de seguridad se le atribuyen sus muertes. Ellos son: Jhon Alberto Quintero, Luis Lucena (20 años), Alfredo Carrizales, Elvis Adonis Montilla Pérez (22 años), Miguel Bravo (24 años) Freiber Pérez (21 años), Erick Antonio Molina Contreras (35 años), Juan Antonio Sánchez Suárez (21 años).

Estas muertes tienen no solo culpables materiales, sino culpables por ser cadena de mando, en el ejecutivo, en la dirección de los organismos de seguridad involucrados, en la inacción para evitar el uso de armas de fuego, de balas alteradas y manipuladas, de bombas lacrimógenas usadas como proyectiles y en la complicidad y permisividad de la actuación de grupos civiles armados usados para asesinar a manifestantes. ¿Sus nombres? Todos reposan en el expediente que llevo en la Corte Penal Internacional, porque “casualmente” están involucrados de alguna forma, en las torturas sistemáticas perpetradas contra venezolanos por más de 15 años.

Los asesinatos por motivos políticos, son Crímenes de Lesa Humanidad. Entre los patrones de sistematización pudiéramos hablar de: todos estaban manifestando en contra del gobierno, en un gran porcentaje son jóvenes menores de 30 años por lo que se busca la juventud de la victima para intimidar, castigar y ejemplarizar a los demás, los impactos de bala fueron en la cabeza u órganos vitales, en varios casos usaron balas maleadas para provocar mayor daño a la victima y se usó el gas lacrimógeno como proyectil, provocando dos muertes y decenas de heridos.