María Auxiliadora Dubuc: Remate democrático y transición en Venezuela

María Auxiliadora Dubuc: Remate democrático y transición en Venezuela

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Hablando de democracia y transición, pienso que dada la situación que atraviesa el país y encontrándonos como nos encontramos en cuenta regresiva, en el entendido que nos quedan unos 30 días para que se proceda a la elección constituyente planteada, creo que es el momento en que pienso se definirán muchas cosas. Pues les reitero que de acuerdo a esta propuesta impuesta por el régimen y hecha a imagen y semejanza de Nicolás, la situación me obliga a realizar un análisis, porque más allá de eso se trata de una seria reflexión sobre lo que se nos aproxima.

Para nadie es un secreto, que este invento de la Asamblea Nacional Constituyente y la consecuencial Reforma Constitucional, no fue más que una estrategia del gobierno para distraer la atención de la oposición, con relación a la solicitud que Nicolás saliera del poder, es decir, en resumen su finalidad radicaba fundamental y simplemente  en que se modificara el pedimento de los venezolanos y que nos concentráramos más en dicha propuesta, que en la salida del régimen que oprime al país, propuesta esta que a todas luces si me preguntan a mi no tiene vida, porque en definitiva la gente no la quiere, lo que la hace profundamente ilegitima.





De esta manera Nicolás colocó todas sus cartas sobre la mesa y sus apuestas en el 30 de julio, todo en su proceso electoral absolutamente amañado, en virtud que está compuesto por bases comiciales hechas a la medida del solicitante y aceptadas y acatadas por un CNE,  absolutamente genuflexo. El rollo es que la estrategia tiene unos problemas con los que no contaba el régimen, porque esta propuesta más que sumarle puntos a Nicolás,  le ha generado muchos dolores de cabeza, entre ellos, fracturas internas graves dentro del chavismo y adicionalmente fuertes enfrentamientos incluso dentro de la Fuerzas Armadas, en el más alto mando militar, allí a decir de muchos, hay un descontento atroz porque los más altos oficiales expresaron su lealtad a la Constitución y no al régimen.

La realidad es que como pienso que todo tiene su final, efectivamente estamos llegando al fin de este cuento, por lo que a medida que pasa el tiempo se evidencia cada vez más que ha llegado el momento de las decisiones históricas. En principio porque más allá de la Constituyente, estamos por decidir acerca del futuro del país y la posibilidad cierta de una transición en paz, para luego proceder a la realización de las tan ansiadas elecciones generales que tanto esperamos los venezolanos.

La verdad que decir que estamos cerca de la salida, quizás sea como irse de bruces, aventurarse o adelantarse como mucho a los acontecimientos, ya que desde la reunión en Barcelona, que se sostenía entre oposición y gobierno, con mediadores internacionales para una salida transicional, no se ha sabido más, aun cuando muchos apostamos a que estén en eso bajo perfil, mientras el país lucha incesante en la calle en un esfuerzo dantesco para hacer valer sus derechos y rescatar su dignidad a toda costa, frente a un régimen francamente decadente.

La salida transicional debe ser, sin duda, producto de un consenso mayoritario donde debe existir el apoyo y el compromiso real de todos los sectores del país,  la cual, de acuerdo al planteamiento de mi buen amigo y profesor de la UCAB el Dr. Duque Corredor, debe contemplar aspectos fundamentales como lo son:
1.Un acuerdo nacional consensuado mayoritariamente.
2.Un programa de transición que contemple reconstrucción y reestructuración, al igual que las enmiendas constitucionales a que hubiere lugar para realizar elecciones generales.
3.Soporte político, religioso, empresarial, sindical y militar.
4.Renuncia del Presidente y del Vicepresidente.
5.Respaldo Internacional.

Quiero creer que después de más de 90 días de lucha en la calle, hemos ganado terreno, que efectivamente el gobierno está fracturado y que a pesar de los muertos, heridos y detenidos, tenemos logros y avances en el camino hacia esta transición.

Si bien es cierto que la AN no hizo todo lo que tenía que hacer en el tiempo correspondiente, es decir, no tenemos nuevas autoridades del CNE ni magistrados del TSJ y que pienso a veces que solo hablan sin parar, en discursos políticos repetitivos y fastidiosos, lejos de accionar, este parloteo sin embargo, ha traído consecuencias positivas, porque la verdad es que debo reconocer que ha ayudado de algún modo, en el sentido que resultó escuchado e interpretado seriamente por organismos internacionales, hasta el punto que la opinión de muchos Estados cambio radicalmente, incluso se cita parte de este parloteo, en muchos casos como fundamento de decisiones internacionales.

El reconocimiento que se ha hecho hoy internacionalmente de la AN es precisamente, porque se ha sostenido el argumento de una transición fruto de un consenso o acuerdo, que se ha trabajado a pulso, el vaticano se pronunció a favor y el parlamento europeo también, además de los pronunciamientos en lo financiero y en lo económico. En este orden y paralelamente, el 350 irrumpe majestuosamente y fractura las bases del régimen al punto que pienso que lo tenemos contra la pared, por lo que, acorralado como está, su respuesta no puede ser otra más que la violencia y la represión.

Lo que si debemos tener claro es que la finalidad de esta lucha no es solo la Constituyente, como lo quiere hacer ver Nicolás, quien intencionalmente ha puesto la agenda de lucha allí,  nuestra lucha es con la finalidad de salir de este régimen oprobioso a través de un proceso de elecciones generales, para lograr tener un gobierno que este consustanciado con el drama diario que vive el país y lograr restablecer el estado de derecho y el sistema democrático.

De tal modo que si como se nos ha dicho, nunca habíamos tenido antes  tanta fuerza como ahora, dado que el régimen se quitó la careta y ahora nos apoya toda la comunidad internacional, si tenemos a la mayoría de la fuerza armada del lado del pueblo, y si la  inmensa mayoría de la población no quiere Constituyente, ni quiere a Nicolás y a su régimen, porque quiere un cambio y en ese orden aspira a ser parte de un país democrático pleno de libertades y justicia, no veo razones para tirar la toalla, porque  si esto es así, tenemos entonces, dicho en criollo “las de ganar”.

Quiero creer en las palabras del Presidente de la Asamblea, Julio Andrés Borges, palabras que debo confesar fueron música para mis oídos, cuando expresó: “es mucho más lo que no se ve que está pasando, de lo que se ve” por lo que estas actuaciones silentes, ponen al gobierno contra la pared. Allí puedo intuir a lo que se refiere y en eso tengo puestas mis esperanzas.  Creo en la transición para salir de esta situación que nos agobia cada día más y luego ir a un proceso electoral donde todos los venezolanos tengamos el derecho a participar y expresarnos. Mientras tanto es nuestra obligación ciudadana, como venezolanos, no desmayar e ir al remate democrático en esta lucha por salvar el país de la barbarie y la descomposición social, en la que estamos sumidos, tenemos mucha fuerza aun, y aunque la situación se torna insostenible, en mi criterio debemos echar el resto porque a mi juicio, vamos por buen camino.

MARIA AUXILIADORA DUBUC P.

@mauxi1