Este jueves 6 de julio Nicolás Maduro visitó Guayana. Asistió a un acto cerrado en el anfiteatro Caruachi, una localidad ubicada a 40 kilómetros de Puerto Ordaz y que está tan alejada de Ciudad Guayana que hay que pasar por 5 alcabalas militares para poder llegar hasta allá.
Nota de prensa
“Maduro prefirió ir a un anfiteatro ya que sabe muy bien que si se presenta en las empresas de Guayana sería absolutamente rechazado”, aseguró el parlamentario de Voluntad Popular por el estado Bolívar, Francisco Sucre.
“Maduro llegó a Guayana para ordenar a los trabajadores que participen en su fraude Constituyente, usando la típica extorsión de que si no lo hacen, serán despedidos”, denunció Sucre. “Igual hacen con quienes reciben las bolsas CLAP, los beneficiarios de la Misión Vivienda o los que hacen cola para el gas. Pero ni con esa obscena extorsión política lograrán aumentar la participación en la Constituyente, pues los trabajadores de Guayana están muy claros que con ese fraude se terminará de enterrar a las empresas básicas de Guayana. Será el resultado fatal de ese fallido modelo cubano que pretenden imponer a la fuerza”, añadió el dirigente de VP.
“Maduro llegó para darle órdenes a los trabajadores, a quienes sugirió no sumarse a paros. Pero la realidad es que ya las empresas están paradas”, dijo Sucre. “La producción está por el suelo: Sidor, con una capacidad instalada de 5 millones de toneladas métricas, produjo 122.500 toneladas en el período de enero a mayo. Eso representa apenas el 6 por ciento de su capacidad de producción. Otro ejemplo: Alcasa. Esta empresa producía 200 mil toneladas de aluminio y en 2016 nada más produjo 15 mil. Y así todas las demás: Ferrominera del Orinoco tan solo trabaja al 12% de su capacidad y Sidetur al 10%”.
“La mayoría de los trabajadores está buscando la manera de salir de este desastre socialista y están dispuestos a votar el 16 de julio en el plebiscito”, agregó el diputado.
“Maduro no se limitó a ordenarle a los trabajadores que no se sumaran a un paro, sino que además los amenazó con botarlos si no participan en su Constituyente fraudulenta. Tuvo la osadía de decirles que “si tenemos 15 mil trabajadores, deben votar los 15 mil”. Maduro pretende ir empresa por empresa, ministerio por ministerio, gobernación por gobernación, alcaldía por alcaldía extorsionando a los empleados públicos. Y además amenazándolos cuando dice: “Ustedes eligen si quieren paz o quieren guerra”.