Un Legado por cumplir, por Ovidio Aguilar

Un Legado por cumplir, por Ovidio Aguilar

thumbnailcolaboradores-190x1301FRANCISCO DE MIRANDA. A 201 AÑOS DE SU MUERTE, DEJA UN LEGADO POR CUMPLIR
Hoy deberían conmemorarse 201 años del ingreso al empíreo, del Más Universal de los Venezolanos, Sebastián Francisco de Miranda, luchador incansable por la inacabada libertad de los pueblos. El Grande Hombre que resultó ser para las autoridades de La Carraca, “un pobre preso más” que no merecía un sepelio honroso. No, sólo era meritorio a una fosa común en la que sus restos aún se encuentran perdidos en un osario infinito esperando por regresar al cenotafio del Panteón Nacional, en el que el águila de libertad espera por él.
Pero una vez más, la historia es ingrata con Miranda. Una vez más las Instituciones del Estado obviaron honores en el Panteón Nacional. Ninguna ofrenda floral, ninguna cadena nacional. No, Miranda pareciera no merecer la honra de su pueblo. Un prócer de la magnitud de Miranda en que está en las nominaciones de los billetes de Bs 2,00 o en la nueva de Bs. 500,00…pero siempre la menor, ese ha sido su destino histórico.
No obstante, Miranda aun así, representa mucho más. Representa la Libertad de las naciones, representa la Igualdad de los ciudadanos ante la ley, representa la Fraternidad en la sociedad sin distingo de ideología, clase social o credo. Ese es un legado que deja Miranda para el mundo, para los suramericanos, para los venezolanos, para los librepensadores albacea de sus postulados.
Miranda recorre las fibras de cada joven que lucha y muere por un país que contradictoriamente, no conocieron, pero un país que sueñan para ellos, que idealizan su futuro de una manera distinta. Que no necesitan que les digan cómo éramos. No, para esos jóvenes, lo importante es cómo somos, lo que han experimentado en su corta vida, y cómo quieren que sea nuestra patria. Una patria para todos, como la idealizó Miranda llamándola Colombeia. Por eso luchan a diario.
Tenemos un legado que cumplir de lucha por la libertad en todas sus acepciones. Libertad de pensar, de opinar, de actuar respetando a quienes piensan distinto a nosotros. Miranda representa el legado de la Igualdad de los ciudadanos ante las leyes, ante las Instituciones del Estado sin privilegios, prebendas ni exclusiones por el solo hecho de pensar diferente. Miranda representa la fraternidad en la sociedad, entre los individuos como pacto social, en la tolerancia hacia los demás exigiendo la propia, en la lucha contra el odio y el resentimiento.
Deja un legado para la historia pleno de valores y virtudes que ha trascendido en el tiempo hasta nuestros tiempos, que son un compromiso moral insoslayable e ineludible para aquellos hombres que se consideran verdaderamente libres y de buenas costumbres, que poseen la sabiduría y el conocimiento para llevar adelante cambios sociales profundos, sólidos y doctrinales, basados en esa trilogía que Miranda consolidó: Libertad, Igualdad y Fraternidad, nacida en la revolución que cambió la historia contemporánea, demostrando en la historia, que ninguna revolución ha podido sostenerse en el mundo sin basar sus preceptos en estos postulados, como derechos inalienables de los ciudadanos. Miranda deja un legado de dignidad pública política,  que cada librepensador debe honrar. No hay excusas.