En arenas movedizas, por Bernard Horande

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Finalmente, la dictadura madurista impuso su Constituyente. No sólo la llevó a cabo sino que la jornada concluyó a altas horas de la noche (como les suele gustar) con unos resultados que, si no fuera por lo trágico del momento, serían motivo de carcajada mundial.

El fraude, ya iniciado, con la propia convocatoria de la Constituyente, fue consumado.





Retorciéndose debe estar Chávez en su tumba (o donde esté “sembrado”…) al ver que los números dados por la descarada y penosa señora que hoy preside el organismo electoral, se parecen a los obtenidos en sus mejores épocas como candidato. Qué falta de respeto, diría, comparar sus “épicas” campañas con este mamotreto ilegal e ilegítimo inventado por sus sucesores.

Lo cierto es que transcurrido el evento, el régimen de Maduro, tal como hemos anotado en anteriores oportunidades, queda peor que antes. Mucho peor. La estrategia de la huida hacia adelante fue un error. Vista la barrabasada, quisieron echarla para atrás. No pudieron, el costo político inmediato les era demasiado alto.

Hoy, esta Asamblea Constituyente de Maduro, Cabello, Cilia y camarilla asociada, es objeto de desconocimiento por la casi totalidad de las naciones de este hemisferio, incluyendo los Estados Unidos, los países pertenecientes a la Unión Europea y los más importantes e influyentes de Latinoamérica.

Aparte, como postre, la Casa Blanca ha decidido imponer sanciones directas a Nicolás Maduro como Presidente de Venezuela, con todo lo que ello significa, no sólo en lo que atañe a su persona y su familia, sino también en términos de las relaciones mundiales, en particular en lo financiero, pata de la cual particularmente cojea el régimen venezolano.

¿Qué es lo que viene? Pues la instalación de la farsa Constituyente cubana y el comienzo de toma de decisiones, bajo la forma de leyes o decretos constituyentes.

Maduro y su combo, durante estos meses, se han ido metiendo en peligrosas arenas movedizas. No quisieron abrir la posibilidad de verdaderas conversaciones orientadas a una salida lo más pacífica posible del poder.

Ahora se les hace tarde. Como todos sabemos, en las arenas movedizas mientras alguien más se mueve, más se hunde.

Y esto es lo que va a ocurrir de ahora en adelante. Los personajes de marras van a seguir moviéndose, en su ilusión de que van ganando la partida. Y lo que va a ocurrir realmente es que van a seguir hundiéndose.

Eventualmente, cuando les llegue el pantano al cuello, es posible que decidan pedir ayuda, presentando una propuesta potable de negociación.

O es posible que no.

Veremos. Las arenas movedizas no perdonan errores.

@BHorande