Almagro: Encarcelamiento de López y Ledezma muestra el temor y debilidad del régimen

Organization of American States President Luis Almagro testifies before a Senate Foreign Relations Subcommittee on the ongoing crisis in Venezuela on Capitol Hill in Washington, U.S., July 19, 2017. REUTERS/Aaron P. Bernstein
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. REUTERS/Aaron P. Bernstein

 

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), se pronunció a través de un comunicado en el que calificó el arbitrario traslado a la cárcel del alcalde metropolitano, Antonio Ledezma y del líder de Voluntad Popular, Leopoldo López como una “muestra de temor y debilidad del régimen al reclamo de la democracia”.

A continuación lea el texto completo publicado en la web de la organización:





Secretario General de la OEA condena el nuevo encarcelamiento de López y Ledezma

El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, manifestó hoy su condena al nuevo encarcelamiento de Antonio Ledezma y Leopoldo López:

“La nueva medida, ejecutada al margen de mínimas garantías de cualquier marco jurídico, es completamente lesiva para los derechos humanos de ambos dirigentes y sus familias.

En ambos casos, las detenciones se registran con el atemorizamiento e intimidación de las familias.

El régimen venezolano continúa su escalada de represión.

El domingo fueron los 16 asesinatos indiscriminados de ciudadanos que protestaban contra una elección fraudulenta y la instalación de una ilegítima asamblea nacional constituyente.

Hoy se trató de acciones selectivas contra opositores. El régimen busca callar a Ledezma y López y, de esa manera, callar y someter a todo un pueblo.

No es casual. Ellos son líderes políticos opositores en un marco de crisis social, política y económica de una Venezuela que sufre para volver a ser democrática.

No hay razones jurídicas por las que se pueda justificar que Ledezma y López estén presos. Son las mismas sinrazones que valen para todos los presos políticos.

No es que resultan arbitrarias y contrarias a derecho, entre otras cosas por desconocer –sin que éstas hayan cambiado- las razones de salud que llevaron a disponer su excarcelación, o por implicar que se estaba planeando una fuga, o a la prohibición de realizar declaraciones públicas. Esos son errores en la manipulación y uso del derecho que hace el régimen.

Están presos porque son políticos con liderazgo. Están presos porque son rehenes del gobierno.

Hago un urgente llamado a la comunidad internacional, a los países de la OEA, a las Naciones Unidas, a la Unión Europea y al Vaticano, entre otros, a continuar adoptando medidas para defender la democracia y los derechos humanos en Venezuela.

Admiramos la firmeza y el valor del pueblo venezolano, la fuerza manifiesta ante el peligro que corren los jóvenes que protestan, las mujeres que marchan, los médicos que atienden a los heridos de la represión, los religiosos que imploran detener la represión, la Conferencia Episcopal Venezolana que denuncia estos hechos cotidianamente.

Nuestra solidaridad internacional sólo puede estar del lado de los que reclaman sus derechos y no de los que los niegan y reprimen, de los que son torturados y no de sus torturadores, de las víctimas y los familiares de las víctimas y no de sus asesinos.

Para los corruptos, asesinos y torturadores solamente corresponde la mayor dureza de la comunidad internacional.

En Venezuela hoy estamos ante una dictadura que tiene miedo a su Pueblo y a las sanciones internaciones por sus acciones criminales.

La forma de vencer al miedo no es endurecer la represión, no es encarcelar líderes políticos, no es continuar violando los derechos humanos del pueblo.

Si hay más represión y más violaciones de derechos humanos, las acciones de la comunidad internacional y las sanciones deberán ser más duras. Y como quedó claro, la represión no detiene al pueblo, sino que lo endurece y hace más necesaria su protesta.

Reitero que la única solución posible en Venezuela es la realización inmediata del llamado a elecciones de modo integral, incluyendo la observación electoral nacional e internacional, el fin de la represión, la liberación de los presos políticos, la restitución de sus funciones a la Asamblea Nacional, la apertura de un canal humanitario y la cancelación de la fraudulenta asamblea nacional constituyente.

El instrumento para ello es una negociación de salida entre el régimen y la oposición, negociación que debe incluir a Antonio Ledezma y a Leopoldo López.

Negociación en la que debe Participar la Conferencia Episcopal Venezolana y utilizar los mejores mecanismos de seguimientos de compromisos políticos de la comunidad hemisférica.

Un camino de paz hacia la paz y un camino de democracia para la democracia en Venezuela”.